Capítulo 59;

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Soy un desastre.

Regresé a mi casa, a mi vieja habitación y le dije a Joseph Morgan que lo nuestro se había acabado, pero no me siento mejor, no siento paz, no siento absolutamente nada.

He perdido las últimas tres semanas viviendo una vida que no siento que me pertenece. Quizás tenga depresión, no lo sé. La mayoría de las veces creo que estoy bien, pero de un momento a otro, de forma casi instantánea la tristeza, la desesperación y la ansiedad saltan sobre mí y me hunden en un mar del que no puedo escapar. 

Sonrío a diario. Me río sí alguien a mi alrededor dice alguna broma. Acaricio mi vientre y le digo a mi bebé lo mucho que la amo. Hablo con mamá acerca de su vestido de novia. Ceno con Richard todos los viernes en algún restaurante lujoso en el centro. Como chocolates cuando Emma viene a visitarme. Dejo que Emma sobe mi vientre y le hable a la bebé. Veo Juegos de Trono. Estudio para los exámenes de la universidad...Incluso he estado saliendo de compras con Emma y Richard, hemos ido a cenar, a cine, a la playa. Hablo con Kat más de una hora por teléfono cuando llego a casa, sobre chismes de la universidad, me río histérica con ella por algún comentario gracioso que hace. Hago todo eso y más, pero dentro de mi, juro por Dios que algo dejó de funcionar.

Tal vez esté enloqueciendo, eso explicaría porque no puedo dormir por las noches, porque comencé a amar los mariscos, porque mi risa me resulta diferente, más silenciosa y porque no puedo dejar de pensar en Ian Franco.

Lo que él hizo me perseguirá por el resto de mi vida, estoy segura. Cuando la policía me pidió que diera mi testimonio acerca de lo que ocurrió una vez más, no mentí acerca de lo que Ian era, porque al fin y al cabo, él no era malo, no, para mí era una de las personas más valientes, nobles y heridas que alguna vez había conocido.

Con mi testimonio, y la información que el padre de Ian proporcionó a la policía el asunto quedo cerrado sobre la teoría de que Elizabeth lo había secuestrado. No hubo ninguna mención acerca de lo que ocurrió con Ethan Hall, al parecer la policía no cree que existe relación alguna entre los asuntos, al parecer su caso quedara congelado por falta de pruebas, a Ethan no le molesta, él ya sabe la verdad y ahora que Ian se ha ido, ha recuperado su seguridad.

La última vez que hablé con Ethan, él me dijo que lo sentía por lo que me había pasado. Muchas personas me han dicho que lo sienten, el padre de Ian, Thomas Franco fue quién más se disculpó conmigo, en el silencio privado de su oficina. Yo quería decirle que se detuviera, que no tenía por que hacerlo, pero no fui capaz de decirle a ese hombre destrozado que era yo quien debía disculparse por haberle arrebatado a su hijo. Ian me salvó, y es por eso que Thomas lo perdió. Por mi. Thomas dejaré la facultad, no será mi decano cuando regresé de las vacaciones navideñas, oí que regresará a Canadá, a casa, como Ian quería que hiciera. 

Estoy sola en mi habitación, en medio de la oscuridad y en completo silencio, creo que comienzo a entender mi insomnio en estos momentos, ¿Por qué no puedo dormir? ¿Por qué estuve al borde de la muerte? ¿Por qué Ian se sacrificó para salvarme? ¿Por qué me siento tan vacía...tan culpable?

-Alison, deja de torturarte.-Me ordeno a mi misma, me estiro hacia el nochero y enciendo la luz de la lampara. Le he agarrado una fobia espantosa a la oscuridad.-Deja de pensar en eso.-Continuo regañándome mientras me pongo de pies para salir de la cama, estoy a punto de abrir la puerta de mi habitación, cuando alguien del otro lado se me adelante y abre primero que yo.

Son Richard y mamá, ambos en pijamas.

-¿Qué paso?-Pregunta mamá, preocupada. Últimamente se la vive pendiente de mí, creo que es porque se siente culpable por haberme ignorado aquella noche.

For You- Joseph MorganWhere stories live. Discover now