Capítulo 3

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Debo hacerlo. No puedo quedarme sin hacer nada. Pestañee varias veces, tomando una fuerte respiración y con mi mejor tono serio, lo solté.

—Estoy seguro. Aléjate, ahora.

Jungkook río ladinamente. Su expresión de superioridad me sacó de mis casillas, ¿Quién se cree que es? Lo empuje con toda mi fuerza posible haciéndolo a un lado, me aleje de la mesa y salí del salón dando un gran portazo.

Mi cuerpo se tensa cada vez más, a cada paso que doy solo quiero salir corriendo de este lugar. No miré hacia atrás en ningún momento, no quiero tenerlo cerca. No comprendo que es lo que quiere realmente.

Me detuve frente a mi correspondiente aula de clases. Pase una mano por mi cabello alisandolo un poco y respirando profundamente, entré con seguridad.

Dejé mis cosas en el escritorio y abrí mi cuaderno de temas donde anote lo que debía dar hoy. Jungkook abrió la puerta con una expresión vaga en su rostro, sin expresión. Me sorprendí al verlo de esa forma más sin embargo, me prometí no mirarlo.

Saludé a todos y comencé a dar la clase. El objetivo de hoy son los medios de comunicación. A medida que transcurría la clase varios chicos participaban.

Un estudiante de cabello grisáceo, levantó la mano. Asentí con la cabeza indicándole que podía hablar.

—¿Qué hago sí ya no recuerdo como escribir?—cuestionó, luciendo muy concentrado.

Arrugue la frente, confundido.—¿Qué?

—No, nada. Ya me acordé.—se encogió de hombros, restándole importancia.

Que chico tan extraño. Sus delicados rasgos lo hacen parecer muy atractivo, hay que aceptarlo. No es mi tipo y tampoco es que tenga uno pero simplemente no me llama tanto la atención de esa forma.

Proseguí con mi clase, todos prestan atención y eso me gusta. Les asigne un trabajo en pareja, y al instante todo se volvió un caos, la mitad del salón conversa con la otra mitad restante. Sonreí al verlos recordando mis tiempos, ¿Quién no se vuelve loco cuando es en parejas?

Me senté en mi silla soltando un largo suspiro. Tome un poco de agua y me concentre en llenar mis planillas con las notas del informa pasado. Transcurrieron un rato, quizás diez minutos y todos están en silencio. Uno que otro hablando con fuerza.

—¿Profesor? —llamó mi atención el chico de cabello grisáceo.

—Dígame.

—Mi compañero Jungkook no quiere trabajar, ¿Qué hago? —preguntó, sus ojos asustadizo me sorprendieron.

Parecía extremadamente tímido. Que extraño, diría inocente. Miré al recién nombrado con seriedad, Jungkook sonríe con desafío haciéndome rodar los ojos. Lo ignore y volví a mirar al chico.

—Déjalo, haz tu parte y listo.
El chico asintió con energía y volvió a sentarse en su puesto. Creí que es un buen estudiante. Carraspee un poco y lo llamé.

—Jungkook, ven aquí.—indique, apretando los labios con fastidio.

—¿Qué quiere, profesor?—levantó su ceja con arrogancia.

—¿Por qué no está haciendo su tarea? —mantuve mi expresión inquebrantable.

—No tengo ganas.

—Perderá la nota.—advertí, buscando mi planilla de rasgos nuevamente.

—¿Qué me dará si lo hago? —se aventuró a preguntar, emocionado.

—Nada, es su deber como estudiante.—replicó.

—Que aburrido. —en tornó los ojos, sonriendo.

Volvió a su puesto y se puso a trabajar. Me quedé mirándolo por un rato, es atractivo. Su aire de chico malo es evidente aunque no se comporte como tal. Diría que lo es sólo en gran parte. Como juega con sus labios, como desprende tanta tentación. Es peligroso. No puedo dejar que me arrastre con él.

La clase siguió su curso de forma natural. Me alegra saber que no me ha ido tan mal como profesor. Los chicos se acercaron y dejaron sus trabajos encima del escritorio mientras salían para ir al almuerzo. Saque unos lentes de mi bolso y me los puse con cuidado.

La última pareja en acercarse fue la de Jungkook. Su caminar es tan imponente y seguro, demandante y superior. Trague saliva con fuerza, nervioso al sentir mis mejillas calientes.

—Aquí tiene, profesor. Soy Kim Taehyung, un gusto.—se presentó aquel chico extraño.

Le sonreí con amabilidad. Él me devolvió la sonrisa y con alegría, se despidió de nosotros. Lo vi alejarse, es agradable. Escuche a Jungkook toser y me gire a mirarlo.

—¿Qué? ¿Te gusta?—interrogó, apoyándose en el borde del escritorio.

Su expresión de manipulación removió algo dentro de mí. Mis rostro se tiñó de rojo al notar su postura. Se inclina hacia mí, su boca curvandose en una cabreada sonrisa.

—¿Qué te importa?—espeté, bajando la mirada a mis cuadernos.

—Te ves muy sexy con esos lentes.—se lamió los labios, rodeando el escritorio hasta quedar frente a mí.

—¡Cállate, Jungkook! ¿Qué diablos te pasa conmigo? ¡Déjame en paz! —grité furioso, sin importarme si me escuchan o no.

Jungkook levantó sus cejas quitando la expresión divertida, reemplazando por una burlona.

—Ya te lo dije, quiero follarte. Me vuelves malditamente loco.

Retrocedí en mi lugar, mi cuerpo tiembla ligeramente. El enojo me azotó y no pude retenerlo. Me levanté furioso y me acerque a la puerta.

—Vete.—amenacé, frunciendo con intensidad mi ceño.

Él comenzó a reírse con gracia. Parecía divertido al verme de esta forma, ¿Qué le pasa, por dios? Se acerco a mi silla y se sentó despreocupado, ignorandome por completo.

—¡Te dije que salieras!—bramé, haciendo mis maños puños.

Jungkook se quedo observandome con superioridad, su rostro serio y arrogante me hacen sentir más nervioso. No puedo retener su mirada. Inquieto, no puedo dejar de moverme y mirar a mi alrededor, no puedo hacerlo.

Respire profundo, esto siempre funciona. Me acerqué a él con paso decidido y me detuve frente a sus ojos.

—Jungkook.—comencé a decir, impaciente.

—Que lindo te ves cuando estás enojado.—sonrió, fingiendo inocencia.

Mi corazón salto dentro de mí y con toda la fuerza del mundo, logré ignorarlo. Me acerque más para tratar de intimidarlo. Abrí la boca para decir algo más pero me vi interrumpido al ver como me jala del brazo. Caí sobre sus piernas, ahogue un grito de la sorpresa. ¡Jesús, que Le pasa!

Trate de alejarme de inmediato, estar sentado sobre él me hace enloquecer de solo pensarlo. Mis latidos se aceleran tanto que duele y mi respiración no ayuda, trate de aspirar fuerte y escapar pero no pude. Sus manos me agarran fuertemente del muslo.

Mire a mi alrededor, el miedo abriéndose pasó en mi estómago dejando una horrible sensación. Volví a intentarlo pero no pude. Justo en estos momentos desearía ser fuerte. Me atreví a mirarlo, traspasando toda la rabia posible por mis ojos que seguramente destellan de la ira. ¿Cómo se le ocurre? Alguien puede vernos, mis ojos se humedecieron llenos de frustración, quiero partirle la cara, joder.

¿Por qué me siento tan extraño? Mejor dicho, ¿Por qué no lo he alejado?

Sweet Caprice ↛ KookminWhere stories live. Discover now