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—Asuna-chan —Kaede chilló, caminando con pereza detrás de ella.

Asuna no detuvo su andar por los pasillos del hospital de Konoha, simplemente le dio una mirada de soslayo y maldijo por lo bajo cuando la mujer la atrapó en un abrazo.

—No, Kaede. No puedo ir a comer ramen ahora —aclaró, sin dejar de arrastrarla por los pasillos.

—¡No es justo que Naru-chan aún no regrese!

—Está en una misión importante.

Kaede sostuvo del brazo a la chica y la obligó a entrar en una de las oficinas. Asuna suspiró con cansancio cuando su antigua protectora dejó los potes con ramen sobre la mesa.

—Acabo de comprarlos en Ichiraku.

—Bien, itadakimasu —musitó Asuna, tomando los palillos.

Silencio. Kaede la observaba mientras comía, pero Asuna parecía no inmutarse por la atención que le estaban dedicando, o eso creyó ella.

—Ya suéltalo.

Kaede se sobresaltó ante la voz enfadada de la chica.

—¿Aún lo amas?

Asuna subió sus ojos violáceos a los azulados de la mujer frente a ella, en un principio creyó que se estaba burlando, pero cuando notó su mirada entristecida y su mueca de desgano comprendió que Kaede solo estaba preocupada.

—¿A dónde quieres llegar?

—He sido directa, Asu. Solo quiero saber lo que acabo de preguntar.

—Es difícil saberlo. Creo que la respuesta correcta es "no", pero tampoco me arriesgaría a negar rotundamente que aún lo quiero, así que mi respuesta es "no lo sé" —explicó Asuna—. Lo único que puedo afirmar es que aún guardo la esperanza de que haya una explicación, que el Uchiha Itachi que tanto quise sigue ahí y que aún puedo rescatarlo.

Kaede apoyó su barbilla en su mano y esbozó una sonrisa melancólica.

—Son tus sentimientos, así que no diré nada más —dijo, comprensiva—. Solo un consejo. Cuando se trata del corazón es imposible que sea difícil comprender tus sentimientos, es fácil, muy fácil, pero simplemente no quieres aceptarlo.

Asuna sonrió con desgano.

—Gracias, Kaede.

Ambas se incorporaron ya que Asuna debía continuar con su visita rutinaria a los pacientes del hospital de Konoha.

—¿Irás a ver a Kakashi-senpai?

Asuna se giró hacia ella, divertida.

—¿Aún lo tratas de "senpai"? —se burló—. Por Kami, te gusta hace años. ¿Cuándo le dirás lo que sientes?

—Sabes que no me ve de esa manera. Además, no creo que esté interesado en tener una relación —Kaede bajo la vista con desgano.

—Tampoco te ve como a una hermana menor, tienes ventaja —aclaró Asuna—. ¡Por favor! Es un idiota que se pasea por la aldea leyendo porno. ¿Realmente crees que no quiere una relación?

Kaede se largó a reír, sus mejillas estaban enrojecidas de vergüenza.

—Te veré cuando regrese, Asuna-chan.

Ella asintió y continuó caminando, esta vez sola.

Kakashi sonrió bajo la sabana que cubría su nariz y boca cuando la vio entrar a la habitación del hospital que le habían asignado. Se sorprendió al verla con un delantal blanco con el símbolo de la aldea en el pecho, su cabello pelirrojo estaba tomado en una cola alta y alrededor de su cuello llevaba un estetoscopio.

TAIYŌ | UCHIHA ITACHIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora