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capítulo seis

𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐕𝐈: 𝐀 𝐂𝐎𝐑𝐏𝐒𝐄, 𝐀 𝐅𝐑𝐎𝐆

—Buenos días. Os habla vuestro director —la voz del señor Weatherbee resonó en todos los rincones del instituto gracias a los altavoces instalados.

Los profesores detuvieron sus lecciones y los alumnos se sacudieron en sus asientos tras escuchar el tono gélido del director.

—Me han llegado a los oídos muchas preguntas sobre la concentración deportiva, así que seré claro y conciso. Se celebrará según lo previsto —Cheryl, quien se encontraba en el despacho junto al director y al sherif Keller, sonreía contenta de escuchar las buenas nuevas—. Y ahora, para hablar de un tema menos afortunado, doy la palabra al sherif de la ciudad, el señor Keller.

—Buenos días, chicos. Como ya sabréis, el cuerpo de vuestro antiguo compañero Jason Blossom fue hallado sin vida la noche del pasado sábado. Os informo de que, desde este mismo fin de semana, la muerte de Jason Blossom se considera un homicidio y la investigación para encontrar al o a los culpables está en proceso. Todas las líneas de investigación están abiertas.

La joven pelirroja le arrebató el micrófono al hombre y lo pegó lo máximo que pudo a sus labios para que los demás estudiantes la oyeran a la perfección.

—Ni mis padres ni yo descansaremos hasta vengar la muerte de mi hermano y el culpable camine la milla verde hasta la silla eléctrica y muera.

Dejó a los presentes y a todos aquellos que habían escuchado su voz a través del micrófono helados, perplejos. Finalmente nombro un hashtag y se recolocó sobre la silla, con las manos posadas sobre su vientre y una leve sonrisa ladina en su pálido y ensombrecido rostro.

—Si sabéis cualquier cosa que pueda ayudarnos a encontrar y apresar al asesino de Jason Blossom, os ruego encarecidamente que nos lo comuniquéis inmediatamente. Podéis hablar conmigo o con el director.

Archie observaba la puerta del despacho en el que estos tres se encontraban, dudando de qué debía hacer, cuál era la opción más acertada. Se mordió el pulgar sin separar los ojos de la puerta acristalada del despacho y cuando vio movimiento en la sala se giró en dirección a la pequeña fuente a su derecha y fingió beber.

Jughead, que había seguido a su amigo con la mirada desde un banco de madera no muy lejos de su posición, no podía dejar de preguntarse cuál era el motivo para que su amigo se mostrara tan nervioso. Lo miró con el ceño fruncido viendo como Archie miraba en todas direcciones antes de avanzar con discreción por el pasillo.

—Está actuando extraño ¿no crees?

El joven dio un salto al sentir la presencia de Lisa a sus espaldas. Se giró para mirarla, y se encontró con su rostro más cerca de lo que se esperaba. Ambos carraspearon y se separaron. Jughead miró a Lisa de arriba abajo, arrepintiéndose en cuanto se dio cuenta de que llevaba puesto el minúsculo uniforme femenino de gimnasia. Tenía unas piernas muy bonitas, largas y delicadas. Notó como un calor sofocante le subía por todo el cuello hasta sus orejas.

Lisa comenzó a andar en la misma dirección que Archie, pero Jughead no reaccionaba. No podía. Era simplemente incapaz de separar la vista de aquellas piernas. Lisa se cruzó de brazos frente a él y carraspeó llamando su atención.

—Vamos. ¿A qué esperas? Tenemos que investigar.

Sin duda, si había algo más atractivo que su cuerpo, era su ansia detectivesca. Jughead había encontrado en Lisa una compañera de misterios. El chico asintió sonriente y caminó a su lado. La miró unos segundos y se preguntó a sí mismo si ya estaría mejor, después de lo que había sucedido con Veronica. Parecía mucho mejor, casi como si nada hubiera sucedido.