Capítulo 23

1.2K 98 31
                                    

"Regreso"




"Cuando me enamoré de ti, también caí por el drama, por los sentimientos innecesarios y el pensamiento de '¿Qué pasaría si...?'. Por las horas de hacer conversaciones que podrán siempre existir en mi cabeza, por canciones de amor cursis y poesía para corazones rotos.

Caí por levantarme con una sonrisa después de una noche llena de sueños acerca de ti, por susurrar mis secretos dentro del mar y por admirarte desde lejos, considerando que tú no tienes idea de lo que está sucediendo en mi mente."

(desconocido)




El día de hoy estoy tan motivado que me importa una mierda cuando mi teléfono cae en el fregadero por culpa de mi distracción. Sólo a mí se me ha ocurrido mirar la hora cuando estoy colocando unos cuantos trastos sucios ahí para después lavarlos. Solamente me he encogido de hombros y lo coloqué sobre un poco de arroz, esperando a que se seque. Mientras eso sucede, he tomado un modelo anterior para emergencias.

Camino a lo largo de la calle. Mis manos se mantienen en el bolsillo de mi sudadera y mis pasos son largos, constantes y rápidos. Esta ocasión he vuelto a tomar el subterráneo, pero me he distraído un poco y terminé dos estaciones adelante. No importa, estoy a tiempo.

¿Ya dije antes que hoy estoy siendo extremadamente optimista?

Una gran sonrisa se coloca en todo momento en mi rostro. Tengo planes y han salido de la nada, fueron tan instantáneos que me he logrado sorprender a mí mismo, ahora lo único que me queda es esperar que Sydney esté de acuerdo con ello. Quiero decir, debería gustarle, después de todo he podido darme cuenta que ella es una chica tan sencilla que las probabilidades de que quede encantada por todo son muy grandes.

Demonios, creo que hasta me están sudando las palmas de las manos.

Giro en la calle que se ha convertido tan familiar para mí. La floristería está a unos cuantos metros ya que vengo en el sentido contrario a mi usual trayecto. Sarah –la compañera de Sydney– está afuera, moviendo una estructura metálica en la que fácilmente puede acomodar unas cuantas macetas.

—Hey, ¿qué haces aquí? —la pelirroja dice inmediatamente al verme. Estoy aliviado porque ella finalmente ha comenzado a tratarme como un hombre normal y ha dejado de respirar dificultosamente a mi lado, también ha dejado de estar sonrojada todo el tiempo que estoy cerca.

—Me da gusto verte también, Sarah. —juego. —Vengo por Sydney. Voy a intentar convencer a tu jefa para que deje a Sydney salir temprano.

—Uh-uh, ¿crees que tendrá privilegios solo porque sale contigo y porque parece que Sydney es la preferida de Edna? —contraataca, también en broma. Sacude la cabeza, ha cortado su cabello por encima de los hombros y al ser extremadamente rizado, se ha formado una pequeña masa rojiza apenas aplacada por una pañoleta como las usaba Harry de vuelta en 2013.

—Tal vez.

Sarah se ríe. —Inténtalo, pero van a existir dos factores en tu contra.

— ¿Ah sí? —elevo mis cejas en ella y la paso, dirigiéndome a la puerta, diciendo antes de entrar: — ¿Cuáles son esos?

—Buenos días muchacho, me temo que hoy no vas a encontrarla aquí. —la voz de Edna me recibe inmediatamente, la mujer está detrás del mostrador. —Me ha pedido diariamente trabajar diez de sus veinte minutos de descanso para liberar algo de tiempo y acudir a sus terapias.

Late for Love | niall horanWhere stories live. Discover now