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Asuna se dejó caer de rodillas

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Asuna se dejó caer de rodillas. Sus ojos estaban abiertos con sorpresa, el chakra de Kurama comenzaba a escaparse debido a su furia.

—Voy a matarlo —susurró, decidida.

Itachi intentó alcanzarla, pero ella se teletransportó cerca de Madara antes de que lo lograra.

—¡¿Qué está haciendo?! —se preocupó Sasuke.

—¡Vamos! —ordenó, comenzando a avanzar hacia donde su esposa estaba.

La distancia era bastante.

Madara sonrió al ver a la chica frente a él.

—¿Qué es esa mirada? ¿Estás enfadada porque tu hermano está muerto? —se burló—. Has cometido un error, pero al venir a mí por tu cuenta me has evitado buscarte. Ahora me entregarás al kyūbi y morirás.

La mirada de Asuna se inundó de escarlata y el chakra comenzó salir de su cuerpo.

—Acabemos con él, Kurama.

Madara la perdió de vista y cuando la encontró, su puño ya estaba colisionando contra su rostro. Asuna lanzó kunai en varias direcciones y liberó el sello byakugō, su oponente se incorporó y sonrió en su dirección.

—¡Ven, esto recién está comenzando!

Asuna sonrió.

No tienes idea.

Comenzó a teletransportarse de un kunai a otro, golpeando a Madara con su puño fuerte de chakra amplificado. Él no encontraba una brecha en su defensa, tampoco le daba el tiempo para defenderse de sus golpes. Asuna, cegada por su rabia, había resultado ser una oponente formidable.

Sin embargo, cuando su sharingan se acostumbró a la velocidad del Hiraishin, fue capaz de contraatacar. La sostuvo del brazo y la lanzó lejos.

Asuna materializó el manto del kyūbi y cubrió su abdomen con ambas manos, suavizando su caída. Se incorporó con dificultad, Madara ya estaba suficientemente cerca por lo que no pudo esquivar la patada que le lanzó en el estómago, pero alcanzó a colocar sus manos, bloqueando el golpe.

Madara notó su punto débil. Cada vez que le lanzaba golpes directos al estómago, o cada vez que la tiraba al suelo ella protegía su abdomen, lo que había provocado que su defensa de debilitara.

—Ya veo —murmuró, viéndola incorporarse con esfuerzo. Asuna respiraba con dificultad, su sello aún estaba activado y sus brazos cubrían su abdomen—. Puedo sentirlo, no sé cómo no lo noté antes.

Asuna gruñó, enseñando sus colmillos.

—Estás encinta, y es motivo de celebración ya que es un Uchiha —Madara sonrió—. Es una pena que el mundo como lo conoces acabará pronto, pero tranquila, te prometo que tendrás tu familia feliz en mi mundo. Me has agradado, bailas muy bien.

TAIYŌ | UCHIHA ITACHIOù les histoires vivent. Découvrez maintenant