Sweet Caprice ↛ Kookmin

Capítulo 17

Profundice el beso elevando mis manos para enredarlas en su cabello y acercarlo más a mí. Me fascina su cercanía y sentir como su labios se mueven tan ágilmente sobre los míos. No soy una persona que haya besado a muchas personas, pero hago mi mejor intento.

Al transcurrir unos segundos, me separé lentamente dejando caer los brazos a cada uno de mis costados. Probablemente mis mejillas estén sonrojadas y ardiendo de vergüenza. Jungkook por su parte, sólo sonrió con sorna. Abrí los ojos sorprendido al ver que había vuelto, este era el Jungkook que tanto me gustaba.

-Vamos a casa.-susurré, mi voz siendo amortiguada por el ruido de la lluvia.

Las gotas aún seguían cayendo sobre mí dándome una sensación de paz, tranquilidad y cierta nostalgia. Di unos pasos al frente dispuesto a comenzar la caminata pero la mano de Jungkook tomando mi muñeca, y luego deslizándose hasta mis dedos fue suficiente para detenerme.

Entrelazó su mano con la mía y sonrió pícaramente. Mi corazón no podía latir mas rápido y mi pulso estar tan acelerado. Desvié la mirada, tragando saliva para ocultar mis evidentes nervios. Solo dejé que lo hiciera, no pienso volver a ser como antes. Como dije antes, quiero intentarlo.

-Cerca de aquí hay una parada de autobús. Sigueme.-informó, jalando suavemente de mi mano y guiandome por las calles con seguridad.

Ver su espalda está comenzando a volverse algo muy familiar. Siempre que lo veo descuidado, miles de pensamientos surgen en mi mente y no me dejan pensar con claridad. Preguntas simples sobre su vida me atormentan y no estoy seguro de que sea correcto expresarlas.

Di varios pestañeos para volver a la realidad, Jungkook me conduce por unas calles un poco desconocidas para mí, solía verlas de reojo. Se desvío por un callejón soltando una pequeña risa y al final, salió frente a una estación de bus.

Sonreí con incredulidad y no pude evitar sentirme intrigado por conocer más de este chico, es decir, está completamente loco y es un bipolar. Sin embargo, y debo aceptarlo, no me quedo atrás.

-¿Cómo es que conoces tanto las calles?-cuestioné, sintiéndome decepcionado al verlo soltar mi mano.

Se acercó a los asientos y se giró para hacerme señas de que lo siguiera. Entorné los ojos con fingido fastidio y me senté a su lado. Nuestros brazos se están rozando y no puedo evitar sentirme consternado. Recordé que le había hecho una pregunta y di un toque en su hombro, para llamar su atención.

-Respóndeme.

Su expresión cambió drásticamente y se volvió ausente, sus ojos parecían viajar en el tiempo y atascarse en algún lugar. Desvió la mirada y simplemente se quedó callado, sin decir nada. Quizás había tocado un tema sensible para él, más sin embargo, sólo pregunté por unas sencillas calles.

-Solía estar mucho por aquí.-dijo después de un tiempo, en el que me limité solo a observarlo y a detallar lo mejor posible su rostro.

-Ah, entiendo. ¿Solo o estabas acompañado?-interogué, sin poder contener mi intensa curiosidad al ver su cambio de humor.

Él me miró de reojo y chasqueo la lengua con molestia. Seguramente no quería responderme. Hice un puchero con mis labios, ¡Era simple curiosidad! Tengo derecho a saber sobre él. Cuando creí que no me contestaría, se escuchó a lo lejos el sonido del claxon que solía usar el bus que esperábamos.

Se levantó rápidamente y se acercó a la orilla de la cera para comenzar a esperarlo. Me quede mirándolo sin comprender muy bien por qué estaba actuando de esa manera pero decidí seguirlo, debo ser paciente. No dijo nada y eso estaba comenzando a preocuparme. A lo lejos vi cruzar el autobús y aproximarse lentamente hacía nosotros.