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Corrían a gran velocidad hacia dónde Asuna podía sentir la presencia de Danzō, una vez llegaron a una habitación con una mesa semicircular con cinco sillas en representación de las cinco naciones, Sasuke cortó los telares con los símbolos del País del Fuego, de la Tierra y del Agua. El Hokage, el Tsuchikage y la Mizukage parecían tranquilos, estaban esperando su llegada.

—¿Arriba? —murmuró uno de los escoltas de Danzō, observando hacia Sasuke, quien estaba de cabeza afirmando con chakra sus pies al techo.

Asuna apareció detrás de Danzō, había logrado tomarlo desprevenido.

—Tiempo sin vernos, te advertí que te desenmascaría, ¿no es así? —dijo ella, apuntando con un kunai el cuello del hokage.

Fū y Torune, sus escoltas, se giraron hacia la renegada. El Yamanaka le lanzó un golpe, pero ella lo detuvo con su mano, arrojándolo a través de la pared.

Mifune, el líder de los samurai, saltó hacia Sasuke con su espada en alto, quien repelió el ataque con su chokutō cubierto de raiton.

—¡Danzō está escapando! —alertó Karin, quien había permanecido fuera de la habitación.

Era cierto, habían aprovechado la distracción de los desertores para escapar.

Uno de los escoltas de la mizukage salió tras Danzō, después de que el anciano intentara controlar con un genjutsu al moderador de la cumbre para que lo eligieran cómo comandante de la nueva alianza entre naciones, los demás habían comenzado a desconfiar de él.

Asuna saltó en dirección a la salida seguida de Sasuke. De la nada, él la tomó de la cintura y la hizo a un lado, esquivando el ataque de la Mizukage del cual la chica no se había percatado. Lava cubrió el orificio en la pared, sellando la salida.

—¿Qué demonios es eso? —murmuró Karin, atónita.

—Kekkei genkai —respondió Asuna, de la misma manera que su compañera.

—Ustedes los de Akatsuki manipularon al Cuarto mizukage y voltearon a toda Kirigakure —dijo la mizukage, limpiándose la lava que había quedado en la comisura de sus labios—. Y sin embargo, cuando te miro de cerca, Uchiha Sasuke, los de tu clan son muy apuestos.

—No interfieras —le advirtió el Uchiha, enseñándole su sharingan.

—Que hombre tan apuesto, que desperdicio —murmuró ella, colocándose de pie y mirándolo con sus hermosos ojos verdes—. Te daré un beso para que me recuerdes.

Karin se puso a chillar por la situación, llamándole vieja bruja.

Terumi Mei comenzó a realizar una serie de sellos e incluso le advirtió a Tsuchikage que si no lucharía se marchara a un lugar más seguro. Cuando lanzó su lava hacia la pelirroja, Sasuke volvió a jalarla hacia él y su Susanoo los cubrió a ambos. La chica suspiró aliviada, no habría sido capaz de defenderse por su cuenta.

Entre el humo provocado por la lava Asuna pudo ver que el otro escolta de la lider de Kiri, Chōjurō, se lanzaba hacia ellos con su espada en alto.

—¡Hiramekarei no jutsu! —anunció y las vendas de su espada se salieron, materializándose una especie de martillo.

Asuna estaba segura de que el Susanoo no sería suficiente, así que se colocó frente a Sasuke y liberó el sello de su frente.

—¡Byakugō no jutsu!

Las líneas negras en conjunto con su chakra terminaron de extenderse por su cuerpo justo a tiempo, alcanzó a sostener con su manos el martillo, pero por la fuerza del impacto fueron lanzados a través de la pared. Asuna observó sus manos, estaban quemadas al haber tocado el chakra de su oponente, pero sus heridas sanaron rápido al tener el sello activado.

TAIYŌ | UCHIHA ITACHIWo Geschichten leben. Entdecke jetzt