Capítulo 23

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Jungkook

No puedo creerlo. Debe ser una simple ilusión de mi mente, no es verdad. Sorbí por mi nariz y contuve el llanto, me concentre en escuchar sus latidos y pude percibirlos. Una corriente de electricidad me recorrió por todo el cuerpo y me hizo enderezarme lleno de sorpresa. Di varios parpadeos sintiéndome muy incrédulo. Miré a mi alrededor en busca de su amigo el policía y lo encontré un poco lejos, hablando con sus compañeros sobre Namjoon.

Diablos. Busque en mis bolsillos el teléfono pero no logré encontrarlo. ¿Por qué en momentos como éste todo parece ser tan difícil? Sollocé al borde de la desesperación hasta que una mano apretó mi hombro y alguien se dobló a mi lado. Giré mi rostro encontrándome con la asustada expresión de Taehyung. Abrió la boca hasta más no poder y luego de unos segundos, pareció reaccionar. Todo lucía como una película en cámara lenta, cuando buscaba en sus pantalones y sacaba el celular en su mano, desbloqueándolo y llamando a la ambulancia.

Me permití respirar y sentirme un poco aliviado. Mi mente adquirió ligereza al saber que pronto vendrían a ayudarlo. Centré mi atención en su lindo rostro, sus mejillas y sus apetecibles labios. Desde el primer momento me resultó demasiado atractivo y deseable, una vez que lo conocí y descubrí lo tierno que puede llegar a ser, terminó atrapándome. Prácticamente, estoy a su disposición. Puede hacer conmigo lo que quiera. Por eso, debe despertar, para que me use como desee, no me interesa si es doloroso, quiero estar con él.

—J-Jung...—escuché su débil voz. Me incliné para escuchar mejor pero nada más salió de sus labios.

Sus párpados temblaban como si quisiera abrir los ojos y no pudiera. Comenzó a respirar con mucha dificultad y cada vez le costaba más. Empecé a entrar en pánico, se sentía casi como una patada en el estómago, que me quitaba el aire y me dejaba frustrado. Escuché el sonido de la ambulancia y en cuestión de segundos, ya estaban entrando por el callejón con una camilla y unos artefactos para darle respiración. Solo he ido pocas veces al hospital y no han sido buenas experiencias.

Me hice a un lado permitiendo que los enfermeros se movieran con mayor facilidad. Esperé impaciente, observando como levantan con mucho esfuerzo su cuerpo y lo depositan con cuidado en esa estrecha y liviana camilla. Los nervios recorren cada fibra de mis músculos y me hacen jugar con mis dedos, deseando que de una vez por todas, Jimin abra sus ojos. Uno de los hombres colocó una mascarilla en su nariz que le proporciona oxígeno y lo conectó a un con ruedas. Comenzaron a rodar las cosas fuera del callejón y desde luego, cuando fui capaz de reaccionar, los seguí con pasos apresurados.

Taehyung se quedó con Hoseok y los demás policías. Es un peso menos, sé que estará bien con él, a salvo. Salí a la calle llena de personas que caminan con normalidad, como si nada estuviera pasando y ciertamente es verdad, para ellos, en sus mentes, todo está perfectamente bien. Solo un pequeño grupo de personas se amontonaron en la entrada de la ambulancia que tiene sus puertas traseras abiertas esperando el ingreso del paciente herido.

Los hombres se dispersaron en todos los extremos de la camilla y apoyaron sus manos en los tubos elevándola lentamente, ayudándola a subir por la escalera corrida que habían puesto tiempo antes. Lograron meterla con facilidad y más atrás, subieron ellos para sentarse en los asientos, suspirando con alivio. Me subí también, sin importarme un bledo lo que ellos dijeran.

—Joven, no puede estar aquí.—advirtió un hombre con el cubre bocas distorsionando su voz.

—No me interesa, soy lo único que tiene en este momento y no pienso dejarlo solo.—escupí las palabras abruptamente.

Los presentes se quedaron en silencio, probablemente sorprendidos por mi falta de respeto. En mi defensa, me importa muy poco. Solo quiero estar cerca de él, y haré todo lo que sea necesario. Independientemente de lo que piensen las personas, no les haré caso, me quedaré como una estatua en mi sitio. Di varios pestañeos consecutivos para volver a la realidad al notar como uno de los chicos saca un trozo de tela y procede a hacer una serie de movimientos extraños sobre la herida de Jimin.

Sweet Caprice ↛ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora