29. Duelo de vergas, en palabras de Sasha

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Nota aclaratoria antes de continuar:
Reginam no es una historia de época 😊. No está ambientada en ningún lugar o tiempo en específico y debe tomarse principalmente como sátira.

Lo menciono porque algunos comentaron "En esa época no habían palabras así y menos conocían al grupo Queen" 👌

No hay época. ¿Es distopía? Posiblemente. Al escribir simplemente deje que todo fluyera 😊. Por otro lado, mi intención al mezclar fantasía y realidad también tiene un propósito. Ustedes sabrán, espero, deducir cuál es 😊♡
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Duelo de vergas, en palabras de Sasha

Me sorprendió ver a Isobel al tanto de todo.

—Mi primo Baron me envió a su mensajero para asegurarse de que no le dejarás plantado —sonríe, traviesa. Es un poco preocupante verla tan entusiasmada.

—No es correcto plantar a alguien, Alteza —digo, cínica.

Ay, Gavrel...

—Y menos a alguien de la realeza —está de acuerdo Isobel.

Mierda. —Umm...

Me pregunto si el príncipe Gavrel me pedirá algún tipo de explicación y si funcionará decirle que no pude llegar porque me quedé dormida.

—Si quieres relacionarte con Baron por mi está bien. Es un buen hombre.

No es como si yo lo buscara a él.

—Sólo somos amigos. Creo.

—Nada de creo —Isobel me guiña un ojo—. Si Baron te invitó a visitar las Caballerías es porque confía en ti. Como mano derecha de Gavrel en la Guardia, las Caballerías son la extensión de su casa.

No sé cómo sentirme con eso.

—¿No le importa que no trabaje por la tarde en el vestido? —pregunto, preocupada.

—Ya escuchaste a Farrah, nadie tiene prisa de que esté listo.

Tal como Baron prometió, hay un carruaje esperándome en la puerta trasera del castillo.
El cochero saluda a Isobel con una reverencia, abre la puerta para mí y me ayuda a subir.

—¿Está bien ella? ¿Lady Farrah? —le pregunto a Isobel antes de irme—. No la vi ayer.

En parte Farrah me preocupa porque ha sido amable conmigo.

—Dice que no bajó anoche porque tenía jaqueca —Isobel hace rodar sus ojos—. Qué nos queda más que creerle. En cualquier caso, Gavrel está furioso.

Trago saliva. —¿Furioso?

—Sí. Le hice saber lo de Farrah y que Baron te citó hoy. Ya sabes, por si en un ataque de locura y obstinación, la condesa llegara a preguntar por el vestido sólo por llamar la atención.

Ay no.

—¿Entonces... —rasco mi cuello— el príncipe Gavrel sabe que pasaré la tarde con Baron?

—Sí —Isobel me sonríe amable— y dijo que él mismo supervisará hoy las Caballerías para que Baron tenga tiempo de calidad contigo —Ay no—. ¿Ves? Te dije que no es tan malo como parece.

Ya es tarde. Ya estoy en el carruaje.

—La veo más tarde, Alteza —me despido, quizá por última vez. 

Que dramática soy a veces. Culpo a Garay de eso.

Isobel se despide recordándome que puedo tomarme el día. —Diviértete.

Crónicas del circo de la muerte: Reginam ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora