9. ENTREVISTA (PARTE III)

1.4K 89 73
                                    

CAPÍTULO 9: ENTREVISTA

POV KATNISS

-PARTE III-

La entrevista se realiza bajando un poco por el pasillo, en el salón.

Han vaciado un espacio y han colocado el confidente, rodeado de jarrones de rosas rojas y rosas.

Sólo hay un puñado de cámaras para grabar el acontecimiento. No tendremos público. Cinna y yo nos dirigimos allí.

Caesar Flickerman nos recibe y nos da un cálido abrazo cuando entramos.

-Enhorabuena, Katniss, ¿cómo te encuentras?

-Bien. Nerviosa por la entrevista.

-No lo estés, vamos a pasarlo maravillosamente.

Me da una palmadita tranquilizadora en la mejilla y yo sonrío. Pero más bien se ve como una sonrisa nerviosa.

-No se me da bien hablar sobre mí.

-Nada de lo que digas puede estar mal.

Y yo pienso: «Ay, Caesar, ojalá fuese cierto. Sin embargo, el presidente Snow puede estar planeando algún tipo de "accidente" para mí y Peeta mientras hablamos».

-Eso espero. –Respondo. -¿Peeta llegó?

Miro a mi alrededor y no lo veo. Pero Haymitch, Effie, y los equipos de preparación ya están sentados en el otro extremo del salón.

Todos me saludan a su manera particular a la distancia.

Caesar sonríe ante mi interés y señala atrás de mí.

-Ahí viene.

Volteo y no puedo evitar sonreír. Nuestras miradas se encuentran y una paz muy conocida me inunda.
Se ve muy guapo enfundado en una camisa negra, un pantalón y una chaqueta azul marino.

A su lado está Portia. Cuando llegan a nuestro lado, Cinna murmura en mi oído.

-Buena suerte, Chica en Llamas.

Después, le dedica una mirada a su compañera y ambos se van a sentar junto a los demás. Dejándonos a Peeta y a mí solos con Caesar.

Esta vez soy más cuidadosa. Me acerco a Peeta y lo abrazo. Él no me devuelve el abrazo, está más concentrado en mantener el equilibro, aunque hace algo mejor, entierra su rostro en mi cuello y yo en el suyo.

-Tranquila, queda esto y la fiesta antes de irnos a casa. –Susurra en mi oído.

Mi corazón se acelera, a estas alturas no sé si es por la presencia de Peeta, o los nervios. Noto un escalofrío recorrerme el cuerpo y no tengo tiempo para analizarlo, porque ya están preparados para atendernos.

Nos sentamos de manera formal en el confidente, pero Caesar nos dice:

-Oh, adelante, acurrúcate a su lado si quieres. Queda muy dulce.

Sonrío ante la sugerencia. No es formal, pero sentirlo a mi lado me tranquiliza. Miro a Peeta, que abre sus brazos de inmediato para que me acomode como quiera. Un ayudante se lleva los bastones de Peeta para que el público no los vea.

Peeta me acerca a él y yo subo las piernas dobladas en su regazo. Me besa y yo le devuelvo el beso con intensidad debido a mis emociones. Rodeo su espalda con uno de mis brazos; el otro lo dejo caer en mi regazo y sujeto su chaqueta con mi mano para ocultar mi temblor, esperando que Peeta consiga serenarme nuevamente.

EN TODO ESTARÉWhere stories live. Discover now