Lugares terrorificos

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–Según cuentan las leyendas, el lugar más terrorífico sobre la faz de la tierra es el cuarto se Keith, ropa por el suelo, cajas de pizza en todos lados, y lo peor de todo, el monstruo que si no tienes cuidado, te encontraras con sus greñas alborotadas y si te topas con sus ojos morados, te robara el alma.

–O robar el corazón en caso de Lance.

–Callate Pidge, arruinas la historia.

–¿Acaso tienes más que contar sobre el cuarto de Keith? –Pidge lo mira acusadora.

–No... –responde molesto por las insinuaciones de la chica.

–No te preocupes por eso, de seguro algún día irás seguido, y harán tú ya sabes que cosas. –la cara de la chica delataba su poco descaro sobre el tema.

–Pidge detente, no quiero escuchar cosas sobre mi hormonado amigo en mi auto, aquí se habla de galletas y perritos.

–Y de Shay.

–Ella también, pero ese no es el caso Pidge –las mejillas de Hunk enrojecieron al ser consciente de lo que dijo– digo... Shay es una gran chica... hablar sobre ella no esta mal ¿no?

Pidge empezó a reír a carcajadas y después sonreír con arrogancia.

–Chicos, ustedes son como libros abiertos, tan fáciles de leer.

–Para nada, a mi no me gusta Keith.

–¿Seguro? Dos días después de conocer a Keith nos confesaste tu bisexualidad, y el día que fuiste a visitar a Keith a su cuarto cuando estaba enfermo, saliste del lugar como un tomate con patas –hizo una pequeña pausa–, y Hunk, hablar de una mujer casi todo el tiempo es algo extraño.

De alguna manera, Pidge siempre ganaba.

[...]

–Ya llegamos –anunció Hunk estacionado cerca a una motocicleta.

Se encontraban frente un parque de diversiones abandonado, todo por que Keith pidió ayuda para buscar a "Mothman" dentro.
Ahí, frente a la entrada se encontraba Keith, con apariencia de chico malo, ropa negra, jeans ajustados, chaqueta de cuero, botas tipo militar, pero su aura cambió al momento de ver a Lance saliendo del auto, su ceño fruncido cambió por una suave sonrisa.

–Hola chicos, gracias por la ayuda.

Hunk y Pidge saludaron estrechado su mano, y Keith tomó la iniciativa de saludar a Lance con un abrazo, el cual Lance demoró en responder, pero al hacerlo, casi le parte la espalda.

–Supongo que Lance les dijo porque estamos aquí –todos asintieron– hace unos días iba en mi motocicleta, y vi a algo parecía ser un hombre encapuchado, pero su forma de caminar era completamente extraña, iba encorvado, y de su capucha, ¡salían antenas de polilla!, bueno eso parecía, Hunk porfavor no tiembles antes de tiempo.

Pidge da unas pequeñas palmaditas en la espalda, Hunk asiente, aún no muy seguro de haber venido.

Keith saca de su mochila linternas para los cuatro, Keith junto a Lance empujaron la oxidada y chirriante puerta, empezando su camino por un musgoso camino de piedra.

–¿Por qué tuvimos que venir de noche? –lloró Hunk.

Pasaban los minutos, todo era terrorífico, y el viento parecía que susurraba, ratones e insectos corren de un lado a otro, pero poco a poco el miedo iba desapareciendo, las bromas se hacían presentes y al parecer encontrar a "Mothman" ya no era importante.

La diversión que estaban teniendo debía terminar, estaban cerca a la salida para regresar al estacionamiento, cuando el grito de Keith se escuchó, el aire se puso tenso, todos voltearon a mirar, pero no hay rastro de él, Lance empezó a hiperventilar, Pidge y Hunk veían al pobre chico entrando en histeria, se acercaron a Lance que ahora yace de rodillas sujetando sus cabellos con fuerza, pero al verlos acercándose corrió en sentido contrario a la salida, parecía buscarlo.

Lo siguieron, pero este se perdió entre las atracciones abandonadas, Hunk se abrazó a Pidge, queriendo protegerla, ella lo calma con palabras de ánimo, aunque estas no sirven de mucho, todo está oscuro, exceptuando la luz de la luna y de sus linternas. Pero una luz externa a ellos les apuntó, esperaban que fuera uno de sus amigos, a lo mejor los dos desaparecidos, pero no fue así, la imagen de un hombre encorvado que Keith narro estaba frente a ellos apuntandolos con una linterna, acercándose a pasos lentos, al parecer cojeaba.

Hunk se puso frente a Pidge, y con miedo enfrento a la misteriosa criatura, una buena idea era correr pero sus piernas estaban paralizadas, no podia moverse, cada vez estaba mas cerca y una mano huesuda salió de la capa, señalando detrás de ellos, con miedo voltearon a ver, sentían como cada músculo de su cuello estaba tenso, lo que vieron fue la máscara de Hockey de un hombre que solo estaba unos pasos detrás.

–¡Boo! –ese fue el detonador para que Hunk gritara del miedo, y Pidge quedará escéptica.

Carcajadas empezaron a salir de aquellos dos desconocidos conocidos. Keith se retiró la capa y tiró la linterna al suelo por el dolor en el estomago de tanto reír, y Lance tiró la máscara al suelo acompañando la risa de Keith.

–¿¡Qué es tan gracioso!? –grito Pidge molesta– ¡Lance, eres un idiota! y Keith... esperaba mas de ti, Hunk yo conduzco, vámonos de aquí.

La más pequeña tomó a Hunk de la mano y lo arrastró fuera, encendió el motor del auto y arranco a toda prisa. Las risas se fueron apagando hasta quedar en absoluto silencio.

–Lance en serio nos pasamos, mañana tenemos que ir a disculparnos con ellos.

–Tienes razón, Hunk no merece esto... espera... yo me iba con ellos...

Se miraron mutuamente en silencio unos segundos, Keith sonrio de manera alegre.

–¿Y si vamos a mi casa a ver películas de terror toda la noche?

Lance se sorprendió, no era común ver a Keith invitando a pasar por su casa y menos a quedarse a dormir, pues había dicho toda la noche, al principio dudó, pero al ver sus nulas soluciones, acepto. Corrieron hasta la motocicleta, se colocaron los cascos, y la moto aceleró a toda prisa, después de todo, la noche aún era joven.

Բiɳ ɗíɑ 3

Klancetober - Pequeñas Historias Where stories live. Discover now