17. PANADERÍA

1.3K 81 37
                                    

CAPÍTULO 17: PANADERÍA

POV PEETA

...


-¿Estás listo, amor?

Me dice mi hermosa novia desde dentro fuera de mi habitación.

Ella se fue a su habitación para cambiarse de ropa y llenar un bolso con cosas para hacer un picnic a donde sea que quiera llevarme. Me prometió que me mostraría ese misterioso y especial lugar cuando pudiera movilizarme por mi cuenta.

Debo reconocer que estoy muy ansioso. Es nuestra primera cita oficial. Con todo lo sucedido no hemos tenido citas, ¿para qué? Si no podía movilizarme correctamente, debía cuidarme y estoy viviendo en su casa y durmiendo con ella cada noche. Lo que más ansiaba de mi alta medico era esto. Ahora Katniss y yo tendremos más libertad para hacer todo lo que queramos juntos.

-Sí, puedes pasar.

Ella entra sonriendo, usa un vestido que le llega a las rodillas color negro con escote en "V" y es suelto de la cintura para abajo. Tiene algunos detalles en blanco en los bordes de las mangas largas, la falda, el cuello y una especie de faja con moño en la espalda. Lleva unas botas negras cortas para poder caminar cómoda en el bosque, también me dijo a mí que me pusiera un par de botas cómodas. El cabello está suelto y cae en hermosas ondas alrededor de su rostro. Me siento en la cama sin apartar la mirada de su cuerpo y finalmente su rostro. Ella se ruboriza. –Wow.

-Katniss, estás preciosa...

-¿Me arreglé tanto para que me dijeras preciosa?

-No me dejaste terminar. –Continuo. –Se ve extremadamente sexy, señorita Everdeen.

Y es verdad, se ve tan atractiva y sexy. Más que de costumbre con ese vestido perfectamente adaptado a su cuerpo.

-El vestido lo encontré en una de las maletas me dejó Cinna, una que me dijo que era para ocasiones especiales.

-¿Así qué está es una ocasión especial? Cinna tiene buen gusto. Ese vestido es perfecto para ti.

Katniss se acerca a mí y se sienta en mi regazo, yo la rodeo con mis brazos. Apoya su frente en la mía.

-Gracias. –Contesta colorada por la vergüenza. Ella es tan tímida en algunos aspectos. Beso su mejilla y después deposito un suave beso en sus labios.

-No digo nada más que la verdad.

-Lo sé.

-Aunque me gustas de la forma que sea.

-Tú también. Incuso cuando estábamos en la cueva y tú estabas herido no perdías tu encanto.

Me río.

-Teniendo en cuenta mi situación eso es un halago.

-Me gusta tu ropa. Tal parece que vamos a juego.

Me puse una camisa blanca y pantalón negro de jean.

-Tal vez nuestras mentes estén conectadas. –Bromeo.

-Eso creo.

-Podemos ir cuando quieras. –Le digo.

-¿Estás ansioso por saber la sorpresa que tengo para ti?

-Mucho. Por eso me gustaría que fuera ya. Estoy seguro que amaré el lugar que deseas mostrarme. ¿Tengo que llevar algo? ¿Ropa de más o algo?

-Ya me encargué. Lo que necesitas está en el bolso.

-Te debo compensar todo lo que haces por mí de alguna manera.

EN TODO ESTARÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora