capítulo diez

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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗𝐗: 𝐁𝐀𝐑𝐊 𝐋𝐈𝐊𝐄 𝐀 𝐁𝐔𝐋𝐋𝐃𝐎𝐆

Lisa amaneció más alegre de lo normal, tanto que hasta pasó por alto los gritos de Veronica apremiándola para que se diera prisa, pues el chófer estaba esperando para llevarlas a clase.

—Puedes irte sin mí. Archie vendrá a recogerme en su camioneta.

Justo en el momento en el que terminó de pronunciar aquellas palabras el sonido de una bocina en el exterior de la mansión hizo que Lisa sonriera y Veronica frunciera el ceño, dirigiéndose a uno de los ventanales del salón que daba a la calle principal.

La camioneta de Archie descansaba aparcada en la entrada de la mansión. El pelirrojo se había asomado por la ventanilla para saludar a la morena cuando la vio asomada a la ventana. Veronica, aún con la confusión grabada en el gesto —junto a algo de envidia— le devolvió el gesto.

Jughead, impaciente, volvió a hacer sonar el claxon del vehículo y Lisa saltó en su sitio. El chico se echó a reír ante lo adorable que aquella acción le había parecido. Recibió un golpe por parte de su amiga en cuanto esta hubo entrado en la camionera. Archie se despidió de Veronica y los res juntos pusieron marcha hacia el instituto. En el interior del coche reinaba la voz de Taylor Swift al ritmo de una de sus últimas canciones. Archie y Lisa la cantaban a todo pulmón mientras Jughead los miraba como si de los locos se trataran, pero eso poco les importaba. Pasados unos minutos, Archie apagó la radio y miró a su amigo. Ya habían llegado al aparcamiento del instituto.

—Nuestro querido Jones tiene algo que contarnos, ¿verdad?

Los tres se bajaron del coche y comenzaron a caminar hacia la entrada. Lisa no aguantaba más el suspense.

—¿Y bien?

—Voy a trabajar en el periódico de Riverdale High, en el Azul y Oro.

—¿En serio? —el chico asintió sonriente y acto seguido Lisa se lanzó a sus brazos dándole un fuerte abrazo—. Eso es increíble. Me alegro mucho por ti, Jughead.

—Yo también estoy muy orgulloso por ti, amigo. Ahora, si me disculpáis, me tengo que ir.

Y tan rápido como se cuenta tres Archie desapareció por el pasillo, siguiendo los pasos de su profesora de música. Los dos amigos restantes observaron a la pareja desaparecer en una de las aulas.

—Su relación me recuerda a una película que vi hace mucho tiempo.

—¿Estaba en la categoría "sexo con maduritas"? —se burló Lisa. Jughead abrió los ojos como platos sorprendido por tal comentario. Jamás habría imaginado a la dulce y tímida Lisa hablando de una manera como esa.

Ambos caminaban prácticamente pegados por la cantidad de estudiantes que abotargaban el pasillo. Hablaban animadamente sobre el proyecto de Jughead. Le contó a Lisa cómo todo el asunto de la desaparición de Jason Blossom había despertado su imaginación y había decidido escribir sobre ello.

—Así que un libro. ¿Por qué no me dijiste que estabas escribiendo un libro?

—¿Habría cambiado algo si lo hubiera hecho?

—Sí. No habría pensado que eres un rarito por estar siempre pegado a ese ordenador. Creí que te dedicabas a jugar partidas de LOL, no que estuvieras escribiendo algo.

—Soy un rarito súper atractivo, tienes que admitirlo. Además, soy el mejor jugando al LOL.

—Dile a Mr. Ego que baje de las nubes y me traiga de vuelta a mi amigo Jughead —el chico la empujó amistosamente y ambos rieron—. Ahora en serio. ¿No te asusta saber que todo el mundo leerá lo que escribas para el periódico? ¿Y cómo compaginarás eso con tus estudios, no es demasiado?

BURNING RED » jughead jones ✔Where stories live. Discover now