Capítulo 10

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Me dejé llevar por la sensación de placer. Me gustaba la cercanía de Jungkook, debo aceptarlo pero aún así no está bien. Suspire con satisfacción al sentir como me besa el cuello lentamente, casi como una tortura. Lo he decidido, follaré con él una vez y así me dejará en paz, de paso también podré disfrutarlo, ¿no?

—Follame, Jungkook. Hazlo ahora.—pedí, con mi voz quebradiza.

Jungkook se alejó de mí al instante. Sus ojos se tornaron oscuros y su expresión seria y fría me intimidó. Este Jungkook me atrae y me asusta. ¿Por qué se puso de esa forma? No lo entiendo. Trate de decir algo pero no pude.

—¿J-Jungkook?—balbuce, tragando saliva con ansiedad.

—No quiero, ¿entiendes eso? No voy a hacerlo.—su voz dura y cruel fue suficiente para aterrarme.

Me encogí en mi lugar sintiéndome tan confundido. No entiendo nada. ¿Por qué sus ojos se ven tan furiosos? Nunca había visto a Jungkook de esa forma. Levanté mi mano para acariciar su mejilla, en un acto que ni yo mismo entendí pero Jungkook quitó su rostro, rechazando mi tacto.

Abrí los ojos de par en par, no entiendo. Jungkook se levantó de la cama con lentitud, y cuando menos me di cuenta ya había salido por la puerta dejándola abierta. Como pude lo seguí casi tropezando en el transcurso pero al bajar lo vi parado frente a la puerta principal, al mirarme me dedicó una sonrisa de boca cerrada y se marchó.

Me quedé estático en mi lugar, sin moverme. ¿Qué diablos le pasa? ¿Por qué diablos cada vez que le digo que me folle pone esa expresión? Parece disgustado, no lo comprendo. Solté un sonoro suspiro, será una largo día.

***

Bajé del auto con autoridad. Mi humor el día de hoy es más estable. Ayer me la pasé ignorando el tema de Jungkook, comencé a hacer cosas que desviaran mis pensamientos y lo logré, por cierto tiempo. Fruncí el ceño al ver que el carro del profesor Yoongi no había llegado, que extraño. Siempre aparca frente a mí. Le reste importancia, ya lo conoceré pronto.

Miré atentamente mi alrededor pero casi no hay estudiantes. Unos que otros que van llegando. Me dirigí hacía la entrada principal y salude al portero, no siempre tenía oportunidad de verlo. Busque con la mirada el salón de profesores y a lo lejos pude notarlo. Asome mi cara por el vidrio y no había nadie adentro. Mejor para mí. Sonreí complacido y entré por primera vez en todo el tiempo que llevo siendo profesor, y no es mucho.

Deje mi portafolio en la mesa junto a mi teléfono. Inspeccione el lugar meticulosamente y me sorprendí por lo ordenado que estaba. En una esquina encima de un mesón vi una cafetera. La alegría se apoderó de mí, ¡Adoro el café! Como si fuera un niño pequeño, di saltos de emoción hasta llegar a una estantería donde tomé un vaso y comencé a calentar el café. No comprendí mucho lo que decían algunos botones pero igual los presione.

—No creo que deberías haber hecho eso.—mencionó una voz ronca sacandome de mi ensoñación.

Di un respingo del susto. Un hombre de cabello negro que cae sobre sus ojos, me observa con interés. Me sonroje fuertemente al pensar que pudo haberme visto actuar de una forma tan ridícula.

—Lo siento, soy nuevo. No se como funcionan estas cosas.—solté una risita nerviosa, rascando la parte posterior de mi cabeza.

—No te preocupes. Supuse que es tu primera vez aquí, novato.—sonrió con gracia.

Dejó sus cosas en la mesa y se acercó hacía la cafetera inspeccionando atentamente los botones que presione. Quizás me excedí. Me acerqué también poniéndome en la misma posición que él para ver que diablos miraba. Me quedé absorto observando como caían las gotas de café.

Sentí su mirada por lo que gire mi rostro y efectivamente, está observándome. Me puse nervioso, repentinamente me incomoda. Mis mejillas deben estar sonrojadas.

—¿Cuál es tu nombre?—inquirió, sonriendo de lado.

—Park Jimin, ¿Y tú?—balbuce, sin saber como dirigirme a él. Seguía siendo un superior, se nota que es mayor. Él frunció el ceño.—¿Usted?

—Soy Min Yoongi. Puedes llamarme Suga, como mis amigos.

—Un gusto, espero que me puedas ayudar a adaptarme.—propuse, apagando la cafetera.

—Claro, con mucho gusto.—me guiñó el ojo, sonriendo.

Arrugue las cejas con desconcierto. Es algo un poco inadecuado. Seguí su mirada que recayó en mi teléfono y sonrió ampliamente.

—¿Me das tú número?

Asentí.—Claro. Como quieras, Suga.

Le di mi celular una vez desbloqueado y espere ansioso a que me lo devolviera. No sé por qué me siento inquieto. Tomé mi taza de café y la llene hasta arriba. Esta caliente. Es así como me gusta. Sorbí un largo trago sintiendo un poco el calor en mi garganta.
Transcurrieron varios minutos hasta que me devolvió el teléfono. Se puso de nombre "Profesor Min" solté una pequeña risa, no sé por qué me causa gracia. Di el último trago de ese delicioso café y recogí mis cosas dispuesto a irme.

Suga me agarro del brazo y me acercó hacía él. Mi corazón comenzó a latir rápidamente y de mi boca no salía nada, qué demonios. Parpade varias veces sin creerlo aún. El levanto su mano y la acercó hacía mis labios. Cerré los ojos con fuerza esperando lo que sea que fuese a pasar pero nunca llegó.

Abrí los ojos, sorprendido al ver a Jungkook frente a mí, sujetando la mano de Yoongi con su mano izquierda y con la otra me alejó un poco de ellos. Miré la expresión de Jungkook y supe que nada bueno pasaría. Su ceño claramente fruncido y sus ojos destellando enojo.

—No creo que un profesor deba dirigirse a otro de esa forma.—se limitó a decir, con un tono de voz serio y cortante.

—¿Y quién diablos te crees tú? Eres sólo un estudiante, no te incumbe.—rugió, haciendo sus manos puños.

—Me incumbe si se trata del Profesor Park, así que debería mantenerse al margen.

Jungkook lo soltó bruscamente. Le rodó los ojos con sumo fastidio y se dio la vuelta con el cuerpo tenso. Me agarró de la mano y me guió hasta afuera, cerrando la puerta detrás de sí. Ahora lo entiendo, Suga al entrar dejó la puerta abierta y seguramente por eso, nos vio.

Me duele donde me está sujetando. Solté un quejido en modo de protesta pero él no parece escucharlo. Hice un esfuerzo y me zafe de su agarre con fuerza. Me sobe donde antes había estado su mano y lo fulmine con la mirada.

—¿Qué diablos te pasa? ¡Estás loco!—bramé, alzando considerablemente mi voz.

Él levantó una ceja con ironía.—No me gusta como te estaba tratando.

—No es tu problema. Eres solo un estudiante.—espeté, sabiendo que mis palabras podrían ser duras.

—Y él es sólo un profesor, debe haber ética y moral.—sonrió con maldad.

—¿Acaso estás celoso?—me atreví a preguntar, enojado.

—Sí, mucho.

—Jungkook... —advertí con mi voz.

—No voy a darme por vencido.—sentenció, sumamente serio.

Solté un chillido de frustración. ¿Ahora qué diablos haré con él?

Sweet Caprice ↛ KookminWhere stories live. Discover now