019.

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Cuando Jungkook le dijo a Jimin que había organizado una fiesta en su honor era cierto en cada sentido de la palabra.

El departamento del castaño se había convertido en una gran pista de baile. De la pared colgaban globos y serpentinas rosas, muy parecido al tono de tinte que Jimin había elegido hacía unas horas en la peluquería. Había un montón de personas disfrutando de la música en el centro de la sala de estar y los tragos se encontraban repartidos en cada superficie plana. Parecía que el departamento colapsaría en cualquier minuto gracias a la cantidad de gente que caminaba de un lado a otro, pero de todas formas se sentía un ambiente acogedor.

Taehyung se encargó de abrir la puerta dejándolos entrar y lo primero que se escuchó desde el interior fue un fuerte rugido que decía "Feliz Cumpleaños, Jimin". El peli-rosa se quedo boquiabierto de inmediato, a pesar de que no conocía a nadie se sintió feliz de que todas esas personas estuviesen allí para celebrar su nacimiento (cosa que no pasaba desde el jardín de niños, cuando nadie lo juzgaba por su forma de actuar o vestir).

Uno a uno todos los invitados se fueron acercando a Jimin para saludarlo y presentarse. El peli-rosado sonreía enternecido tratando de guardar los nombres de cada uno en la memoria. Algunos le felicitaban por su cabello y otros halagaban la ropa que llevaba puesta. Durante todo el proceso Jimin no hizo otra cosa que sentirse en una nube de satisfacción, parecía que allí a nadie le importaba lo femenino que fuera, estaban dispuestos a conocerlo a pesar de lo que demostraba su fachada y eso era algo que no tenía precio para el.

– El es Jin –dice Taehyung señalando a un chico alto con cabello castaño–, creo que ya lo habías visto en la fiesta anterior.

– Sí, aunque no pudimos hablar –concuerda Jimin para luego dirigirse al otro chico sonriendo–. Hola, Jin.

– Ay Dios –exclama el castaño–,   después de tantos años que pedí que trajeran a alguien con sentido de la moda por fin mis plegarias han sido escuchadas. Siento que nos llevaremos muy bien, Jimin.

El peli-rosa se sonroja de inmediato mientras sonríe de forma amable.

– Eso espero.

Durante la siguiente media hora Jimin estuvo conversando con Jin sobre las líneas de ropa que le gustaban y hasta la música que cada uno escuchaba. Hubo un momento en el cual se encontraba tan absorto en la conversación que ni siquiera se dio cuenta cuando Jungkook llego a su lado mientras se terminaba el vaso con cerveza que se había servido hace poco. El castaño se dedicaba a mirarlo en silencio y no decía ni una palabra de lo feliz que le ponía ver a Jimin con sus casi ojos cerrados gracias a la sonrisa genuina que se le formaba en el rostro. Prefería que sus pensamientos siguieran ajenos al chico al menos por esa noche.

– Nam –habla Jin captando la atención del moreno quien estaba a un costado de Jungkook–, ¿podrías traernos a Jimin y a mí unos shots? Este chico no ha bebido nada y es su fiesta.

– No te preocupes –dice el nombrado–, yo no...

– El no bebe, Jin –interrumpió Jungkook saliendo de su silencio–.  Apenas cumplió 17.

Seokjin pone cara de DragQueen ofendida al escuchar la negativa del castaño.

– ¿Y tu eres su novio que andas saltando por ahí para hablar por Jimin?

– No, pero...

Jimin baja la mirada al escuchar a Jungkook. Parecía que a pesar de que todo estuviese saliendo de maravilla en la fiesta no significaba que tenía una oportunidad con el chico tatuado.

– No, pero nada –Jin se pasa una mano peinando sus cabello con un claro aire de frustración–. Deja al chico disfrutar de su fiesta.

Jungkook frunce el ceño para luego dirigir su mirada hacia Jimin quien se encontraba frotándose las manos contra el pantalón en un claro gesto de nerviosismo. El castaño se había prometido a si mismo no ser tan duro con el chico, tratar de no obsesionarse con cuidarlo, pero parecía que cada célula de su cuerpo le exigía protegerlo de cualquier mal por más mínimo que fuese. Ahí se daba cuenta de que cada palabra dicha por la señora Park no era otra cosa sino la más pura verdad.

Agridulce ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora