19: Detalles jugosos.

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-¿Que pasa, cariño? La hamburguesa no tiene pepinillos.- Fruncí la nariz ante la mención de aquella horripilante verdura.

Intenté no suspirar pero fracase evidentemente.

-Nada, es solo que...- ¿Que le iba a decir? No podía hablarle de Allen, no de Anna o Sam.

Ella tenía razón, L única cosa que me animo a estar con ellos era saber la verdad sobre Mónick. Estaban en todo su derecho de odiarme.

-¿Que?- Papá alzó sus cejas en busca de una respuesta que no le podía dar.

Él era el único familiar que tenía, ¿por que no podía confiarle algo? A decir verdad, no quería que pensará mal de mí, a pesar de que mis acciones demostraban lo contrario. Hablé de otra cosa.

-¿Crees que mi enfermedad sea hereditaria?- Papá puso una mueca de confusión.

No lo decía por él, creo que estaba más sano que nadie. Al igual que yo, jamás me había enfermado de nada que no fuera mi ansiedad.

-¿Temes pasarlo a tus hijos? No quiero que me hagas abuelo tan rápido, cariño.- Rodee los ojos y le di un pequeño mordisco a mi hamburguesa con queso sintiendo la jugosa carne entre los dientes.

-Lo decía por mamá. Ella pudo haberme llamado heredado, ¿no crees?- Papá bebió de su cerveza ganando tiempo para responder. El.no era un alcohólico, pero bebía solo una cuando el trabajo era demasiado pesado para el.

-La ansiedad no es hereditaria, solo depende de ti.- De nuevo estaba evadiendo el tema de mamá. -¿Qué me dices? ¿Hay algún chico que deba espantar?- Vino a mi mente la imagen de Allen y la decepción creció en mi.

¿Que había echó?

Mis intenciones no eran del todo malas, no creía que pudiese lastimar a alguien averiguando un poco. Era por una buena causa.

Me sentía terriblemente mal con todos los Collingwood's.

-No creo que haya algo en el mundo que logré asustarlo.- Murmuré antes de darle un sorbo a mi jugo de naranja.

-Hablame de él.- Dijo papá acomodándose en su silla para pasar de ser "un padre ejemplar" a convertirse en "el descendiente de Hulk". Si, el podía ponerse verde.

Mis labios formaron una sonrisa timida al recordar lo cerca que hemos llegado a estar.

Si despreocupado andar y sus comentarios me irritaban demasiado. Su cuerpo, su voz, la manera en la que me hacía sentir cuando me miraba...

-Estas sonriendo, eso es malo.- La voz de papá hizo que me diera cuenta de la enorme sonrisa que estaba teniendo en mi rostro.

Pero todo el mundo que había creado sobre las nubes se desplomó hacia el suelo al darme cuenta de la verdad sobre Allen. No era lo que yo quería que fuera, era lo que el en verdad era.

Era un asesino en progreso que quería tanto mi cabeza como la reina roja.

Alguien que no me soportaba, alguien que me odiaba tanto hasta el grado de querer matarme.

Están asustada, más que eso. El grado de miedo que corría por mis venas había llegado a un grado olímpico.

Antes de que las lágrimas salieran de mis ojos, corrí hacia mi padre sentándose en su regazo como un bebé chimpancé que necesitaba protección.

Enterré mi cara en la curva de su cuello permitiéndole llorar como cuando era niña y algo me causaba una pesadilla. Me sentí de nuevo de esa manera, viendo a mi papá como un superhéroe que me protegería de los monstruos de mi cabeza.

Alas y sangre (Editando)Where stories live. Discover now