Capítulo 28

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Aún mi mente no es capaz de reaccionar ante tales palabras, por supuesto que no he venido a eso. Desee decirlo en voz alta, pero ni siquiera puedo emitir sonido alguno. Desvié la mirada hacia la ventana y me quedé observando los pequeños rayos de claridad que entraban y le daban un poco de luz a esta oscura habitación. O quizás solo era una excusa para escapar de los escudriñadores ojos de Jungkook, no sabía exactamente qué es lo que debía hacer.

Transcurrieron unos minutos en los que permanecí quieto, cada extremidad de mi cuerpo parecía estar congelada. Debo ser fuerte, encarar toda esta situación. Respiré profundamente y cerré los ojos por un momento, repitiéndome mentalmente que todo estará bien. Miré a Jungkook directamente a los ojos con una expresión de seriedad, sorprendiéndome al verlo tan calmado, solo observándome con atención.

—Mira, Jungkook, me gustaría que me dieras una explicación de lo que está ocurriendo.

Él sonrió con burla: —Claro, pero, ¿Qué es exactamente lo que está ocurriendo?

—El hecho de que estés fumando ya es suficiente información, ¿No crees? —cuestioné, conteniendo el sarcasmo en mi tono de voz.

—Ah, ¿esto? —señaló su cigarrillo con una sonrisa de diversión. Prosiguió: —Esto no es nada. ¿Qué otra cosa quieres saber?

—Jungkook. —advertí, apretando la mandíbula con enojo.

—¿Qué? —se limitó a responder, dándole otra calada al cigarrillo.

—Eres un descarado.

Apreté mis manos y las hice puños, descargando toda la impotencia que comenzaba a inundar mi cuerpo. Debo calmarme, pasé una mano por mi cabello con frustración y tomé varias bocanadas de aire tratando de llenar mi cuerpo del suficiente oxígeno para enfrentarlo. Me acerqué a él con pasos decididos y de un tirón, le arrebaté el cigarrillo de los labios. Lo tiré al suelo y lo pisé con furia.

—No quiero verte fumar de nuevo, más nunca, ¿Oíste? —advertí, alzando la voz considerablemente.

—¿O sí no qué? —inquirió, su rostro ya no conservaba ninguna expresión y su voz comenzaba a sonar ruda.

Me quedé en silencio. Le di la espalda y me quedé observando la puerta, pensando en si debía irme o no. La verdad es que no sé cómo manejar esta situación, no sé que le está sucediendo a Jungkook, nunca entendí porque parecía tantas personas a la vez. Jamás logré saber quién es el verdadero Jeon Jungkook, quién está allí, escondido en su corazón. No sé ni siquiera de quién me he enamorado. Y entiendo que él aún es muy joven, y que le llevo ciertos años, debido a esto, no me decido sobre si debería seguir hasta el final o parar ya, antes de que sea demasiado tarde.

Negué con la cabeza al sentir una presión insoportable en mi pecho, las lágrimas quieren desprenderse de mis ojos pero no voy a permitirlo. Debo resistir. Una corriente de miedo se instaló en mi estómago y lo hizo revolverse con angustia. Tome varias respiraciones y me giré de nuevo, Jungkook seguía acechándome con su intensa mirada. Lucía tan desolado, su rostro no expresaba absolutamente nada. Su cabello cae ligeramente sobre sus ojos, le creció un poco desde la última vez.

Me acerqué más hacía él, ya no eran pasos decididos, estaba cansado de fingir ser fuerte, así que simplemente dejé que mi corazón hablará por mí, permití que mis acciones me guiarán. Me senté en la cama, a un costado de su cuerpo y su mirada siguió todos mis movimientos. Bajé la cabeza por un momento mientras recogía fuerzas para expulsar todos mis sentimientos, debo hacerlo.

—Jungkook, ¿Sabes? Te he extrañado mucho... tanto que no podrías imaginarlo. —comencé a decir, mi voz temblaba y no era capaz de mirarlo a los ojos, sin embargo, proseguí: —Como sabrás, me fui de casa justo hoy, cuando mi padre quiso imponerme que no te viera más y desde luego, eso para mí, no iba a pasar. Quería verte, quería ver a ese Jungkook divertido y lindo que me visitó en el hospital, sí, lo dejé todo. Pero, ahora que estoy aquí y te veo así... yo—

Sweet Caprice ↛ KookminWhere stories live. Discover now