18. Piedad, Majestad

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HEDDA

Macabeos y yo estamos de vuelta en el Salón del trono, aunque ahora para mostrarle a Eleanor la primera transmisión en vivo del televisor.

Macabeos tuvo que desenredar muchos cables y reactivar fuentes de energía. Lo mismo capacitar a algunos soldados (elegidos por Gavrel) para que nos ayudaran. Tras una larga jornada de errores, aciertos y pruebas, creemos que estamos listos.

—¿Hicieron el inventario?

—Sí, Majestad. En el búnker había un total de cincuenta y dos televisores y tres pantallas gigantes aptas para funcionar. Reactivé veinte fuentes de energía en el Callado, veinte en la plaza de la moneda y doce en la Gran isla. Entre esas doce, cinco aquí en el castillo. Tenemos veinticuatro cámaras de vídeo y demás equipo para transmitir en vivo —La reina intenta comprender de qué habla Macabeos—. Instalé cámaras en el vestíbulo, pero si usted así lo desea, puedo instalar más en otros salones del castillo.

—No. No quiero que me vigilen —decide. No es tan estúpida después de todo—. Ahora muéstrame cómo funciona eso

La reina señala el televisor, en el salón, además de algunas sirvientas y soldados, la acompañan Gavrel y Sasha, que se muestean expectantes.

No tuvimos que explicar mucho a Eleanor sobre cómo funciona un televisor porque ella los recuerda y tuvo otra primera experiencia en la Rota al ver las pantallas gigantes durante el último Reginam.

Macabeos enfoca a Eleanor con la cámara y, tras pequeñas fallas técnicas, su rostro aparece en el televisor. Primero puntitos, después una imagen nítida.

—Dos de los soldados que capacité están en la sala de control en la Cúpula del Heraldo —explica Macabeos.

—Interesante —dice Sasha.

—Peligroso —dice Gavrel.

—No seas aburrido, Gavrel , imagina todo lo que podemos mostrar a la gente chirle de allá afuera.

Un simple comentario de Sasha puede poner en riesgo nuestros planes.

—No habrá ninguna trasmisión sin mi autorización —sentencia Eleanor.

Sasha roda los ojos.

—¿Quiere hacer alguna prueba, Majestad? —pregunta Macabeos. Eleanor se muestra dudosa, pero acepta—. Mire directo a la cámara y dirija un discurso a Bitania. La grabaré para después mostrárselo.

Mi maestro ya le explicó cómo funcionan las trasmisiones en vivo y pre-grabadas, es cuestión de que ella decida ponernos a prueba.

—Está bien. Hagámoslo.   

Al terminar, Eleanor está complacida con el resultado final.

—¿Cuándo autoriza que empecemos a transmitir los mensajes, Majestad? —pregunta Macabeos.

—¿Cuándo estarán instalados todos los televisores?

—Me comprometo a tener todo listo pasado mañana.

—Entonces pasado mañana.

Hay un poco de tensión en el ambiente debido a que Gavrel aún tiene dudas.

—Ya me imagino el rostro de los campesinos al ver a Eleanor aparecer repentinamente frente a ellos —ríe Sasha.

—Algunos campesinos recuerdan cómo funcionan los televisores, Alteza —explica Macabeos.

Crónicas del circo de la muerte: Reginam ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora