028.

166K 17.7K 10.5K
                                    

Jamás en la vida estuvo tan avergonzado y es que todo había quedado echo un desastre. Los bomberos le ayudaron a dejar la mayoría de las cosas en orden, pero eso no ocultaba que ahora su cocina estaba reducida a un pedazo de chatarra color negro gracias al fuego que le había consumido. Ni siquiera tenía alguna idea de que haría para remediar todo ese alboroto.

− No es tan malo como parece −susurra Jimin por sobre su hombro tratando de consolarlo.

Jungkook agradece internamente el intento del chico por hacerle sentir mejor consigo mismo y tan solo suelta un suspiro pesado. La peor parte de todo era que ya le había mandado un mensaje a su mejor amigo contándole todo de una vez sin anestesia alguna de por medio, por lo que Kim Taehyung venía echo una furia directo hacia el departamento. No es que le tuviese miedo a los berrinches que podría formar el chico, pero sinceramente Jungkook no tenía cabeza para lidiar con ello en ese momento.

− Taehyung viene en camino y de seguro va a matarme —dice hacia Jimin quien sigue de pie a un costado suyo—. Salgamos de aquí antes de que eso suceda.

El peli-rosa ladea la cabeza hacia un costado algo confundido. Jamás pensó que Jungkook podría temer a lo que su amigo dijera, más que mal siempre parecía que los demás le tenían miedo a el y a su mal humor por ser un bruto de primera.

− ¿Enserio te asusta Taehyung? −Cuestiona Jimin con una ceja levantada. Eso sonaba muy sospechoso.

− Pues no —admite el castaño encogiéndose de hombros—, pero es mi excusa para intentar remediar la peor cita que ha existido en la vida.

Jimin suelta una risa al escuchar a Jungkook y después ambos se enfundan en unos abrigos que sacaron del armario para salir del departamento a caminar mientras la luna seguía en su punto más alto. El castaño le abrió la puerta al más bajo y con eso ambos se perdieron en la oscuridad de la noche.

Todo estaba desierto como era de esperarse a esas horas, eran las únicas almas despiertas lo que les daba cierta tranquilidad a ambos de tener toda la privacidad posible. Jungkook tenía la mirada perdida en el asfalto mientras daban paso tras paso por las distintas calles de la ciudad, en su mente trataba de idear algo que pudiese hacer para rescatar la velada, aunque ya tenía hasta miedo de respirar cerca de Jimin. Parecía que algo tan simple como eso resultaría en una catástrofe horrible y no estaba dispuesto en seguir cayendo en fracasos.

— ¿Estas bien, Kook?

Alza la mirada hacia Jimin quien está frente a él con sus ojos brillando bajo las luces de los faroles. No podía creer que a pesar de todo siguiese ahí caminando a su lado cuando el había estropeado hasta lo más mínimo. De seguro debió haber hecho algo muy bueno en alguna de sus otra vidas para merecer que tan solo Jimin lo mirara.

— Sí, mariposa —contesta mientras mete sus manos en los bolsillos de la chaqueta—. Es solo que quería que todo saliese bien hoy, ya sabes. Pero lo arruine por completo.

En ese minuto Jungkook escucha como el chico se queda quieto de forma seca en medio de su marcha. Jungkook hace lo mismo y cuando se da vuelta a mirarlo nota que Jimin está con el ceño fruncido como si lo que había dicho era algo demasiado idiota. Ahora sí que no entendía nada de lo que estaba sucediendo, ¿acaso ni hablar se le daría bien? Eso era demasiado injusto.

— Tonto.

Escucho tan claramente que casi se le escapa una risa tonta de los labios. Ya, aquello a pesar de venir enalgún tono bastante molesto a Jungkook se le hacía de lo más tierno. Enserio, ¿qué estaba haciendo Park Jimin con él?

Agridulce ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora