Parte 50

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¡Hola bellas florecillas!

En instagran y facebook hay colgados varios posibles vestidos que podría llevar Celeste al baile, ¡¡os espero a todos para ver cual es el vestido ganador!! Encontradme por Phavyprieto en todas partes!


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Las risas de Margarita no se hicieron esperar a pesar de que la pobre trató de contenerse y miré hacia el rey Maximiliam que parecía estar sonriendo. Para mi sorpresa, nadie dijo nada, ni tan siquiera la siliconada diabólica que probablemente se tuvo que tragar su autosuficiencia.

Volvía a mi habitación con la incertidumbre de si Bohdan regresaría o no ese día o si tendría noticias suyas. ¿Tal vez apareciera en mitad de la noche en mi habitación?, ¡Oh!, ¡Nada me gustaría más que eso!

—¿Te crees muy graciosa, verdad? —escuché a mi espalda la inconfundible voz de la rubia pedante.

—Lo cierto es que no —dije dándome la vuelta para ver su perfecto cuerpo envuelto en aquel vestido de color rosa chicle. Daba la sensación que tenía complejo de barbie ahora que la observaba a cierta distancia.

—¡Escúchame bien maldita granjera! —exclamó sorprendiéndome—. ¡Qué sea la última vez que me dejas en ridículo delante del rey Maximiliam! —gritó alzando el dedo índice como si pensara que con eso iba a asustarme.

—¿Dejarte en ridículo?, Yo no te dejé en ridículo, lo hiciste tu sola —aclaré mientras veía como la vena de su cuello se hinchaba y di un paso atrás, no fuera a ser que reventara y me pillara en medio.

—¡Eres una furcia barata!, ¡Y Bohdan no tardara en darse cuenta de que te abres de piernas con cualquiera! Eso sin tener en cuenta que apestas a estiércol, granjera.

Si se creía que eso era un insulto, es que le faltaba mucha vida por recorrer antes de que yo me sintiera insultada con semejante perorata.

—En todo caso no es problema tuyo, ¿no? —exclamé completamente tranquila.

—Toda la familia sabe que él y yo estamos comprometidos y que nos vamos a casar. Nuestro compromiso iba a ser anunciado en el bicentenario y cuando todo el mundo nos vea bailar en la apertura, nadie dudará que será así —sonrió socarronamente y tuve que reconocer que en ese momento sentí una pizca de celos mientras la veía alejarse.

¿Tan importante era ese maldito baile para todos? Tal vez le había quitado importancia, ya no me daba tan "igual" que la petarda siliconada bailara con Bohdan delante de todos como si fuera su prometida, novia o lo que se interpretara con eso.

¡Mierda!, ¡Por qué carajos rechazaría bailar con él!

Entré en mi habitación y miré el teléfono sin un amago de esperanza, la fulana esa me había deprimido vagamente con lo que me había dicho y para más inri, que la familia entera esperara el compromiso de ellos dos, no ayudaba en absoluto. Más aún cuando sabía perfectamente que su matrimonio con Bohdan tenía los días contados.

De Plebeya a Princesa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora