Capítulo 34.

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Capítulo 34.

Llamaban a la puerta como locos, Dios mío, ¿qué no puedo tener un baño normal? Un día, ¡sólo pido un día normal!

—¡Enseguida voy! —grite desde mi cuarto, tomando mi toalla lo más rápido posible.

Mientras caminaba podía sentir como el agua estaba resbalando por mi cuerpo. Sólo quería tener un baño normal.

Llego a la puerta y lo primero que aprecio es su cabello recortado de los lados, sus ojos azules observando cada parte de mi cuerpo y sus grandes manos recargadas en el marco de la puerta.

—Si hubiera llegado una hora antes tal vez seguiríamos en la ducha. —suelta una risa cuando le volteo los ojos.

—¿Qué es lo que quieres? —¿es en serio?

—Oh, tranquila... sólo quería pasar a verte ­­—dice mientras me observa de pies a cabeza—, ¿cómo estás?

­Estaba bien hasta que llegaste, sólo quiero una ducha normal. —Bien, hasta ahora.

¿Qué hacía aquí? No nos habíamos visto desde... Kyle. —¿Qué es lo que quieres, Andy? —le dije mientras me aferraba a la toalla de baño ya toda empapada.

—Te diré cuando termines de bañarte —el color de sus ojos siempre hace que me sienta un poco intimidada, además de su mirada tan penetrante que podía jurar que ya pensó en como quitarme la toalla camino al baño.

—Sólo iré porque en verdad me urge un baño —dije casi riendo y alcancé a ver a Andy sonreír. Wow, jamás lo hubiera pensando.

Camine hacia el baño, al cerrar la puerta me asegure dos veces de colocarle el seguro y cuando ya estaba 99% segura de que estaba bien dispuse a tomar el baño.

Era muy extraño, ¿qué hacia Andy aquí? Lo último que quería era verlo después de aquel día. Jamás me perdonaré que estuve 2 horas con él cuando pude haber estado con Kyle en esos momentos. Kyle, hace días que no pensaba en él, y no sólo porque aun me duele de siquiera pensarlo, sino de todo lo que hay alrededor de él, como mi bebé, nuestro bebé... y Georg. De pensar su inicial me duele respirar. ¿Debería de sentirme así?

Terminé de ducharme, me sequé el cuerpo con la toalla; estaba en casa y sólo quería sentirme cómoda, así que opté por colocarme unos jeans y una blusa tamaño gigante sin bra.

Al salir del baño el aroma de madera me inundo mi nariz, y los gritos de Kyle me hicieron ponerme alerta.

—¡¿Kyle?! —le grité y no recibí respuesta. Corrí a su habitación y ahí lo vi, sonriente, feliz, pero no estaba solo.

—Mami, papi vino a verme —dijo tan feliz que yo sólo quería llorar.

—Anadla —dijo y una sonrisa se iluminó en su rostro. —No quería venir sin avisar, pero e verdad quería ver a Kyle y...

—Descuida, es tu hijo después de todo —murmuré tomando mi cabello aun mojado

Un ruido en la cocina nos dejó sin palabras por un momento. ¿Quién podría...? Oh no.

—Ann, ¿dónde guardas las tazas para café? — gritó y yo sentía que me podía derretir ahí mismo.

—¿Tienes visitas? —me preguntó y antes de que yo pudiera siquiera emitir un sonido él llegó.

—Anadla, toma tu... —empezó a sonreír cuando vio a Georg. —Hermano, de saber que vendrías habría hecho más café. —ríe, él sabe perfectamente que a Georg no le gusta el café.

—Anadla, ¿qué hace aquí él?

Lo mismo quisiera saber, Georg. —No lo sé, me estaba bañando cuando llegó.

—Creo que mejor me iré —Andy por primera vez intento no pelear con Georg. ¿Qué acaso el fin del mundo se acerca? —, Anadla, después te marco.

Kyle se había cansado de jugar con Georg, le pidió que se quedará a cenar y él aceptó.

—¿Qué quieres comer, campeón?

—mami, ¿puedo comer una hamburguesa? —me miró con ojos de huevito tanto él como Georg, me reí demasiado y sólo asentí— quiero una hamburguesa con muchas papas, papá

—Una hamburguesa con muchas papas para mi hijo y unas muchas papas y una mini hamburguesa para mi Anadla —me reía, él recordaba lo mucho que amaba las papas.

—Papi, ¿quieres ver mi caricatura favorita mientras esperamos? —le tiró de su camiseta gris y Georg aceptó.

Jamás me había imagino esta escena que estoy viviendo, Georg con mi... nuestro hijo viendo sus programas favoritos mientras esperábamos la cena. Me sentía feliz, me sentía en casa. Justo cuando estábamos en Halle.

—Al fin, se durmió —dijo Georg bajando las escaleras.

—Es tú culpa por comprarle una malteada de chocolate —le grité desde la cocina mientras lavaba los platos.

—Me sorprende la cantidad que come Kyle —dijo empezamos a reír— jamás pensé que un niño sea capaz de acabarse una mega hamburguesa con una doble orden de papas y encima una malteada de chocolate. —dice y vuelvo a reír.

—No debería de sorprenderte tanto.

—Lo dudé porque no pensé que sería como yo — dice mientras me toma del hombro— lo haz hecho fabuloso Anadla, no sé que hubiera pasado si yo estuviera aquí...

Lo tomé de la mano y le sonreí —Ahora estás aquí y eso es lo que en verdad importa.

—Gracias —me dijo mientras me daba un beso en mi mano, le sonreí.

Gracias a ti por dejarme hace 5 años, de no haber sido así no tendría lo que más amo en esta vida.

After to us. #SB2Where stories live. Discover now