Capítulo 12

9.2K 1.1K 302
                                    

Deje que Suga me guiará hasta la salida. Mi mente quedó atrapada en la escena de Jungkook y esa chica besándose. ¿Qué pretende? No lo entiendo, por más que trato no llego a ninguna conclusión.

Y sí, ya acepté que siento algo por él. Me gusta. Mejor no sigo negandolo, aunque ahora que lo sé, ¿Qué debo hacer? No tengo idea. No puedo estar con él, las relaciones de profesor/alumno están totalmente prohibidas y no quiero perder mi trabajo, sumándole lo loco que está, es un completo desastre.

Solté un suspiro de frustración llamando la atención de Yoongi quién busca las llaves de su carro. Recordé que traje el mío, no puedo dejarlo ahí.

—Yo te sigo en mi carro, no puedo dejarlo aquí tirado.—propuse, sacando de mi bolsillo las llaves.

Yoongi pareció pensarlo para luego asentir derrotado.—Está bien. Sígueme.

Se dio la vuelta y entró en su auto cerrando con fuerza la puerta. Hice lo mismo, solo que mi puerta la cerré cuidadosamente. Encendí el motor al ver como Suga arrancó. Lo seguí con facilidad, maneja a una velocidad intermedia. También suelo hacerlo de esa forma.

No tardamos mucho en llegar. Mi teléfono sonó pero decidí ignorarlo, no debe ser nadie importante y de todas maneras, no puedo contestarlo. Centre la mirada en la carretera por unos largos minutos hasta que el carro de Yoongi se detuvo frente a una gran cafetería. Me estacioné detrás de él como siempre suelo hacerlo y guarde las llaves en mi bolsillo después de apagar el carro y dejar mis cosas en el asiento de atrás.

El Profesor Min me hizo una seña para que lo siguiera. Camine a paso rápido para alcanzarlo, al entrar al lugar un dulce aroma a café inundó mis fosas nasales. Dios, es el paraíso para mí. Me encanta. Sonreí abiertamente y con mucha alegría, me siento relajado.

—Puedes sentarte y me esperas. ¿Qué quieres exactamente?—preguntó, colocándose en la corta fila para pedir.

—Sorprendeme.—me atreví a decir, divertido.

Suga sonrió y me guiñó el ojo. Ese gesto descarado me recordó a Jungkook y mi ánimo se vino al suelo. No quiero recordarlo. Busqué con la mirada un lugar para sentarme y a lo lejos encontré uno. Me dirigí hacía allá y me senté de lado de la ventana, apoyando mi cuerpo en ella. Saque el teléfono de mi bolsillo y lo revisé.

Jungkook.

Te estás portando muy mal, Jimin. Recuerda que eres mío y ningún iluso, podrá cambiarlo.
4:30pm.

Me estremecí al leer el mensaje. ¿Quién se cree que es para venir a decirme eso después de lo que me hizo? Es un estúpido, un completo idiota. Un maldito niñato. ¿Suyo? ¿Desde cuándo? Me cubrí el rostro con mis manos, suspirando sonoramente.

No sé qué hacer contigo, Jungkook. Sinceramente ya no me caben cosas de las que preocuparme. Me hace sentir avergonzado sus palabras pero con la misma fuerza que me emocionan, me enfurecen. No voy a hablarle por ahora, así que no voy a responderle. Que se vaya con la niñita tonta esa.

—Ya llegó el pedido.—anunció un animado Yoongi, con dos tazas en sus manos.

—¿Qué son?—inquirí, tomando una taza en mis manos aspirando el dulce olor.

—No te diré. Así la próxima vez que vengas tendrás que llamarme para saber el nombre y así yo podré venir para acompañarte.—se encogió de hombros, como si no fuera importante.

Solté un silbido de impresión.—Vaya, tienes todo planeado.

—Pues sí.

—Está bueno.—sonreí, dándole un largo sorbo.

Sweet Caprice ↛ KookminOnde as histórias ganham vida. Descobre agora