Capítulo 63; Papás primerizos

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Narra Joseph:

El llanto de un bebé es el sonido más escandaloso y caótico que he oído en mi vida, juro por Dios que mis oídos están a punto de estallar. Es literalmente el sonido más desagradable que puedes oír en tu vida a las tres de la madrugada, y el hecho de que llevo días sin dormir como Dios manda solo hace que me resulte más irritante.

—¿Tiene hambre?—pregunto, y suena más bien como el susurro famelico de un muerto viviente. Estoy hecho trizas.

—No, sólo quería despertarte a ti. Ama tu atención—me responde Alison, con el Helena envuelta en una manta—. No sé porque llora, acabo de darle de comer.

—Tal vez le gusta llamar nuestra atención.-Digo.-Amor, ve a dormir un rato, yo la cuidaré.-No tengo derecho a quejarme por el maltrato que Helena me ha dado a mi, porque, sin lugar a dudas ha sido Alison quién mayormente se ha encargado de ella.

Alison es una buena madre primeriza, sabe como sostenerla, alimentarla, bañarla, y yo por otro lado, sé como observar enamorado a Alison mientras hace todo eso, aunque no crean, también he aprendido un par de cosas, por ejemplo aprendí a preparar un biberón, y eso es un logro monumental.

-Sí vuelve a llorar, despiertame.-No hay necesidad de que yo la llame, el llanto de Helena la despertara por sí sola.

Recibo a la bebé entre mis brazos, ha dejado de llorar y me observa con sus grandes ojos azules.

-Hola, cariño.-La saludo.-¿Querías que papá se despertara?-Camino hasta la mecedora con ella.

Tener a mi hija entre mis brazos es la sensación de amor y alegría más grande que he experimentado. La amo con mi vida.

Me he visto con varios psicólogos a lo largo de la filmación de Los Originales, hablamos de muchos aspectos del amor que los padres desarrollan hacia sus hijos, quería que el amor que Klaus sentía por Hope luciera lo más real posible...Y muchos de los psicólogos me dieron pautas de comportamiento que podía interpretar en escenas, hablamos de los sentimientos y recuerdo que uno de ellos, me dijo una vez en medio de risas que el amor de los padres hacia sus hijos eran tan fuerte y poderoso que era imposible de explicar.

Yo no lo comprendía en ese momento, no tenía idea de que en verdad el amor que siento por mi hija entre mis brazos sería tan grande que siento que el óceano es diminuto para contener lo que siento por ella, es algo dentro de mí, algo que me da fuerzas para protegerla, algo que me llena de amor para abrazarla, algo que me llena de pánico porque alguien más pueda herirla alguna vez, algo que me llena de emoción por ver como sus ojos se iluminan al mirarme, es algo que no se puede explicar, no encuentro las palabras, pero si es algo que puedo sentir...lo siento en cada latido de mi corazón, cada respiración que tomo, siento como mi vida está ligada a la de ella de una forma imposible de comprender.

Sí Daniel alguna vez me hubiese dicho que así es como se siente, quizás no le hubiese creído, pero ahora lo sé, y no quiero dejar ir este sentimiento nunca.


***

Los domingos se han vuelto los días familiares, y eso es agradable. Quién diría que llegaría a sentirme tan agusto con una familia que ni siquiera es la mía.

—¿Dónde está Lucas?—escucho que pregunta Alison a su madre en cuánto la ve llegar, con Richard y Emma—. No vendrá, ¿cierto?

Cristina se pone tensa, al igual que yo.

—No se siente muy bien hoy—miente su madre, dándole un beso en la mejilla para distraerla—¿Dónde está Helena?

For You- Joseph MorganWhere stories live. Discover now