capítulo veintiseis

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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗𝐗𝐕𝐈: 𝐒𝐎𝐌𝐄𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆'𝐒 𝐆𝐎𝐍𝐍𝐀 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐆𝐄

siento que las actualizaciones sean tan lentas, pero llegados a este punto no estoy simplemente editando la historia, sino que la estoy reescribiendo al completo. so, be patient. espero que os guste esta nueva versión.


Casi una hora había pasado desde que el director había obligado a Lisa sentarse en la silla de cuero frente a su escritorio y había comenzado a relatar las normas del centro. La joven fingía prestar atención mientras trataba por todos los medios no bostezar. Le parecía injusto que ella fuer al única en aquella habitación, porque no había sido la única involucrada en la pelea.

—Como comprenderás, no puedo permitir que comportamientos como este queden impunes.

—Director, creo que solo se está teniendo en cuenta una de las dos partes involucradas.

—Yo solo vi a una alumna siendo golpeada y a otra con la mano en alto. ¿Debería culpar a la victima?

—Creo que no tiene muy claro quien es la víctima —murmuró.

—No voy a discutir las condiciones, Brook. Solo quería dejar constancia de las represalias contra su comportamiento anterior —le tendió un papel anaranjado recién firmado de su puño y letra—. Queda prohibida su entrada al baile de antiguos alumnos de esta noche.

—¿Qué? ¡Eso no es justo!

El director la miró con el semblante serio. Carraspeó y se puso en pie, corrigiendo los borden doblados de su chaqueta.

—Lárguese antes de empeore el castigo.

Finalmente, Lisa se rindió y salió del despacho. En cuanto estuvo fuera hizo una bola con el papel anaranjado y lo lanzó a la papelera más cercana. Sin embargo, el papel cayó al suelo. Jughead siguió con la mirada la bola después de patearla lejos. Lisa rodó los ojos.

—Tú te encargas de recogerlo y tirarlo a la basura —fue lo último que dijo dando el primer paso lejos de él.

—Siento mucho lo que ha pasado antes con Betty. De verdad.

—¿Quién eres tú para disculparte por ella?

Jughead agachó la cabeza rendido. No sabía cómo acercarse a Lisa sin herirla ni herirse a sí mismo. Lisa negó y procedió a salir al pasillo principal en el que había abofeteado a Betty minutos atrás. El chico del gorro permaneció en su lugar y observó como, a los pocos metros Kian se unía a Lisa.

—No sabía que eras boxeadora profesional, Li-li. ¡Épico, ha sido épico! Cuando quieras puedes darme clases.

—No ha sido para tanto.

—¿Que no ha qué?

Acto seguido el chico comenzó a recrear de una manera muy exagerada la pelea entre ambas jóvenes. Lisa reía con él mientras trataba de detenerlo para evitar que todos a su alrededor se les quedaran mirando, lo cual era difícil. Todos observaban admirados a Lisa, sin poder creerse que la chica callada y sutil acabara de montar toda una escena en el pasillo. Lisa podía escuchar los murmullos persiguiéndola mientras la juzgaban con la mirada.

—No te preocupes por ellos, Lisa. Ya se les pasará.

—¿Por qué tengo la sensación de que no?

—Amiga, no te preocupes tanto —con su brazo derecho rodeó los hombros de la chica y la apretó contra sí en un abrazo amistoso cargado de apoyo y cariño.

BURNING RED » jughead jones ✔Where stories live. Discover now