capítulo diecisiete

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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗𝐕𝐈𝐈: 𝐓𝐇𝐄 𝐂𝐀𝐋𝐋

Desde lo sucedido un par de noches antes, la situación en la mansión Lodge estaba más tensa de lo usual. Hermione, quien normalmente era la encargada de calmar las aguas cuando las otras dos jóvenes se enzarzaban en alguna discusión, no estaba muy por la labor. Parecía cada vez importarle menos si Veronica y Lisa se despedazaban. La segunda había optado por ignorar la presencia de ambas Lodge y centrarse en su investigación, la cual solo lograba confundirla más con cada paso que daba. Jamás habría imaginado que buscar información sobre los Serpientes Sureñas pudiera volverla loca hasta el punto de sentir que la seguían por la calle, sentirse observaba en todo momento, casi como si estuviera en alguna clase de película retorcida. La situación se había descontrolado tanto que había estado a punto de hablar con el sherif Keller en varias ocasiones, pero siempre se arrepentía por miedo a ser tomada por loca.

Lisa alisó las arrugas de su vestido por décima vez in despegar los ojos del reflejo asustado y cansado que le devolvía la ventanilla blindada de la limusina en la que las Lodge habían llegado a la mansión Thornhill, hogar de la familia Blossom. Hizo el mayor esfuerzo por sonreír cuando la figura de Jughead asomó por detrás de ella vistiendo un elegante traje negro a juego con su pajarita. Él caminó con paso calmado hasta la chica y cuando estuvo tras ella rodeó su cintura con ambos brazos y depositó un casto beso en su mejilla.

—Estás muy guapo.

—Tú estás genial.

—Lo sé. No he estado hora y media arreglándome para nada. Aunque aún no comprendo muy bien qué hacemos en el funeral de Jason Blossom.

—Yo he venido aquí a realizar un pequeño trabajo de investigación, y tú... tú has venido como mi acompañante.

—¿Investigación de campo?

—Betty dijo que podríamos aprovechar esta ocasión para buscar alguna pista sobre el asesinato de Jason.

—¿Estáis locos? Ese es trabajo de la policía. Jughead, jugar a los detectives interrogando a la gente de Riverdale es una cosa, husmear en las cosas del difunto es algo muy diferente.

—No vamos a husmear. Puede que un poco —Lisa abrió los ojos asustada. Realmente no le gustaba aquella idea. Jughead sonrió al notar la preocupación en su gesto y con sus dedos separó sus cejas—. Deja de preocuparte tanto, ¿sí? Nadie nos descubrirá, y si lo hacen diremos que estábamos buscando el servicio.

—¿Los dos? ¿Juntos?

—Ya se me ocurrirá algo mejor. Vamos —recogió la mano de Lisa, quien no estaba muy contenta con toda la situación, y ambos se encaminaron hacia la entrada de la mansión por el camino empedrado.

Desde lejos se podía notar el ambiente pesado. Los cuerpos de los presentes se movían con pesadez, cabezas gachas y murmullos ahogados dando sus más sinceros pésames a los padres, quienes recibían a los invitados en la puerta.

—Buenas tardes, señor y señora Blossom. Siento mucho lo de su hijo.

Era la primera vez que Lisa acudía a un velatorio o le daba el pésame a alguien y la reacción de Penelope Blossom era la última que esperaba obtener.

—Lárgate. Mantente lejos de mí y de mi familia. Nadie cercano a una Lodge cruzará esta puerta.

—N-No, no. Yo...

—Mira, Lisa ¿cierto? Aléjate de esa familia antes de que sea demasiado tarde. Huye del mal antes de que te consuma.

—No sé de qué me está hablando. La señora Lodge jamás haría algo para herirme.

BURNING RED » jughead jones ✔Where stories live. Discover now