Capítulo 9

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"Inclemencias del tiempo"



"Eso es lo que hace la gente que te ama.

Ellos ponen sus brazos alrededor de ti y te aman cuando tú no eres tan amable."

(Deb Caletti)



Mi auto está estacionado en la acera del frente del local de la floristería, hay una pequeña casa que parece abandonada, o al menos sus dueños no se encuentran en ella, de todas maneras no creo que esto vaya a llevarme tanto tiempo. Mientras tanto, veo como las gotas de la lluvia corren a través del parabrisas, siendo pequeñas al caer individualmente e incrementando su tamaño al unirse a las demás que caen mientras resbalan. Las pequeñas nubes blancas que noté en el cielo durante la mañana resultaron convertirse en una lluvia torrencial que por poco arruinó mis planes. Mentalmente le doy gracias a Harry por haberme obligado a hacer un plan B.

Presto atención al reloj en el tablero y bajo el volumen de la radio. Si mal no recuerdo, el lugar cierra a las seis de la tarde. Faltan cuatro minutos para que el tiempo se cumpla. Y he estado aquí durante la última media hora, no he bajado siquiera del auto, pienso tomar el paraguas y correr al encuentro de Sydney en cuanto note que ella va a cruzar la puerta de cristal para enfrentarse al húmedo exterior.

Golpeo rítmicamente el volante con mis dedos cuando aparece una canción que realmente me gusta en la radio, silbo la tonada y poco a poco me envuelve por completo hasta que estoy cantándola en voz baja y bailando con mis hombros. La canción termina y recuerdo lo que estaba haciendo antes de distraerme. Inmediatamente mi cabeza gira en dirección a la puerta de la floristería. El letrero ha sido cambiado, mostrando la leyenda que indica que está cerrado al público. Noto como apagan las luces en el interior y bajan una persiana interior en la ventana y puerta.

Mis ojos viajan a través de la calle y noto a un par de chicas caminando con pasos grandes, una de ellas utiliza una sudadera gris que le queda algunas tallas más grande con la capucha puesta sobre su cabeza en el intento de protegerse de la lluvia. La otra lleva puesto un impermeable trasparente que cubre su ropa, más no su cabeza pelirroja.

Ahora sé que la chica de gris puede ser Sydney y algo se remueve en mi estómago al notar que esa es claramente una sudadera de hombre.

Y no es mía. Sino de Adam.

¿Siquiera estás escuchándote, Niall? ¡No sales con Sydney! ¡Nunca lo has hecho!

Callo a mi molesta voz razonable que hace comentarios que yo no deseo escuchar en el momento. Otra parte de mí, se preocupa más por salir del auto y correr en dirección a las chicas. Parezco un loco, corriendo bajo la lluvia para alcanzar a la chica que está a punto de girar hacia la izquierda al final de la calle.

Niall, ¡debiste utilizar tu auto!

Ahora no hay tiempo de arrepentimientos, siento como mi chaqueta se empapa y corro lo más rápido que mis piernas me lo permiten, también soy cuidadoso de no resbalar en el intento.

Me debato entre gritar su nombre o no hacerlo. En mi imaginación veo el escenario más terrible al hacerlo, pero termino encogiéndome de hombros y exclamando: — ¡Sydney! —bajo la lluvia.

La chica del impermeable y cabello rojo se detiene y ante eso Sydney lo hace también. La pelirroja se inclina hacia la rubia, siendo más alta que ella y no sé qué le dice, pero simultáneamente se voltean para mirar en mi dirección.

Late for Love | niall horanWhere stories live. Discover now