capítulo treinta

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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗𝐗𝐗: 𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐋𝐈𝐊𝐄 𝐂𝐀𝐍𝐃𝐘

casi muero de diabetes escribiendo esto, valorad mi esfuerzo.


A las 6 de la mañana exactas el sonido de la alarma de Lisa rebotó entre las cuatro paredes de la habitación. La joven se removió entre las sábanas, arrastrándose hasta la mesa de noche donde descansaba su teléfono para poder apagar aquel irritante pitido que le estaba taladrando la cabeza.

Continuó dando vueltas por la cama unos cuantos minutos más, estirando todos y cada uno de sus músculos. Cuando fue a comprobar si Jughead seguía durmiendo en su lado de la cama, buscando acurrucarse a su lado y perder algo de tiempo antes de prepararse para ir a clase, se dio de bruces con que su novio había desaparecido. Frunció el ceño comprobando que sus cosas no estaban en el suelo y que la ropa que había dejado descansando a los pies de la cama antes de irse a dormir había desaparecido igualmente. Su mente llegó a pensar que quizá todo había sido una fantasía, pero entonces recordó la llamada del sheriff Keller a mitad de la noche. Había citado a Jughead para hacerle un pequeño interrogatorio sobre el asunto de su padre. Aunque ella había insistido en ir con él, Jughead había pedido que descansara todo el tiempo que él no iba a poder.

—Tendré que madrugar mucho para estar temprano en comisaría. Nada, duerme. Mañana nos veremos en clase.

Suspiró aún cansada. Antes de que pudiera volver a cerrar los ojos por tan solo dos segundos la alarma del teléfono volvió a resonar por todo el cuarto. Frustrada, aporreó a la pantalla del teléfono para callarla de nuevo y se puso en marcha. A pesar de sus esfuerzos por vestirse y desayunar en tiempo récord no pudo evitar llegar hora y media tarde a clase. En cuanto entró por la puerta, el director llamó su nombre y la mandó a su despacho, donde la entretuvo con un discurso largo y tedioso sobre la increíble falta de respeto que suponía llegar tarde, tanto para sus profesores como para sus compañeros.

—Creo que Weatherbee me detesta —gruñó Lisa dejando caer su bandeja de plástico sobre la mesa en la que Archie y Betty charlaban animadamente con Veronica y Kevin. Esta no tardó en torcer el gesto ante la llegada de Lisa.

—Ya somos dos —farfulló dándole un mordisco a su manzana roja.

—¿Qué ha pasado?

—Me ha tenido retenida en su despacho dándome un discurso sobre lo importante que es llegar puntual y bla, bla...

—Has llegado tarde. Por eso no te he visto en historia. Oye, ¿sabes algo de Jughead?

—Ahora mismo debe estar en la comisaría siendo interrogado —habló Kevin.

—Algunas veces se me olvida que tu padre es poli —murmuró Lisa con disgustó.

No estaba del todo de acuerdo con la idea de que el sheriff y los suyos hubieran decidido arrastrar a Jughead a todo aquel meollo. Sabía lo dolido que estaba por el asunto de su padre, y ser interrogado por la policía a primera hora de la mañana no debía mejorar la situación.

—Lisa, mi padre solo está haciendo su trabajo. Claro que tiene que interrogar a tu novio, es el hijo de un asesino.

—¡FP es inocente!

—¡Lo confesó el mismo, por el amor de Dios!

Lisa desistió. Apartó la mirada a cualquier rincón del comedor lejos del rostro de Kevin. Betty observaba a los dos compañeros con los ojos entrecerrados. ¿Había oído bien? Kevin se había referido a Jughead como el novio de Lisa y ella no lo había corregido. Veronica tampoco parecía haberlo notado. Se mordió el interior de los carrillos con rabia y continuó comiendo en silencio. Antes de que ninguno pudiera hacer cualquier otro comentario al respecto la tención de la conversación fue desviada a la figura encorvada y débil que entraba por la puerta del comedor. Jughead mantenía un gesto serio, avergonzado conforme avanzaba hacia la mesa en la que Cheryl y sus amigas estaban sentadas. La pelirroja endureció su rostro cuando observó a Jughead parado frente a ella. Este se relamió los labios antes de hablar con sumo pesar y vergüenza.

BURNING RED » jughead jones ✔Where stories live. Discover now