Capítulo 36; Vengativa.

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Narrador externo:

Cuando Joseph Morgan dijo "Casa del lago". Alison Hale pensó que se refería a eso. A algo sencillo.

Pero resulta que el término "Casa del lago" en realidad hace referencia a mansión ultra-mega-increíble. El mayor tesoro de Julie Plec no son sus preciadas series de televisón, sino su espectacular propiedad enfrente del lago Lanier.

La rubia intentó ocultar su asombro al ver la propiedad. No quería parecer estúpida delante de los demás.

-Son casi los primeros en llegar.-Dijo Julie, mirando desde Daniel Gillies y su esposa, hasta Joseph y Alison.-El resto estará aquí pronto.-

Por un segundo Alison sintió el impulso de preguntarle a Julie si Nina Dobrev vendría, pero se contuvo, distraída por el interior del enorme salón.

-El desayuno ya está preparado. Vengan, por aquí.-Indicó la rubia mayor, sosteniendo a Theodore cómo si se tratara de un bebé de juguete.

Alison miraba atenta a Julie, a la expectativa por si algo le sucedía al pequeñín Gillies. Nathaniel Buzolic se acercó a ella, listo para saludarla cuando sus ojos se encontraron con la mirada fiera de Joseph detrás de ella y Julie.

Se detuvo de inmediato al ver la expresión hostil en el rostro de su amigo.

-Deberíamos subir el equipaje primero.-Comentó el británico, con cierta doble intención.-Vengan, chicos. La comida no se les irá a ningún lado.-Continuó, viendo como Daniel Gillies adelantaba a su esposa para llegar primero al comedor.

-Claro.-Respondió Nathaniel, ansioso por saber que le diría Joseph a solas cuando fueran por el equipaje.

-Yo me encargaré del mío luego, estoy muriéndome de hambre.-Respondió Daniel, siguiendo la carrera al comedor. La comida para él siempre estaba de primera.

Joseph asintió, dándose la vuelta para regresar a la entrada. Sólo él y Nathaniel, la ocasión perfecta para dejarle en claro que debía mantener cierta distancia de Alison si quería preservar su integridad física.

Alison advirtió la expresión asesina en su rostro y salió disparada detrás de él y Nathaniel.

-Déjame ayudarte.-Pidió, ignorando lo tonta que había sonado. Joseph se giró hacia ella, con toda la delicadeza del mundo:

-Amor, regresa adentro, yo me haré cargo.-Respondió, abriendo la parte de atrás de la camioneta para sacar el equipaje. La chica se cruzó de brazos y frunció el ceño. A ambos hombres les pareció adorable su gesto.

-Puedo cargar con mi equipaje yo solita.-Protestó Alison, cuando en verdad era un milagro que pudiera arrastrar la maleta con ayuda de las rueditas.

-Entra, Alison.-Ordenó Joseph.-Entra a la maldita casa, ahora.-

Alison sintió una extraña clase de déjà vu al oírlo. De manera insconciente retrocedió, recorcando los detalles de su última discusión el día que se fue con Nathaniel, se tocó la muñeca, sintiendo la mano de Joseph cerrarse sobre ella.

-¿Alison?-Nathaniel llamó, viendo la mirada de la chica perderse en el aire.

Joseph dejó la primera maleta a un lado de la entrada, intentó acercarse a la chica, pero ésta soltó un pequeño grito que le hizo retroceder.

-¡No me toques!-Ordenó Alison, retrocediendo como una animal a punto de ser devorado.

-No lo haré.-Se defendió el rubio.-¿Qué sucede?-Exigió saber, intetando sonar dulce. La chica no respondió, lo miró con aquellos ojos vacíos que le daban escalofríos y regresó al interior de la casa, dejando a ambos hombres confundidos.

For You- Joseph MorganWhere stories live. Discover now