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Los días transcurrieron con velocidad. Asuna apenas dormía, sabía que era peligroso estar bajo el mismo techo que ocho asesinos que deseaban el poder que residía en su interior.

Las misiones que le otorgaban eran simples, usualmente las realizaba junto a alguno de los dúos de Akatsuki. Con quienes mejor trabajaba era con Deidara y Sasori.

Ese día Pain la había citado en Amegakure, la aldea de la cual era líder. Konan la guió por el lugar hasta una enorme torre donde, en la oscuridad, se encontraba el portador del extraño dōjutsu.

—Pain-sama, estoy a sus órdenes.

—A esta altura ya conoces bien los planes de Akatsuki, sin embargo para nosotros es difícil entregarte toda nuestra confianza hasta asegurarnos de que no eres una espía —comenzó Pain—. Es por eso que hoy ha llegado tu prueba final, después de esto serás un miembro oficial de Akatsuki.

Asuna asintió.

—Deberás ir por el anillo que Orochimaru se llevó cuando desertó la organización —anunció el lider—. Partirás de inmediato, te tomará tiempo encontrar la guarida.

—No será problema —aseguró Asuna. Si todo salía como lo pensaba y si Uchiha Sasuke aún llevaba el kunai que le había obsequiado, se teletransportaría hasta su ubicación fácilmente.

—Algo más... —Pain la detuvo cuando ella hizo el ademán de retirarse—. Es sobre la bestia con cola que habita en tu interior, el kyūbi.

—Estaba esperando tener esta conversación con usted, Pain-sama —confesó, mientras jugaba con sus manos de manera nerviosa—. El odio que siento es solo contra mi aldea, no puedo permitir que lastimen a mi hermano. Dejen fuera de esto a Naruto.

—Eso es imposible —negó Pain.

—Es posible —aseguró Asuna—. Cuando capturemos a todas las bestias con cola, permitiré que extraigan al kyūbi de mi interior.

Konan parpadeó, incrédula.

—Morirás.

Asuna la observó y sonrió.

—¿Creen que me habría unido a ustedes sabiendo que moriría al final de todo esto? —enarcó una ceja, divertida—. Tal vez muera, pero no será por la extracción del kyūbi. Tengo chakra suficiente para resistirlo.

—Por supuesto, tal como lo hizo tu madre —recordó Pain—. Bien, tenemos un trato.

2

Llevaba apenas una hora caminando por el bosque cercano a la aldea del Sonido, fácilmente podía infiltrarse en la guarida donde Uchiha Sasuke debía estar y de ahí se le tornaría sencillo encontrar a Orochimaru. Sin embargo, no lo hacía porque sabía que alguien estaba siguiendo sus pasos muy de cerca.

—¿Me dirás lo que viniste a decirme o seguirás actuando como un tonto? —preguntó, fijando sus ojos violáceos en el tronco de un árbol específico—. Llevas actuando así durante un mes, ya no me sorprende.

Itachi se dejó ver y avanzó a paso parsimonioso hacia ella, deteniéndose a una distancia prudente.

—Aún puedes marcharte. Después de esta misión no habrá vuelta atrás.

—¿Realmente parece que quiero dar un paso atrás? —ella enarcó una ceja, observándolo con molestia.

—Eso es lo que me preocupa —admitió en un murmullo.

Asuna suspiró con cansancio y bajó su vista al mismo tiempo que sacaba una de sus kunai con el sello del Hiraishin.

—Hasta pronto, Itachi —musitó, y se teletransportó.

TAIYŌ | UCHIHA ITACHIWhere stories live. Discover now