Capítulo 32

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Me quedé estático, y es como si el tiempo se hubiese detenido en ese mismo instante. Su expresión sombría y la terrible apariencia que tenía hicieron que mi corazón se apretará en mi pecho. Las lágrimas se amontonaron en mis ojos pero fui capaz de retenerlas. Su ropa estaba desaliñada, su cabello desordenado a parte del fuerte olor a alcohol y ni hablar de que ni siquiera se puede mantener en pie.

Respiré hondo al verlo tambalearse para acercarse a mí. Le puse mis manos en cada uno de sus hombros y lo hice retroceder varios pasos por lo que ya estoy dentro de la casa. Lo suelto lentamente procurando que esté estable y prosigo a cerrar la puerta. Me giro nuevamente y me aproximo a pasos decididos hasta quedar frente a él.

Me cruzo de brazos observándolo con reproche esperando pacientemente a que confiese qué le sucede, sin embargo me sorprendo al ver como sus ojos se humedecen y sus mejillas sonrojadas se llenan de lágrimas. Se lleva ambas manos al rostro para cubrirse y ese gesto fue suficiente para hacer que crezca una presión en mi pecho. La tristeza me invadió completamente y estuve a punto de largarme a llorar también pero lo contuve, en cambio, lo rodee con mis brazos en un fuerte abrazo.

—Calma, Hoseok. Todo está bien, tranquilo. —comienzo a decir con suavidad.

—¡N-No! É-Él n-no me quiere...—sollozó, alzando la voz.

—¿Quién no te quiere? —inquirí, frunciendo levemente el ceño.

—É-Él... ese estúpido chico...—balbuceo, enterrando su cara en el hueco de mi hombro.

Me quedé en silencio rebuscando en mi mente a qué persona podría estar refiriéndose. Recordé aquella vez que me dijo que creía que estaba enamorándose y cuando lo vi en el instituto, la única persona que está allí es... no puede ser. Kim Taehyung. ¿Podría ser él? Volví a la realidad al sentir la humedad en mi hombro y escuché como su respiración se tornó menos agitada, por fin está calmándose.

—Hoseok, necesito que me expliques todo, ¿Ok? —pedí, alejándolo de mí para que pudiera mirarme. Él asintió débilmente, por lo que proseguí: —Pero primero debes bañarte para que te pongas más sobrio.

Ante mi última petición negó efusivamente con la cabeza haciéndome reír. El chico serio y reservado ha desaparecido dejando a un niño en su lugar. Lo sabía, en el fondo Jhope es vulnerable y no es tan fuerte como hace aparentar, siempre era yo el que volvía llorando a sus brazos y siempre estaba allí para consolarme. ¿Qué le habrá pasado? Lo abracé por un costado en contra de su voluntad y lo empuje junto a mi cuerpo para que pudiera caminar.

—¡No! ¡No quiero! —chilló, zarandeándose violentamente.

—¡Basta ya! —rugí, sonando muy enfadado.

Hoseok se calló al instante y bajó la cabeza. Empezó a poner de su parte por lo que nos estábamos aproximando mucho más rápido a las escaleras. Me detuve frente al primer escalón, será muy difícil llevarlo. Y pesa demasiado como para cargarlo como una damisela. Pensé por un momento, podría llevarlo a caballito. ¡Buena idea! Lo solté rápidamente y me doblé casi a la altura del suelo, le hice señas para que se montara. Él pareció entender luego de unos segundos por lo que se montó poniendo ambos muslos a cada lado de mi cintura, los agarré con mis brazos mientras sus manos se aferraron alrededor de mi cuello.

Respiré hondo conteniendo el aire en mis pulmones y con mucho esfuerzo comencé a subir escalón por escalón. Casi pierdo el equilibrio al llegar al final, no obstante corrí con las pocas fuerzas que me quedaban hasta llegar a la habitación. Dejé la puerta abierta debido a que aún tenía todo el peso de su cuerpo y me aproxime al baño que está justo aquí dentro. Giré la manilla con mucha dificultad y caminé con pasos vacilantes. Lo dejé sentado en el suelo de la ducha y me doblé a su altura notando como algunas lagrimas aún brotan de sus ojos.

Sweet Caprice ↛ KookminWhere stories live. Discover now