Sweet Caprice ↛ Kookmin

Capítulo 14

Conté mentalmente hasta tres para tomar varias respiraciones y soltar toda la tensión que azota a mi cuerpo. No pensé que verlo me afectaría tanto, tampoco creí que lo extrañaría de esta forma. Verlo después de tanto tiempo me hace comprender que quizás, él se ha vuelto alguien muy necesario en mi vida.

Abrí la boca sorprendido y conmocionado en el momento en el que mis ojos descendieron por su torso y terminaron en su abdomen. No llevaba ninguna prenda que pueda cubrirle la parte superior, solo unos sencillos boxers.

—¿Qué haces aquí?—oír repentinamente su voz me sacó de mi ensoñación.

—E-Eh... Bueno, como habías faltado mucho, vine a ver por qué.—me encogí de hombros con nerviosismo, tratando de aparentar lo contrario.

—Simplemente no quería y ya. Ahora vete.—entornó los ojos con fastidio y se dispuso a cerrar la puerta.

Mis pies se clavaron como un ancla en el suelo y no pude sentirme más confundido de haberlo querido. Las palabras abandonaron mi boca y me dejaron con un nudo en la garganta. Me duele que sea malo conmigo, no me gusta.

—J-Jungkook...—balbucee con un deje de advertencia en mi voz, sonando como una leve protesta.

Él se detuvo al escucharme y alzó las cejas con indignación:—¿Qué? ¿Vienes a seguir siendo un indeciso? ¿O ya sabes lo que quieres?

No dije nada. Fruncí el ceño con notoriedad dejando en claro que su comentario me ha molestado. Me hierve la sangre cuando es tan desconsiderado. ¿Acaso no ve que me preocupo por él y esa es la razón de mi visita hoy? ¿Acaso no entiende que me gusta verlo? No es que sea indeciso, estar con él sin tener nada seguro conlleva a poner muchas cosas importantes en riesgo, como mi trabajo, reputación y moral. Y a pesar de tener sentimientos encontrados por él, no quisiera que alguien lastimará mi corazón.

—Jungkook, ¿No piensas bien las cosas? Pongo en riesgo algo tan importante como mi trabajo, y...—me detuve antes de decir lo último, me cuesta demasiado. Cerré los ojos fuertemente y lo solté sin más:—mis sentimientos.

Jungkook se quedó estático sin mover ni un solo músculo. Sus ojos abiertos de la impresión me dieron a entender que lo tomé desprevenido. Sonreí por eso y casi llore al mismo instante, le confese algo importante.

—Pasa.—murmuró distraído, haciéndose a un lado y permitiéndome ingresar.

Cerró la puerta detrás de mí y yo solo pude seguir andando. Su casa es muy grande y lujosa, se nota que sus padres tienen mucho dinero aunque por lo que me contó el Profesor Min ya me hacía una idea. Tiene planta baja, el piso de arriba supongo que tiene los cuartos y donde me encuentro, solo veo la cocina, la sala de estar y una zona de juegos en la esquina.

—¿Qué sentimientos?—cuestionó directamente, sin rechistar.

Desvíe la mirada y la centré en cualquier lugar que no fuera su cara, esos ojos oscuros que ahora demandan una respuesta. No sé exactamente porque le dije algo tan importante como eso pero si de algo estoy seguro, es que estoy perdiendo la cordura.

—Mis sentimientos... Ya sabes. Yo, como decirlo, me gustas, ¿Sí?—balbucee, moviendo mis manos acorde iba diciendo las cosas.

Lo miré por primera vez después de confesarle algo tan relevante. Él sonrió abiertamente, con arrogancia y abrió sus brazos indicandome que lo abrazara. No reaccioné al instante, me quede sorprendido con mis ojos de par en par al ver su propuesta. Me negué a acercarme pero su insistencia terminó convenciendome.

Envolví mis brazos alrededor de su cuerpo sin comprender mucho sus acciones. ¿Por qué querrá abrazarme? Sonreí con vergüenza al oler su exquisito perfume, al hundir mi cara en su cuello y sentir sus fuertes brazos protegiendome.