A pesar del odio, de sus pecados y sus demonios, Uchiha Itachi tiene un Sol capaz de iluminar su oscuro camino, pero está seguro que cerca de él su luz y calor se extinguirá.
¿Será capaz de mantenerse lejos?
"Eres como el Sol, Asuna. Si estás, sol...
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Asuna iba en una de las aves de arcilla junto a Deidara, en otra iba Tobi. Por órdenes del líder debía rastrear los chakra cercanos y avisar apenas hallara a una de las dos personas a quien buscaban.
—Lo encontré.
—¿A quién? —Deidara la observó de reojo.
—Uchiha Sasuke.
Deidara soltó una risa.
—¿Patearás mi trasero si daño a tu cuñado?
—Si sigues te mataré.
—¿También a mí, senpai? —preguntó Tobi, temeroso.
—No. Tú me agradas, Tobi —le sonrió, aunque todo el camino se había guardado las ganas de aventarlo del ave de arcilla—. Si nosotros nos enfrentaremos a Sasuke, significa que el equipo de Itachi se encontrará con mi hermano menor —supuso.
—Tranquila. Itachi no lo dañará demasiado.
Cuando finalmente lo hallaron, Asuna decidió permanecer sobre un árbol mientras Deidara y Tobi estaban en la tierra.
—¿Dónde está Uchiha Itachi? —Sasuke exigió una respuesta, su mirada estaba fija en los akatsuki.
—¿Uh? —Deidara abrió mas los ojos ante la interrogante de su oponente.
—Dímelo y dejaré que te vayas.
—Sharingan, ¿eh? Realmente eres el hermano pequeño de Itachi. Solo fuiste capaz de matar a Orochimaru gracias a la sangre Uchiha. ¡Tú no eres nada mas que un tonto bendecido con buenos genes!
—Basta, Deidara —Asuna saltó, cayendo junto a su equipo—. No me hagas perder el tiempo si solo viniste a charlar.
—Odio cuando actúas como lo hacía Sasori no danna.
Comenzaron a discutir en ese mismo lugar, recriminándose el uno al otro por sus actitudes y finalmente por sus puntos de vista del arte. Porque las viejas costumbres jamás se pierden.
—Por supuesto que el arte debe perdurar. No tiene ningún sentido si es efímero como tus basuras de arcilla —finiquitó Asuna, cruzándose de brazos y dándole la espalda a su acompañante.
—¡Ya cállate! ¡Actúas igual que danna!
Tobi se sobresaltó cuando notó que Asuna preparaba sus puños, mientras Deidara moldeaba su arcilla.
—¡No peleen entre ustedes! ¿Quieren un caramelo? —Tobi tartamudeó, nervioso—. ¡Cuidado!
Asuna saltó hacia atrás cuando Sasuke se lanzó con su chokutō hacia ellos, logrando alcanzar a Tobi, a quien el ataque le atravesó como si nada.
—¡No bajen la guardia porque es solo un niño! —les reprendió Deidara.
—¡Tú también bajaste la guardia! —le recriminó Asuna.
