Capítulo 11; Beso robado.

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Joseph juguetea con el brazalate de acero en mi muñeca. Ha permanecido en silencio desde que le pedí que me bajara.

Su dedo recorre con delicadeza la joya, me giro para observarlo, tiene una hermosa sonrisa con hoyuelos en el rostro. Entonces, su mano se cierra suavemente alrededor de mi muñeca. Tengo que tomar aire para contener el impulso de apartar mi mano.

No estoy aconstumbrada al contacto físico. Desde que lo conozco, me he visto obligada a dejarle múltiples veces tomarme de la muñeca de esa manera. Joseph me suelta al ver la mirada asesina que Emma Adams se gira a darme. Él sonríe en su dirección, y la expresión de rabia pura se desvanece en un segundo.

Emma disfrutaría tanto ser su bonita distracción. ¿Sería capaz de asesinarme por ello?Problamente sí.

Nota mental, necesito tener un cuchillo debajo de la almohada.

Me limito a guardar silencio y escuchar las conversaciones que tienen todos a mi alrededor mientras caminamos. Para cuando llegamos a la cima, sé el nombre de nuestro inquietante guía y la mitad de los planes del equipo de fútbol para el resto del verano.

-Dios.-Murmuró, observando un par de huecos hechos en la tierra.

Sólo había venido una vez a Santa Elena y no recordaba nada de huecos, ni de huesos. De hecho, la cima no se parece en nada a lo que recordaba.

-Oh, Jesús.-Exclama Evan.-¿Son humanos?-Preguntó en dirección a Ian. El chico de cabello azabache y ojos grises asintió sin interés alguno.

La tía Jess se acerca a mí, con el rostro pálido y una expresión seria en el rostro.-¿Qué diablos es esto?-Exige saber. Detrás de ella, me encuentro con una mirada de confusión en el rostro de Joseph y a una Emma horrorizada muy cerca de él.

-No lo sé.-Respondo, observando el lugar. Entonces, hay algo que no encaja. Como si la imagen que tuviera ante mi estuviera incompleta. Kat llega a mi lado, ella también parece un poco aturdida. -No recuerdo que este lugar se viera así.-Digo, intentando controlar el pánico que me sube con lentitud por la garganta.

-Creo que tomamos un camino diferente.-Respondió Kat.-Que al parecer lleva a una cima diferente.-

-No me gusta esto.-Los ojos grises de mi tía se posaron más allá de Evan y Adrien que había comenzando a sacar los huesos de la tierra.

Por la manera en la que los huecos estaban sobre la tierra, era claro de qué no se trataba de una morgue. Eran tumbas, y esto era más bien una versión pequeña y pertubadora de un cementerio.

Adiós, sueños tranquilos por un mes.

-Con mi padre sólo llegamos hasta aquí.-Comentó Ian, sonriendo de manera escalofriante en nuestra dirección.-Mis hermanos y yo creémos que deben haber más tumbas por ahí.-Con su dedo indice señaló un camino rodeado de gruesos árboles.

Algo me dijo que seguir ese camino sería tan mortífero como saltar por el borde de la cima.

-Que suerte que tú amiga pelirroja tiene a esos dos tipos armados aquí.-Kat se inclinó hacia mi y susurró en voz baja.-Hablaré con Adrien para qué convenza a los chicos de bajar rápido.-

-Está bien.-Asentí, tragando en seco y girándome hacia Joseph.-¿Encantador?-Pregunté fingiendo diversión. Él frunció el ceño con evidente incomodidad. Me sentí mal por él.

-Si te soy honesto, amor. Esto no es para nada encantador.-Respondió, un par de risas estallaron en el aire, Evan y su séquito de guapos descerebrados se golpeaban unos a otros con huesos amarillentos de desconocidos. Ian los observaba fríamente jugar como tontos, tal vez pensaba en mil maneras diferentes de asesinarlos.

For You- Joseph MorganWhere stories live. Discover now