capítulo treinta y tres

5.3K 522 70
                                    

𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗𝐗𝐗𝐈𝐈𝐈: 𝐓𝐇𝐄 𝐎𝐓𝐇𝐄𝐑 𝐒𝐈𝐃𝐄 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐘

Una taza de humeante té se posó sobre la mesa, justo frente a Lisa, haciendo que la chica apartase la mirada de la pantalla de su teléfono y prestase atención a su madre. La joven se cruzó de piernas y le dio un sorbo al té, degustando el sabor amargo de este. Dejó la taza de nuevo sobre la mesa y esperó a que Barbara diera el primer paso.

—Lisa, tenemos que intentar hablar pacíficamente, ¿sí? Realmente necesitas conocer la otra versión de la historia, pero para ello necesito que estés dispuesta a escucharme.

La joven asintió en silencio volviendo a beber, era su modo de no dejar ver a su madre lo molesta que seguía con toda aquella situación. Si quería que Barbara explicara las cosas, debería mantenerse callada y evitar hacer o decir cualquier cosa que pudiera arruinarlo todo.

—Ugh, no sé ni por donde empezar.

—¿Qué tal si empiezas explicándome por qué me abandonaste? A mí me parece un buen comienzo.

—Jamás te abandoné, Lisa.

—Ya, claro —espetó una risa irónica—. Sabía que querrías hacer borrón y cuenta nueva pero no que fueses a fingir amnesia.

Barbara hizo el mejor de los esfuerzos por mantener la calma. Se sentó en el sillón individual frente a Lisa y acarició levemente su tripa. Cuando se frustraba el bebé lo notaba y la pateaba con todas sus fuerzas. Un motivo más para mantenerse tranquila.

—Hija, realmente no tienes idea de nada. Cuando tú naciste yo no era más que una cría recién llegada al país con ansias de descubrir mundo y divertirme, como cualquier otro universitario. Tener un hijo no estaba entre mis planes, como te puedes imaginar. ¡Ni siquiera sabía cuidar de mí misma, por el amor de Dios! ¿Cómo iba a cuidar de un bebé?

» Ya conoces las condiciones en las que fuiste concebida, pero lo que no sabes es lo que sucedió después, cuando Hiram se enteró. Se volvió loco, Lisa, loco. No fue hasta que vio el test de embarazo positivo que se dio cuenta que lo que había hecho era un error. Le había arruinado la vida a una pobre muchacha inexperta y había arruinado su matrimonio. Su primera intención era hacerme abortar. Me ofreció el dinero y contactó a una de las mejores clínicas, pero yo no pude hacerlo. Tenía miedo. Estaba sola y no sabía qué hacer con ese bebé que crecía en mis entrañas y que yo no deseaba.

Lisa sintió como se le sacudía el corazón ante aquellas palabras. Ella misma le había pedido a Barbara de antemano que fuera todo lo fiel a la historia que pudiese, sin censura. Pero debía admitir que oír a su madre hablar de aquella manera le dolió más de lo que había imaginado que lo haría.

—El aborto nunca fue una de mis primeras opciones. Mis creencias no me permitían cometer tal crimen, pero no tardaría en replanteármelo. Hiram se negaba a contárselo a su mujer así que me obligó a mantenerme alejada de él y ocultarte. No te imaginas lo duro que fue para mí. Aunque te cueste creerlo, yo amaba a Hiram Lodge. Fui una estúpida que calló con un par de truco, logró tenerme a sus pies sin siquiera tener que intentarlo mucho. Pero me demostró ser un cerdo egoísta. Ese bastardo pagaba lo mínimo de tus necesidades y no tenía ninguna intención de preocuparse por nosotras. Además, yo estaba desempleada. ¿Quién iba a querer a una extranjera que apenas dominaba el lenguaje y acababa de ser madre como su empleada?

» La rabia me consumía cada vez que pensaba en la vida que te estaría dando. Una vida difícil y dura que no merecías. Fuimos tu padre y yo los que cometimos el error, tú no merecías pagar por ello el resto de tu vida. Todo el odio que le guardaba a aquel hombre lo pagué contigo. No existen suficientes palabras en el mundo para expresar lo arrepentida que estoy, lo avergonzada que me siento cada vez que pienso en lo que te hice. Tan solo eras una niña y yo te trataba como si fueras mi enemigo.

BURNING RED » jughead jones ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora