16. Nido de Serpientes

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Hoy sabremos más sobre el Partido al que apoya Elena. No olviden que con Reginam es importante recordar nombres y acontecimientos, pues todo se va entrelazando :)

HEDDA

¿Están ahí?

¿Me escuchan?

No sé por qué siempre pregunto eso. No puedo saber si me escuchan o no. Sólo espero que estén ahí y que de verdad estén escuchando. No oyendo, es-cu-chan-do.

Soy la Hache. La octava. La que H que no es muda.  

Hoy un grupo de diecisiete mujeres campesinas marchó desde la plaza de la moneda hasta la plaza de la reina para protestar.
Porque nadie dice nada. Porque aquí nadie es responsable de nada. Porque nadie HACE nada. Eran diecisiete mujeres. Diecisiete voces representando a otras que ya fueron calladas. Diecisiete que protestaban en contra de quienes se oponen a la libertad. Que se oponen a Los Abularach. Diecisiete que se oponen a que continúe la captura INJUSTA de personas que se atreven a criticar a la tirana de Eleanor, para que después ella, sin piedad, los envíe a morir en la Rota y aplauda al ver cómo fieras salvajes les devoran y beben su sangre.
Diecisiete que criticaban el egoísmo de Eleanor, que mata a todo aquel que no esté de acuerdo con ella.

¡Me río en la cara de tu imperio, Eleanor!

¿No dijo el Burgo que somos libres? ¿Qué tan libres somos en realidad?

¿Por qué sólo diecisiete salieron a marchar?

¿Dónde están ustedes?

¡Esas mujeres ya estaban cansadas de enterrar a sus hijos y a sus esposos!

¡No necesitamos una reina! ¡No somos plebeyos! ¡Somos iguales, Eleanor! ¡También corre sangre por nuestras venas!

¡No tenemos luz eléctrica! ¡Me escuchan! ¡Entiendan! ¡No es necesario que usemos baterías, HAY ELECTRICIDAD! Sin embargo, Eleanor Abularach nos quiere mantener bajo las sombras. ¡Debemos estar bajo las sombras para no ver el verdadero rostro de la injusticia! ¡El tuyo, Eleanor!
El Burgo dijo que entregaron radios a los campesinos para mantenerlos informados. Pero ¿informados de qué? ¡De lo que él quiere que sepamos! ¡De lo que el Heraldo quiere que sepamos! ¡Ellos controlan casi todo lo que escuchamos en la radio! ¡TODO! ¡Entiendan! ¡Nos niegan la información de las verdaderas injusticias! ¡Y el rostro de la injusticia eres tú Eleanor!  ¡TÚ!

Hoy diecisiete mujeres salieron a marchar...

Pero ninguna regreso a casa.

...

Lo malo de reunirnos todos es que corremos más riesgo. Macabeos está temblando del miedo. No obstante, Alan ya nos hizo sentar en la mesa para discutir nuestros últimos avances.

Alan es soldado de la Guardia real pero también es mi sobrino. Sé que podemos confiar en él y él confía en sus amigos: Dekan, Mael y Claudio, que también son parte de la Guardia. Hemos trabajado juntos desde hace dos años y ya hemos probado nuestra lealtad

—Eleanor aceptó colocar televisores en lugares públicos como la plaza de la Moneda y el Callado —informa Macabeos, buscando la mirada de cada uno. Estamos sentados alrededor de una mesa redonda, colocada en medio de un cuarto oscuro que solo ilumina un poco una vela—. También dos pantallas gigantes en la Rota y otra en la plaza de la reina.

Alan bufa.  —Tienen mi completa admiración. ¿Cómo la convencieron?

—Casi terminamos de desayuno de sus bestias, pero lo logramos —recuerda con horror Macabeos—. Gavrel era el único escéptico, sin embargo su opinión no está por encima de la de Eleanor.

Crónicas del circo de la muerte: Reginam ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora