Parte 98 (1)

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¡Bellas flores! He estado de viaje y no me ha dado tiempo a terminar el capítulo así que lo divido en dos y mañana os subo la otra mitad (calenturienta) hahahaha así tendréis tres días capítulillos seguidos.

¡Os quiero florecillas!

¡Os quiero florecillas!

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En el momento en el que entré abrí la puerta y entré en la habitación, casi no podía creerme que al fin hubiera acabado aquel tedioso día.

«Jamás volveré a decir que la vida de un miembro de la casa real es de rosa, ¡Pero si debe ser más negra que el carbón!, Cuanta santa paciencia debe tener Bohdan cada día para aguantar esos sermones sin dormirse, estar pendiente de todo, saber contestar en la medida justa y contenerse en todo momento.

Por suerte para mi, nadie se había quejado de mis "oportunas ocurrencias" como la de los zapatos o la de la anciana que agarré del brazo esa misma mañana porque la pobre había perdido la marrilla entre tanta gente.

«Que me perdonen sus "periquito el de los palotes y añadidos" que inventaron el protocolo, pero si una pobre mujer necesita ayuda, me importan tres carajos los protocolos, las protocolas y su nación en pepitoria»

—Y a quien no le guste que no mire —susurré en voz baja.

Me senté sobre la cama y me quité aquellos infernales zapatos.

—¡Oh dios! —exclamé del gusto pasando los dedos por la moqueta mientras los arrastraba como si me dieran un masaje.

En ese momento vi varios paquetes y bolsas al lado de la puerta y fruncí el ceño extrañada, ¿Qué era aquello? Bueno... dudo que sean paquetes bomba porque son demasiado bonitos, pero cosas peores se han visto así que me acerqué despacito "como si no fuera a explotar de ser una bomba por caminar despacio, pero ya tu sabe... a una le entra el dramatismo" y en cuanto vi el color al que deberían ponerle un monumento grité.

—¡Siiiiii!, ¡Nutella! —exclamé como una niña pequeña con zapatos nuevos, aunque la ironía me hacía estar descalza.

En cuanto me acerqué un poco más comprobé que no eran tarros grandes de nutella como los que yo compraba en el supermercado a pares, sino que eran ¡Enormes!

—¡Voy a poner un monumento a Jefrey! —grité mientras intentaba sacar aquellos tarros de la bolsa con los que casi no podía con ellos de lo que pesaban.

Iba a tener nutella hasta el fin de los tiempos, ¡Mamma mía!, ¿Dónde se ha metio ese hombre pa sacar estos pedazo de botacos?

En un paquete muy bien envuelto encontré diversos atuendos de ropa interior femenina comestible y grité de la emoción, porque había uno de chocolate.

¡Oh my god! Exclamé mientras metía todos los botes de nutella bajo la cama y me llevaba el conjunto comestible al baño para ponérmelo después de ducharme.

En el momento en el que me sequé con la toalla y me enfundé en aquel diminuto tanga de hilos en los que estaba fijado el chocolate con sumo cuidado y aquel sujetador cuyo único contenido de chocolate estaba en las pezoneras me sentí ridícula y al mismo tiempo sexy, una combinación extraña, ¿no?

Esperaba que no faltara mucho hasta que Bohdan regresara porque ya era bastante tarde y ambos no habíamos llegado para la hora de cenar en palacio, por lo que estaba literalmente muerta de hambre, pero mi idea era cenar solo postre esa noche, así que saqué uno de los botes enormes y acomodándome sobre la cama con los cojines bien colocados para para que pareciera una top model sexy de esas de revista, solo que paticorta en mi caso, la tentación me pudo y desenrosqué la tapa para posteriormente abrir el precinto y meter un dedazo en esa crema de cacao que era mi delirio...

En el momento en el que metí el dedo en la boca para degustar ese manjar de dioses la puerta se abrió justo cuando estaba gimiendo de placer y abrí los ojos para encontrarme a Bohdan con la mirada fija observando la escena.

¡Mierda! Tanta premeditación y tanta chominá para que justo me pille metiendo el dedazo en el tarro como una gordinflonchis.

—Todo lo que ves, puede comerse —dije sin pensar para desviar la atención de su cerebro y esperaba que funcionara.

—¿Todo? —gimió con esa voz ronca que me volvía completamente loca.

—Absolutamente todo —jadeé identificando aquel tono de voz y viendo como se desabrochaba la corbata sin apartar la vista.

—Me alegro —afirmó—. Tengo tanta hambre que pasaré directamente al postre.

¡Joder!, ¡Si! Pensé mientras volvía a meter el dedo en el tarro pero esta vez no fue para metérmelo en la boca sino para acercarme al borde de la cama y en cuanto Bohdan se acercó se lo di a probar de forma que se lo metió en la boca y aproveché a sacarlo rápido para besarle y saborear junto a él ese delirio de dioses.

¡Madre santa del amor hermoso, virgen maría y espíritu santo todos juntos!, ¡No volverá a ser igual comer la nutella con un triste pan que probándola de los mismísimos labios del dios de dioses... ¡Vamos!, ¡Ni con gofres está tan buena!

«He encontrado mi pura perdición» jadeé. «Ahora si, que me lleven al manicomio cuando salga de aquí porque no quiero vivir sin esto»


¡Ohhh que bueno se podrá esto! ¿Quien quiere capítulo hoy, eh?, ¿Quien quiere?

¡Ohhh que bueno se podrá esto! ¿Quien quiere capítulo hoy, eh?, ¿Quien quiere?

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De Plebeya a Princesa Where stories live. Discover now