Parte 42

232K 22.7K 1.4K
                                    

¡Mis hermosas florecillas!

Disfrutad del capítulo que se avecina tormenta!


—¿Ocurre algo? —escuché de pronto saliendo de mi estupefacción

Ups! Gambar ini tidak mengikuti Pedoman Konten kami. Untuk melanjutkan publikasi, hapuslah gambar ini atau unggah gambar lain.

—¿Ocurre algo? —escuché de pronto saliendo de mi estupefacción.

—¿Qué? —exclamé recogiendo todas las cartas—. ¡Ah no!, nada... —alegué—. ¿Puedo recuperar mi ordenador? —pregunté.

—¿Aún no te lo han devuelto? —preguntó extrañado.

—No... —susurré aunque eso me dio esperanza para recuperar mi ordenador.

—Pediré que te lo devuelvan, aunque no tendrás conexión a internet —me advirtió.

Genial... volvieron los tiempos de los neandertales. Solo faltaba que me dijera que me daban una máquina de escribir, aunque a lo mejor tenía que probar para ver si surtía efecto.

—Está bien —dije con pesar.

—Es solo momentáneo, te administrarán un equipo seguro más adelante altamente protegido.

—¿Protegido de mi? —pregunté no entendiendo nada—. Te aseguro que no le voy a dar porrazos ni lo voy a tirar por la ventana como la alarma para aporrear a tu madre —alegué.

Su risa me estremeció.

—No es eso —comentó mientras acariciaba levemente mi brazo con sus dedos—. Normalmente casa real sufre bastantes ataques cibernéticos para sacar los "trapos sucios", no creo que contigo sea menos.

¡Serás idiota Celeste! Gemí interiormente.

—¡Claro! —exclamé—. Yo solo bromeaba... dije mirando hacia otro lado.

Este hombre va a pensar que mi coeficiente intelectual es más pequeño que el de un pez.

—No me extraña que le caigas tan bien a Margarita —dijo de pronto—, siempre está hablando de ti.

—Ella me gusta mucho —sonreí vagamente—, aunque si me permites decírtelo, creo que necesita salir más de ese palacio en el que vive recluida —por tu madre, me faltó decir.

Escuché como suspiraba y se dejaba caer en el asiento.

—Mi madre es un poco... como decirlo...

¿Amargada?, ¿Estirada?, ¿Altiva?, ¿Arrogante?, ¿Borde?, ¿perroflauta? Pero legalmente era mi "¿suegra?", ¡Ahhhh como entendía yo ahora todos esos dichos chistes de suegras horripilantes! Ella era la prueba viviente de que no eran un mito.

—No siempre fue así —añadió ante mi silencio.

—En realidad tu hermana me lo contó —me sinceré—. Me habló de tu hermano mayor y si soy sincera, no creo que dejándola como hasta ahora, vaya a mejorar. Llevo cuatro días en esa casa y me doy cuenta como todos la evitáis y aceptáis su voluntad para no enfrentarla.

—No sabes nada Celeste —atajó

¡Mierda!, me estaba metiendo en camisas de once varas...

—Cierto —contesté—. No es asunto mío, pero al menos habla con tu hermana.

El pareció asentir e incluso meditar sobre ello durante el resto del vuelo. En realidad me recriminé a mi misma haber sacado a relucir el tema ahora que parecía haber un "acercamiento" entre nosotros pero precisamente aprovechándome de ello es que lo había sacado y ahora no sabía si acababa de alejarle de mi.

Llegamos a palacio a la caída de la tarde y estaba demasiado cansada como para pensar en arreglarme para cenar. Casi prefería dar un bocado rápido a algo y acostarme diez horas al menos.

Nada más entrar por las puertas de palacio la madre de Bohdan apareció sonriente, traía una enorme sonrisa que hasta a mí me daba pavor porque presentía que su felicidad era mi ruina —no me preguntéis por qué —, por raro que pareciera.

—¡Por fin estás aquí! —exclamó.

Evidentemente se refería solo a Bohdan porque a mí ni me miró.

—Debes cambiarte, la cena va a servirse en media hora pero me avisaron de tu llegada hace unos minutos —seguía hablando aquella mujer como si yo fuera un fantasma o estuviera envuelta en una capa invisible.

—Estamos algo cansados madre —contestó Bohdan quitándome las palabras de la boca—. Pediremos algo ligero en la habitación.

¿Estábamos sincronizados?, casi empezaba a creer que sí.

—¡Oh no! —gimió—. Annabelle está aquí y no puedes hacerle ese desplante.

¿Annabelle?, gritó mi mini-yo interna, ¿Esa no era la que pretendía endosarle como esposa a su hijo?

Lástima que no tuviera un reloj del chino a mano, porque sino juro que se lo tiraba a la cabeza para que ésta vez, sí diera de pleno en ella.

Lástima que no tuviera un reloj del chino a mano, porque sino juro que se lo tiraba a la cabeza para que ésta vez, sí diera de pleno en ella

Ups! Gambar ini tidak mengikuti Pedoman Konten kami. Untuk melanjutkan publikasi, hapuslah gambar ini atau unggah gambar lain.
De Plebeya a Princesa Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang