Capítulo 5; Pacific Park.

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Su expresión herida desapareció. Su mirada viajó a mis mejillas, donde seguramente dos marcas verdes sobresalían a través del mar de lágrimas.

-Lo siento, no sabía que eras tú.-Dije, incómoda por su mirada fija.

-¿Estás bien?-Me preguntó, haciendo caso omiso a mis disculpas. La dulzura en su voz me hizo sentir más helada. La rabia se congeló dentro de mis venas.

-Si, muy bien.-Mentí, haciendo que él frunciera el ceño.-De verdad.-Añadí, soltando una pequeña risa despreocupada. Reírme me costo todas mis energías, nunca antes me había sentido tan cansada.

-No tienes que mentir.-Me respondió seriamente.

-Y tú no tienes que estar aquí afuera.-Devolví, dejando de lado lo extraño que se me era que él haya salido.-Debes regresar al restaurante, harás que tú novia se enoje.-

-¿Por qué ella te hizo esto?-Preguntó, volviendo a ignorar lo que le decía. Su pregunta me hizo sentir molesta de nuevo.

-¿Qué diablos te importa?-Solté, utilizando toda la amargura que llevaba en la sangre.-Si me disculpas, tengo que irme.-Su mano volvió a detenerme. No grité, sonreí.-Dejame ir, sino quieres que comience a gritar y todo el mundo se gire a ver que sucede.-

Él me sonrió de vuelta.-No me importa que todo el mundo nos mire. O que tomen fotos.-Anunció.

-Debería.-Comenté con aire distraído, intentando escapar de su agarre.-Fuiste muy amable conmigo en San Diego, y te lo agradezco, pero no tienes porqué hacerlo ahora. Estoy bien y tu novia te está esperando.-Insistí, tomando aire para mantener intacta mi poca paciencia.

-Está bien.-Joseph asintió, encogiéndose de hombros, su mano me soltó y de inmediato retrocedí. A pesar de la poca iluminación, pude ver a la perfección como sus ojos azules eran inundandos por la inseguridad.

-Sí, sí.-Dije, retrocediendo un par de pasos más.-Deberías entrar.-Agregue, mirando levemente hacia la entrada iluminada del restaurante. Mi madre salió un segundo luego, hablaba muy rápido con Richard, como cuando estaba molesta y comenzaba a arrojar ordenes por la boca.

-¡Alison!-Llamó, girándose en mi dirección. Mamá se acercó rápidamente, y se detuvo en seco al ver al hombre junto a mi. Su expresión cambió en segundos, paso de la rabia a la conmoción.-Hola.-Dijo, sonriendo dulcemente hacia Joseph.

-Hola.-Joseph respondió con amabilidad también.

-Ali, tenemos que ir a casa.-Me dijo, fingiendo una sonrisa dulce para mi.-Ya es tarde.-Continuó.

-No te preocupes.-Respondí indiferente, viendo sus ojos grises.-No tienes que llevarme a casa.-

Richard se acerco, su mirada llena de confusión viajo desde Joseph Morgan hasta mí, y luego se devolvió hacia él.

-Hola.-Dijo, mientras se giraba a buscar una explicación en el rostro de mi madre. Ella negó lentamente.

-Deberías entrar, tú novia te está esperando.-Me gire hacia Joseph.-No te preocupes, está bien.-Agregue dulcemente. Él asintió bajo la presión del par de miradas que lo observaban atentamente.

-Sí. Adiós, Alison.-Se giro hacia mi.-Buenas noches.-Mi mamá asintió confundida, y sonrió. Ambos se giraron para ver como él entraba al restaurante lentamente.

-¿Qué fue eso?-Preguntó mamá.-¿De dónde lo conoces?-

-En San Diego.-Respondió el señor Adams.-Fue el regalo de cumpleaños de Emma, pague para que conocieran a algunos personajes del elenco.-

For You- Joseph MorganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora