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Tsunade se sobresaltó al sentir la voz de su discípula irrumpir en el silencio de su oficina.

—Te he dicho que es peligroso que vengas a la aldea.

Asuna esbozó una sonrisa divertida.

—Sabes que en menos de un segundo puedo estar fuera de aquí con mi Hiraishin.

—Si estás aquí es porque tienes información importante —supuso Tsunade.

—Sí, pero no tiene que ver con la misión —admitió Asuna, sentándose en la silla frente al escritorio de la Hokage—. Tiene que ver con Itachi.

—Te escucho.

—Ya sabes que comprobé mis sospechas y también sé que no es suficiente para que los eximas de todas sus culpas, pero esto va más allá de sí es realmente culpable o no —Asuna tenía su vista fija en sus manos, las cuales jugaban con el borde de su vestido—. Itachi está enfermo. Los síntomas son claros. Es una enfermedad pulmonar y fulminante, cada vez avanza más rápido. He intentado con algunas infusiones para calmar el dolor, también lo ayudo con mi ninjutsu médico, pero lo único que lograré será prolongar su vida hasta que muera en manos de Sasuke.

—Y no permitirás que eso suceda, ¿no es así? —adivinó Tsunade.

—Itachi merece vivir una vida feliz, me esforzaré y no me detendré aunque haya prometido lo contrario —confesó. En ese momento el honor de su familia, el que su padre siempre mantuviera sus promesas, ya no le importaba.

—Asuna, el diagnóstico no es claro, pero tampoco alentador —admitió la Hokage—. Necesito que me describas los síntomas y veremos si tiene cura, sino encontraremos una.

Asuna se inclinó, agradecida.

—Cuando nos deshagamos de Akatsuki les mostraré a todos la verdad y limpiaré el nombre de Itachi.

Tsunade asintió.

—Sabes que tienes mi apoyo, mientras demuestres su inocencia.

—Sí, Hokage-sama —hubo silencio unos segundos—. ¿Cómo está Naruto? Vi que su  rasengan ha evolucionado mucho, estoy orgullosa.

—Sigue siendo un tonto. Cuando está junto a Jiraiya no sabes como me exasperan —confesó Tsunade, enseñando su puño—. Nos estamos asegurando que esté bien, el encuentro que tuvieron hace un tiempo lo afectó. No habla de ti y cuando alguien lo hace ya no se enfada, pero su mirada se llena de tristeza.

—Se siente solo —concluyó Asuna, esbozando una sonrisa desganada—. He pasado lejos la mitad de su vida, sin embargo Naruto siempre tuvo la certeza de que yo estaba con él a pesar de la distancia.

Tsunade bajó la vista con pesar. Se sentía culpable por haberle encomendado esa misión a Asuna, arruinando su reputación y también su relación con su hermano menor.

—Ya todo acabará —Asuna volvió a hablar, esta vez esbozando una sonrisa amplia.

—Konoha estará orgullosa de ti y tus padres también lo estarían, Asuna —felicitó la Hokage.

Asuna asintió y se preparó para volar hacia la guarida con el Hiraishin.

—¡Esfuerzate, Namikaze Asuna!

—Lo haré, dattebane.

2

De regreso a la guarida se encontró con que no había nadie. Suspiró con cansancio, esperaba que no hubiesen ido a la tienda de té sin ella.

—Ya todos se marcharon.

Asuna se giró hacia la oscuridad de la guarida, encontrándose con la mirada amable de Uchiha Itachi sobre ella.

—¿Por qué te quedaste aquí? —cuestionó, quitándose la capa de la organización y dejándola sobre el sofá.

—Para esperarte e ir juntos —confesó, quitándose también su capa.

Asuna sonrió cuando Itachi extendió su mano hacia ella y no se contuvo ene entrelazar sus dedos con los suyos. Salieron de la guarida y caminaron por el bosque, la aldea más cercana estaba a tan solo unos minutos y para la felicidad de todos había una casa de té en ella.

Cuando ingresaron los gritos de Deidara y Tobi eran lo único que podían escucharse, pues estaban discutiendo por el último dango.

—Al fin llegan —reclamó Kisame.

—Deja los celos, cara de pez. Itachi ahora es mío —advirtió Asuna, sentándose entre Deidara y su novio.

Itachi sonrió.

—¿Ahora sí son novios? —preguntó Tobi, con tono inocente.

Asuna se colocó su dedo índice frente a sus labios indicándole que guardara silencio, pero una sonrisa surcó sus labios inevitablemente.

Comieron dangos entre risas y una amena charla. Asuna no comprendía como podía sentirse a gusto con los miembros de una organización criminal, a veces olvidaba cuál era su verdadero objetivo. Sin embargo, siempre tenía presente que ellos eran asesinos a sangre fría, gente peligrosa.

De vuelta a la guarida Asuna e Itachi se quedaron algo atrás, disfrutando de la noche estrellada y de la compañía. El bosque iluminado por la luz de la luna era un espectáculo maravilloso, con sus luciérnagas revoloteando por el lugar, haciendo parecer que las estrellas habían bajado del cielo hasta ellos.

—Hace años te hablé sobre el sharingan y lo que leí en la piedra del templo Nakano de los Uchiha, ¿recuerdas?

Asuna lo observó curiosa y asintió.

—Me explicaste sobre las fases del sharingan, también sobre las habilidades del mangekyō y sobre las habilidades inusuales como el kotoamatsukami de Shisui.

—Aún lo recuerdas —Itachi sonrió—. Lo que no te dije fue el efecto adverso por el uso continuo del mangekyō.

Asuna dejó de avanzar, soltando su mano.

—¿Efecto adverso? —repitió, preocupada.

Itachi se giró hacia ella, colocando su mano en el cabello de Asuna para acercarla y unir sus frentes.

—Me encantaría poder verte bien —musitó, cerrando sus ojos.

Asuna acunó su rostro entre sus manos y esbozó una sonrisa triste, comprendiendo lo que Itachi intentaba decirle.

El efecto adverso del mangekyō sharingan era el deterioro de la vista.

—Sin embargo, a pesar de que apenas logro ver, no hay oscuridad. Si estás junto a mí sosteniendo mi mano, todo es luz.

Asuna no se contuvo de abrazarlo, gesto que fue correspondido de inmediato.

—¿Algún otro secreto del que deba enterarme? —preguntó, divertida.

Itachi observó hacia el cielo, pensativo.

—Si mi destino no estuviese escrito te pediría que te cases conmigo.

Asuna rió, enternecida por la confesión.

—Eso ya lo sabía.

Siguieron avanzando por el bosque sin separar sus manos, sin dejar de reír por cualquier nimiedad, sin borrar sus sonrisas llenas de amor.

Porque si estaban el uno junto al otro, olvidarse de todo lo malo que sucedía era lo más fácil del universo.

TAIYŌ | UCHIHA ITACHIWhere stories live. Discover now