49: Heridas.

33 4 0
                                    

Salí del baño pasándome las manos mojadas por el pantalón en un signo de nerviosismo. No sabía porque estaba nerviosa si había estado antes aquí con ellos, pero supongo que el tema de conversación era la causa de mis nauseas.

Una parte de mi quería desesperadamente saber quién estaba detrás de todo esto, pero otra mucho más profunda se escondía por miedo a que fuese alguien a quien yo quería.

Dudaba que fuera mi padre, el me quería con todo su ser. Tampoco creía que Gabs y Heather estuvieran implicadas porque ellas sufrieron en el accidente.

Hablando de ellas, tenía que ir a visitarlas.

Los tres hermanos ya estaban hablando en voz baja y cuando llegue un silencio se extendió por toda la sala. Parecía como si me ocultaran algo, o quizá solo era yo y mi paranoia.

-¿De que hablan?- Les pregunte acercándome al sofá donde estaba Allen y cuando me quise sentar a su lado, jalo mi mano haciendo que me sentara delante de él, entre sus piernas.

Mis mejillas se tiñeron de rojo por ese gesto y aún más cuando las cejas de Sam bailaban con una insinuación detrás. Anna ignoro el gesto.

-Estábamos pensando en todas las personas que conocemos y que podrían ser tu atacante.- Hablo Allen, en voz muy baja cerca de mi oído haciendo que temblara.

Saliendo de clases había venido directo a su casa y aquí estaba de nuevo entre vampiros. No había porque temer, yo les había dado sangre suficiente como para unas cuantas semanas y cuando se agotará, iría por más.

Así de simple. Sin tener que lastimar a nadie.

-Yo digo que mientras seguimos investigando, hay que estar pegados a ti el mayor tiempo posible.- Hablo Anna luciendo muy preocupada. Últimamente casi no hablaba mucho, estaba como ida y suponía que sus pensamientos se iban hacia una sonrisa arrogante de un chico en específico.

-Pero no solo a mí. Mi padre y las chicas también están en peligro, ellos, sean quienes sean, también pueden hacerles daño a ellos.- Le dije y ahogue una exclamación cuando Allen enrollo sus manos alrededor de mi de forma protectora.

Mi corazón pálpito rápidamente mi pecho y quise girarme y besarlo, pero no era el momento para ello.

-Está bien. No hay que preguntar quién va a estar vigilándote a ti.- Dijo Sam mirando a su hermano con diversión en los ojos. -Yo escojo a tu padre.- Sonrió abiertamente y lo mire ceñuda.

-Mi padre no es tu juguete, para que lo sepas.

-Solo haré mi trabajo, preciosa.- Sam levantó las manos en señal de inocencia, pero estaba lejos de serlo. Era esa clase de persona que se metía en problemas por diversión y la mayoría del tiempo era un idiota, pero un idiota muy entretenido.

-Entonces yo vigilaré a las chicas.- Dijo Anna asintiendo estando de acuerdo en la forma en que nos repartimos a las personas.

Eso significaba mucho tiempo con Allen y eso era bueno, muy, muy bueno.

-No podrás tú sola vigilarlas a las dos.- Sam frunció el ceño en dirección a su hermana, que estaba sentada a su lado, frente a nosotros.

-Si, si podré.- Anna se cruzó de brazos mirando desafiante a Sam por insinuar que ella no podía estar en dos lugares diferentes.

Tampoco creía que ella se pudiera encargar de ambas, pero no dije nada. No iba a meterme con una vampiresa.

-No podrás Annabell. Llamaré a mi novia para que ayude.- Inmediatamente sacó su celular del bolsillo y Allen tenso el agarre en mi, sabía que estaba molesto.

Alas y sangre (Editando)Where stories live. Discover now