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Era tarde, muy tarde.

Corría lo más rápido que sus piernas se lo permitían, su cabello se movía contra el viento nocturno. Observó el cielo sin dejar de correr, estaba pintado de un rojo escarlata, como si fuese sangre.

—Maldita sea.

Su mal presentimiento no la había dejado luego de que Itachi se marchara, había intentado dormir, pero no había sido capaz. Luego de asegurarse que Naruto estuviera dormido había salido del apartamento dispuesta a buscar al Uchiha.

Ahí fue cuando notó que algo sucedía.

Podía sentir el chakra de Itachi en el barrio de su clan, pero su fluctuación estaba muy alterada. Luego comenzó a sentir como el chakra de los miembros del clan Uchiha se iban extinguiendo uno por uno.

Temía lo peor, así que se echó a correr.

Cuando estuvo en el distrito del clan Uchiha se arrepintió de no haber llegado antes. Las calles estaban manchadas de sangre, habían cuerpos inerte por todos lados, era una masacre.

Divisó un pequeño cuerpo tirado a unos metros del que aún podía sentir su chakra, así que se apresuró.

Sasuke.

Se arrodilló a su lado y revisó sus signos vitales. Estaba vivo, tenía una pequeña herida en el brazo, pero era su mente la que estaba muy afectada. Genjutsu.

Asuna alzó la vista al sentir una presencia frente a ella. Dejó a Sasuke recostado en el suelo y se incorporó con cautela, esa mirada dura y fría sobre ella le dijo muchas cosas y la más importante:  se encontraba frente al asesino del clan Uchiha.

—Itachi... —musitó en un hilo de voz—. ¿Qué has hecho?

—Esta fue la decisión que tomé para liberarme.

Asuna cerró los ojos, provocando que las lágrimas acumuladas en sus ojos se deslizaran por sus mejillas. Comenzó a negar repetidamente con la cabeza, tenía un nudo en la garganta que le impedía hablar.

—Tú no eres así, tiene que haber otra explicación. ¡No mientas, no a mí!

—Lo hice para probarme a mi mismo, esa es la única explicación, la única razón —sus ojos escarlatas estaban fijos en ella. Intimidantes, con un aura asesina que no era característica en él—. Este es el camino que elegí y espero lo entiendas, Asuna.

Ella volvió a negar con la cabeza.

—¿Te volviste loco? —escupió con desdén—. ¿Crees que creeré tus palabras? ¿Crees que te dejaré recorrer este camino solo?

—Asuna, basta —ordenó con molestia.

Ella lo conocía tan bien. Desde el principio había sabido que no lograría convencerla con palabrería. Asuna no le creería o sospecharía la verdadera razón de su actuar, pero no podía permitirlo. Le dolía verla así, lo último que quería era que Asuna sufriera, ella le había regalado hermosos y únicos momentos, ella era quien lo sacaba de su infierno personal con tan solo una sonrisa.

Aún así, dejando sus sentimientos a un lado, la verdadera razón por la que no permitiría que Uzumaki Asuna se enterase de la verdad era porque no quería que viera a la aldea como una deshonra. Estaba seguro que si le confiaba la verdad ella lo apoyaría, pero terminaría odiando la aldea por la que sus padres y ella misma se habían sacrificado.

No, él sería el único que sacrificaría todo.

—Vete, da igual —murmuró Asuna, sus ojos centellaban entre el azul y el escarlata—. No dejaré que te pierdas en ese camino, Itachi. Es una promesa.

TAIYŌ | UCHIHA ITACHIWhere stories live. Discover now