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Escondidos detrás de un muro, Taka observaba el objetivo de su misión. Se habían infiltrado con éxito en la cumbre de los cinco kage, incluso habían llegado a tiempo para ver cuándo entraban Shimura Danzō y sus escoltas.

—Ese es, en el centro —les indicó Zetsu.

Asuna apretó los puños enfurecida al ver al viejo cargar el sombrero del hokage, el mismo que había cargado su padre y su madrina. Él no merecía tal privilegio.

Avanzaron saltando por el lugar, intentando no llamar la atención de los samurai que hacían guardia. Cuando se detuvieron y escondieron detrás de un enorme pilar cilíndrico, Suigetsu notó que Zetsu Blanco ya no estaba con ellos.

—¿Dónde demonios se fue ese sujeto? —preguntó Karin, buscándolo con la mirada por los alrededores.

—Ya cumplió su misión —supuso Asuna, aunque su ausencia no le daba buena espina.

—¡¿Qué es eso?! —se alertó Karin.

—¿Qué pasa, Karin? —preguntó el azabache.

—Los movimientos de los samurai del País del Hierro se han agitado de pronto.

—Nos están buscando —supuso Asuna.

—¿Qué?¡Pero no hicimos nada para que nos descubrieran! —reclamó Suigetsu.

—Debe ser Zetsu —dijo Jūgo.

—Movámonos —sugirió la pelirroja, dándole una mirada al líder de Taka.

Sasuke asintió y se quitó la capa, colgándola en el pilar con un kunai, luego los cinco saltaron hacia la parte superior de la misma estructura para esconderse. Cuando uno de los samurai creyó ver algo se acercó y se encontró con la pequeña trampa, Sasuke aprovechó su distracción para darle un golpe.

—Esto no es bueno, son demasiados —murmuró Karin, rodeando sus rodillas con sus brazos—. Seremos encontrados rápidamente y seremos capturados.

—¿Fue Zetsu?¡Voy a ir por él! —amenazó Suigetsu.

—¡Si siguen hablando nos descubrirán! —les regañó Asuna, preocupada. Su vista estaba fija en la batalla que estaba por iniciar.

Los samurai se prepararon sacando sus espadas y rodeándolas de chakra al mismo tiempo que Sasuke caminaba a paso lento hasta quedar en frente de la multitud de oponentes.

—Estoy muy irritado en este momento —la voz del Uchiha se oyó en todo el lugar—. Si atacan, no tendré piedad.

A pesar de las advertencia, un samurai atacó lanzándole cuchillas de chakra, pero Sasuke en un rápido movimiento las desvío con su chidori nagashi.

—Karin, busca a Danzō —pidió Asuna.

—¿Eh? —se quejó la aludida—. ¿Por qué no lo haces tú?

—Porque a diferencia de ti yo soy útil en el campo de batalla y Sasuke podría necesitarme —le dio una mirada divertida.

Suigetsu comenzó a reír por sus palabras, Karin solo gruñó con molestia.

Asuna volvió su vista hacia Sasuke y su sonrisa se borró, un escalofrío recorrió su cuerpo y cerró los ojos intentando concentrarse bien en su chakra. Cubrió sus labios algo asustada, su chakra era tan frío y oscuro que la aterraba.

—¿También lo has sentido? —le preguntó Karin, ella asintió.

Un samurai corrió hacia Sasuke, quien lo cortó con su espada para luego lanzarse hacia los demás y acabar con ellos de la misma manera.

TAIYŌ | UCHIHA ITACHIWhere stories live. Discover now