Capítulo 38; Completo.

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Me quedo estática en medio de su mirada rabiosa y la figura de Nathaniel Buzolic. Los ojos azules de Joseph tienen cierto brillo asesino que me resulta espeluznante.

No me atrevo a decirle algo.

-Alison, sal.-Me dice, su voz está llena de calma, a pesar de que se le ve la furia iluminándole los ojos.-Cariño, sal ahora mismo.-Continúa, bajando la mirada furiosa a mí.

No soy capaz de girarme para ver a Nathaniel detrás de mí, así que no sé que expresión tiene en el rostro.

Camino en dirección a él, dejo que las lágrimas me bajen por las mejillas, quizás eso disminuya su ira.

Él se gira detrás de mí, su mano presiona la parte baja de mi espalda con suavidad y me guía a través del pasillo con rapidez.

-Te lo puedo explicar.-Digo en voz baja. Él lanza un gruñido a modo de respuesta, eso no parece una buena señal.

A menos no ha hecho un escándalo.

Que raro, él ama hacer escándalos.

-Me estás lastimando, suéltame.-Miento, en verdad está siendo suave. Sólo quiero que me suelte.-¡Joseph, por favor!-

Llegamos a la habitación, él me empuja dentro y cierra la puerta con seguro detrás de él.

Está sobrio, no tiene porque ser violento. En teoría. Pero está enojado, sus mejillas están rojas, lo más probable es que sea de la rabia, aprieta los puños y desliza la mirada llena de furia hacia mí.

-Te lo puedo explicar.-Anuncio, nerviosa.

-No hay nada que explicar.-Me responde, de manera mordaz.-Eres una perra vengativa. No sé como diablos me enamore de ti.-

Siento que me falta el aire, ¿En verdad me ha llamado perra?

-Lo siento.-Digo.-Sé que estás enojado, te lo explicaré todo.-

-No necesito que me expliques nada.-Interrumpe.-Entiendo cómo funciona tu mente retorcida a la perfección.-Cuando habla, escupe veneno.

-No paso nada.-

Un pequeño beso nada más.

-¿Me crees idiota o qué?-Suelta.

-Pues sí, eres muy idiota.-Respondo, haciendo un ademán con las manos, cómo si su idiotez fuera algo muy obvio.

-¿Cómo pudiste?-Exige saber, más venenoso que antes.

Me encojo de hombros, la respuesta es muy sencilla.

-Oh, fue muy simple, porque en verdad no paso nada.-Respondo, me pregunto cuanto más resistirá antes de ponerse a gritar, o devolverse hacia Nathaniel para pegarle un puñetazo.

-¡Eres una...!-Deja la frase sin terminar, aprieta los puños con tanta fuerza que seguramente debe estar lastimándose las palmas de las manos con las uñas. Toma aire para mantener la calma, y frunce el ceño.

-¿Una qué?-Presiono.-Adelante, dime que soy una perra, muero por oírlo.-

-Te lo diría, pero creo que ya lo sabes perfectamente, amor mío.-

Quiero matarlo cuando me dice "amor mío".

Él da un par de pasos hacia mí, retrocedo hasta chocar contra la cama.

-No te me acerques.-Digo, eso no lo hace detenerse.

-¿Por qué?-Pregunta, la expresión en su rostro tiene cierto brillo diabólico.-Soy tu novio, ¿Qué no me puedo acercar a ti? ¿Qué no te puede tocarte?-

For You- Joseph MorganWhere stories live. Discover now