9. ENTREVISTA (PARTE II)

1K 84 18
                                    

CAPÍTULO 9: ENTREVISTA

POV KATNISS

-PARTE II-

...

Cuando salgo de mi habitación, paso por la de Peeta de camino y lo veo saliendo. Ambos nos dirigimos juntos al comedor donde nos esperan absolutamente todos excepto Cinna y Portia, que según Effie están trabajando en nuestros vestuarios por un cambio en los esquemas que hubo. Es evidente que Haymitch ha hablado con Cinna.

No nos dan mucho tiempo para desayunar. Alcanzo a comer pan con queso, un cuenco de leche con cereales y un poco de estofado. Peeta me mira divertido mientras como el estofado de cordero y niega con la cabeza. Golpeo su hombro, porque por un momento pienso que se está burlando de mí.

-Yo no hice nada.

-Cállate, Mellark. -Lo fulmino con la mirada, pero la sonrisa no abandona su rostro y yo suspiro, mientras vuelvo la atención a mi plato favorito.

-Creo que voy a tener que conseguir mucha carne de cordero para ti.

-No sería mala idea. -Le contesto. -Creo que tendrás que frecuentar la carnicería muy seguido.

-No hay problema. De paso tendré que preguntar cuál es la receta de ese estofado.

-Y tú me tendrás que enseñar a cocinar. -Agrego.

-Trato hecho.

Finalmente, nos separamos. Yo me voy con mi equipo. Y él con el suyo en un segundo ascensor cercano.

Demoran horas en acabar conmigo. Durante todo el rato no paran de hablar de lo emocionante que es todo, que debemos estar agradecidos de haber ganado, de la hermosa pareja que Peeta y yo hacemos, de ropa, de que colores extraños piensan teñirse la piel o el cabello, porque las modas cambian rápidamente, de la fiesta de gala en honor al distrito, quien portará la corona, debido a que sólo hay una y varias cosas más. Yo me limito a contestarles a las preguntas concretas que me hacen. Porque mi cabeza está centrada en que Peeta y yo debemos hacer todo bien para que nuestras familias no sufran las consecuencias.

Me siento aliviada, cuando entra Cinna y les pide que se marchen. Me permito sonreírle a mi estilista y él hace lo mismo.

Me pone un vestido de seda amarillo muy claro con un pequeño escote y los hombros al aire y el detalle de una cinta en el mismo tono que cae en los costados, la falda es de gasa y tiene varias capas que le dan más volumen, también zapatos del mismo color con taco.

Después se encarga de maquillarme y peinarme. El cabello lo deja suelto pero cae en ondas ordenadas y ha agregado el spray fijador con brillo dorado, que le da más vida a mi aspecto. El maquillaje es muy suave, mi rostro irradia un brillo suave y sonrosado casi natural. Luzco muy inofensiva en comparación con mis anteriores vestuarios.

No comento nada al respecto, porque no me puedo quitar de encima la sensación de que me están vigilando, desde mi charla con el presidente. Esa sensación tampoco me abandonará cuando esté en mi hogar y sé que a Peeta tampoco.

-Te ves más feliz desde que Peeta despertó.

-Lo estoy.

-¿Y cómo van las cosas con él?

Estoy segura que puedo confiar en él, y que este no es un tema tabú, en comparación con mis demás preocupaciones.

-Muy bien. -Respondo. -Hemos estado hablando y aclarando varias cosas.

-¿Cómo cuales?

-Vamos a salir juntos de regreso al Distrito Doce. Quiere hacer las cosas bien, como le hubiera gustado que sucedieran. En una situación lo más normal posible.

-Aún así no pueden cambiar el pasado. A veces el amor se da en formas extrañas ¿no lo crees?

-¿Cuándo parece que todo está perdido?

Cinna fija su mirada en mí y me sonríe. Tiene una sonrisa agradable y natural a diferencia de los demás.

-Cuando dos puntos lejanos se juntan y colisionan, y están destinados a destruirse de una forma u otra, pero sortean los obstáculos y pese a que todo el universo esté en contra, salen victoriosos juntos. No hay nada capaz de separarlos.

-¿Eso es lo que somos Peeta y yo?

-Sí, tal vez ahora no lo veas de esa manera. Lo han demostrado y estoy seguro que seguirá siendo así. Ustedes juntos son fuertes y se necesitan para resistir las peores tempestades. Se quieren y se protegen. Pueden sacar algo bueno de tanta tragedia.

-Estar con Peeta es lo único bueno que me pasó desde la cosecha, e incluso antes de los juegos.

-Él también piensa lo mismo de ti.

-¿Te puedo contar algo confidencial? No me atrevo a decírselo a Peeta.

-Claro. Soy tu amigo también. -Se sienta a mi lado en otra silla.

-Tengo miedo.

-¿De qué?

-Yo jamás quise enamorarme, casarme o formar una familia. Hasta la cosecha, había cumplido con las tres condiciones que me impuse desde que murió mi padre.

-¿Y Peeta lo cambió todo?

-Podría decirse que sí. Él me hace sentir bien, me gusta más de lo que estoy dispuesta a aceptar. Y él me ama, me dice que nunca me dejará sola. A veces habla de los planes y me puedo imaginar el futuro que me propone y siento que podría ser muy feliz si sucediera.

-Estás enamorada. -Me responde con voz suave y tranquila. -Es normal.

-Pero yo nunca lo sentí.

-Siempre hay una primera vez. ¿Eso te asusta? ¿Qué lo llegues a amar tanto como él a ti?

-Me asusta lo que pase después.

-¿Formar una familia?

-Y perder todo lo que amo.

-Peeta te respeta. Él nunca te presionará a hacer algo que no quieras. Será feliz teniéndote a ti. Ha esperado once años por ti ¿crees que te dejará escapar porque no puedes darle una familia? Él está dispuesto a renunciar a un futuro y a su propia vida para que estés a salvo. Me ha hablado mucho de ti, he visto lo que hizo en la arena, los he visto juntos estas semanas. Créeme, sé de lo que te hablo.

-¿Qué debo hacer?

-Disfrútalo y mientras tanto ve descubriendo lo que hay dentro de tu corazón. Eso nunca falla.
Miro a Cinna más tranquila. Mis miedos se disipan por el momento.

-Gracias, Cinna.

-Estoy para lo que necesites.

EN TODO ESTARÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora