capítulo dos

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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐈𝐈: 𝐈'𝐌 𝐉𝐔𝐆𝐇𝐄𝐀𝐃. 𝐉𝐔𝐆𝐇𝐄𝐀𝐃 𝐉𝐎𝐍𝐄𝐒

El lunes había amanecido soleado, pero con temperaturas bajas, más de lo usual. El clima no acompañaba al sentimiento decaído de los jóvenes de Riverdale, quienes debían volver a clases después de las vacaciones.

El joven Archie había despertado tarde, no tendría tiempo para desayunar si no quería que el profesor de química le enviara a la sala de castigos el primer día. Archie corría por la casa en busca de la pareja de su zapato mientras iba guardando en su mochila todo lo que encontraba esparcido por el lugar. A pesar de ver a su hijo nervioso y apurado, el señor Andrews lo detuvo en el marco de la puerta de la cocina, posando su mano en su pecho.

—Tenemos que hablar sobre el trabajo en la obra —mencionó el hombre. Archie se mordió la lengua siseando. Asintió sin saber cómo explicarle a su padre que su mente tenía otras cosas en las que centrarse.

—Llego tarde, papá.

—¿Esta tarde?

—Tengo entrenamiento. ¿Te molesta?

—No, no. Perfecto —sonrió el padre orgulloso por todo lo que estaba logrando su hijo a su temprana edad. A su temprana edad era uno de los jugadores de fútbol americano más alabados de la ciudad, era un alumno ejemplar y compaginaba todo aquello con una vida social envidiable.

El pelirrojo se despidió de su padre antes de cerrar la puerta de la casa y partir rumbo al instituto a paso ligero. Odiaba no poder confesarle a su padre cual era su verdadera pasión, la cual estaba alejada de la construcción. Le daba pánico ser rechazado, el rostro decepcionado de su padre cuando se lo dijera. No se perdonaría jamás herir a su padre de aquella manera, por ello prefería guardar silencio y mantener la paz en la casa.

En otro lugar, en la misma ciudad, Betty organizaba su material escuchando atentamente el parloteo de su madre, quien la perseguía recordándole lo importante que era aquel curso. Era el úlitmo antes de la universidad, sus notas, así como las actividades extra escolares eran esenciales para mejorar su media y asegurar su plaza en una de las mejores universidades del país.

—No podemos permitir distracciones en tu último año, Betty. Ningún chico podrá interponerse en tu camino, ¿sí?

—Mamá, yo no soy Polly —habló Betty en un arrebato. Se mordió la lengua, consciente de lo que acababa de decir. La expresión de su madre cambió a una fría y seria en cuestión de segundos.

—Anoche te retrasaste —murmuró con los brazos cruzados sobre su pecho y los ojos sobre su hija, analizándola duramente.

—Por siete minutos. Además, estaba con Archie, no cometiendo ningún delito.

—Archie...

—Mamá, Archie no es para nada como Jason Blossom. Sí, es pelirrojo, pero no se parecen en nada más.

—Todos los chicos son como Jason Blossom —se retiró de la habitación, no sin antes dejar en la mano de la pequeña Betty un frasco lleno de pastillas tranquilizantes a nombre de Elizabeth Cooper.

En la mansión Lodge las cosas no estaban mucho más tranquilas. La matriarca había sido la primera en despertar y la encargada de hacer moverse a las otras dos morenas. Veronica despertó sonriente y radiante, con ganas de empezar de nuevo y comerse el mundo. Solo de pensar que podría volver a encontrarse con el pelirrojo del bar Pop's una brillante sonrisa se plantó sobre sus labios. Sin embargo, Lisa no tenía ganas ni de desayunar. Lo cual era extraño, pues las galletas de dinosaurios que solía tomar a primera hora de la mañana eran su debilidad.

BURNING RED » jughead jones ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora