Capítulo 20

1.1K 106 20
                                    


"Estafas y cajas"




"Quiero sentir eso de nuevo. Quiero recordar cómo se siente amar a alguien como eso. Y no solo cualquier persona. Quiero saber cómo se siente amarte."

(Colleen Hover & Tarryn Fisher, Never Never)




Es una habitación blanca, tan pulcra. Del tipo de habitaciones que son de un solo color y que tienen pequeños detalles que forman contrastes increíbles. Es sumamente estético y todo está colocado en un lugar adecuado que creo que mover cada cosa tan solo un centímetro arruinará la armonía del conjunto. Incluso siento que mi presencia arruina todo, siento como que al salir de aquí, Meredith va a moverse alrededor para rehacer todo lo que yo he desecho.

Coloco toda mi atención en una jardinera alargada de pequeñas cactáceas en la ventana. ¿Qué tienen todos ahora por los pequeños cactus? Uno de ellos inclusive tiene una minúscula flor en la parte superior.

—Niall, me da mucho gusto verte de nuevo. —la voz tranquilizadora de Meredith llega a mis oídos, después el clic que la puerta hace al cerrarse. —No pensé que estarías aquí tan pronto.

Ella está bromeando, ¿verdad?

Yo espero a que la amiga de Laura se siente en su escritorio, frente a mí y entrometiéndose entre mi visión de las cactáceas desde el lugar en que estoy sentado. Elevo mis cejas hacia ella.

— ¿Es una broma? Anoche te llamé porque quería hablar con Sydney por un momento y no dijiste nada más que "me gustaría hablar contigo mañana, en la hoja que te di se encuentran mi teléfono y la dirección de mi consultorio", ¿Qué otra alternativa me quedaba? —hablo rápidamente, inquieto porque de verdad quiero ver a Sydney.

—Prometo que será rápido para que puedas ir a verla.

— ¿Dónde está ella?

—Cuando fuimos ayer a su piso compartido con el hombre que la golpeó, después de haber ido a la estación de policía para dar anuncio de que todo en el periódico era una mentira, noté como se comenzaba a poner nerviosa al recorrer el lugar aun cuando había dos oficiales de policía delante de ella buscando a... um... ¿Adam? —asiento y ella musita el nombre en silencio, después sacude su cabeza como si eso le ayudara a retomar lo que estaba diciendo y no divagar. —Uno de los oficiales me recomendó llevarla conmigo esa noche mientras se calmaba. Claro que primero fuimos al servicio médico para que revisaran el daño que Adam hizo y se añadiera como pruebas para la denuncia.

— ¿Entonces está en...?

—La acomodé en una de las habitaciones aquí... —cuidadosamente deja que las palabras abandonen sus labios rojos y se encoge de hombros. —No me mires de esa manera, tenía que quedarme aquí para hacer una guardia de un paciente especial y-

—Me estás diciendo que la metiste en una de estas habitaciones para locos y-

—No, no, no. —interrumpe, sumamente alarmada. —No tienes por qué llamarlo de esa manera. Es un sanatorio y yo-

—Ella va a odiarme de por vida porque yo fui quien te llevó con ella y todo esto ha sucedido en menos de veinticuatro horas. ¿Por qué demonios no me llamaron para recogerla y llevarla a mi casa en lugar de dejarla aquí? —insisto, aprieto mis manos en puños y tomo una profunda respiración por la nariz para calmarme.

Late for Love | niall horanWhere stories live. Discover now