Halloween

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Título completo: Halloween como niños.
Epílogo cazafantasmas.

–¡Cosmo! ¡no muerdas mi disfraz! –se quejó Keith forcejeando para que su disfraz sea liberado.

Lance empezó a reír ante la escena, Keith se liberó y empezó a acariciar el aire, Kosmo ama ser consentido, Lance se acercó y puso su mano sobre la de Keith, Keith se exaltó y sus mejillas ardieron en respuesta.

–¿Puedo dejar mi mano ahí? quiero ver como es acariciarlo.

Keith dudó y mucho, pero accedió, igualmente ya estaba ahí así que no podía negarse, Lance miraba asombrado el movimiento de la mano de Keith y como marcaba la figura del canino. Keith por su parte fijaba su vista en la mano de Lance y miraba de reojo el rostro de Lance, enrojeciendo cada vez más.

Lance levantó su miraba y se encontró con la de Keith, riendo inocentemente.

–Keef, tú eres un fantasma, no debes estar rojo como un tomate.

Keith avergonzado tapó su rostro con las mangas blancas de su disfraz, no quería que lo viera así.

–Tenemos que salir, se hace tarde. –extendió su mano.

Keith descubrió su rostro y aceptó su mano para levantarse. Puestos de pie bajaron por las escaleras a toda prisa, aunque Lance con cuidado de no enredarse con su disfraz de momia.

Krolia abajo los esperaba frente a la puerta con una sonrisa, estaba muy feliz de que su hijo tuviera un amigo tan bueno como Lance.

Los niños llegaron a su lado y sujetaron su mano, uno en cada lado, salieron y Keith se soltó rápidamente cerrando la puerta con las llaves y entregándoselas a su mamá, después haciéndose al lado de Lance, sujetando su mano, con una tímida sonrisa.

Fueron de casa en casa pidiendo dulces, como cualquier niño en halloween, Keith estaba fascinado por el montón de dulces que llevaba, nunca antes quiso salir en Halloween, y con tantos dulces en sus manos se sentía como un ladrón, miraba a Krolia con duda, a lo que ella le sonreía con pulgar arriba.

Caminaron bastante, Lance estaba cansado así que Krolia lo cargó, dejando a Keith —según ella— solo y triste en el suelo, así que cargó de igual manera a Keith.

Al llegar frente a casa, Krolia empezó a buscar sus llaves en su bolso, más la distracción de su celular con una llamada al oído, los niños contaban sus dulces y sonreían con alegría por su botín.

Unos niños de su salón pasaron enfrente de su casa, empezaron las burlas y cuchicheos entre ellos, acompañados por risas y señalar a Keith, frases como: "el disfraz más feo" "ese rarito" "Lance no debió juntarse con él".

Esas palabras, Keith las escuchaba a la perfección, sus ojos se cristalizaron, pero aguantó el llorar frente a Lance, el cual miraba mal a los niños y les sacaba la lengua.

Krolia terminó su llamada y abrió correctamente la puerta, Keith entró corriendo y subió hasta su habitación, no sin antes gritar un "Lo siento" dirigido para Lance. Krolia vio la escena con tristeza, era normal ver a un depresivo Keith, pero Lance le dedicó una gran sonrisa de consuelo y subió junto a Keith.

Lance entró a la habitación, su disfraz estaba sobre una pila de ropa, mientras que Keith lloraba sobre su cama, Lance se acercó con cuidado al disfraz y este se movió, ¿empezó a mover la cola? Lance miró con asombro a Kosmo, pero en ese momento Keith es la prioridad.

Pasó al lado de Kosmo, acarició su cabeza, llegó a la cama y se subió sentándose junto a Keith, que tenía su cabeza entre las rodillas.

Lance encontró un cubo rubik sobre la cama y lo tomó entre sus manos, sabía que para hablar con Keith tenía que ser paciente y darle su tiempo.

Escuchó un "lo siento" entre gimoteos, Lance lo abrazó y le dio un beso en la mejilla, dejándolo completamente rojo.

–No hagas eso –tartamudeó Keith.

–¿Por qué?

–Por que yo soy raro, deberías hacer eso con la chica que te gusta –dijo con lágrimas cayendo por sus mejillas.

–Pero yo te quiero es a ti –dijo Lance sincero.

Keith lo miró con ojos brillantes e ilusionados.

–Lance, yo ... te quiero.

Lance sonrió alegre.

–Yo también te quiero, eres mi mejor amigo.

La expresión de tristeza volvió a Keith.

–Lance, yo te quiero –repitió Keith ahora dejando un tímido beso en su mejilla.

Lance tocó el lugar donde fue besado, sus mejillas enrojecieron, y sintió algo de timidez y vergüenza, al parecer entendió lo que Keith se refería.

–Cuando seamos grandes... –habló Lance– daremos el siguiente paso.

–¿Siguiente paso?

–Ya sabes... ser novios...

Keith enrojeció aún más, si es posible y cubrió su rostro, musitó un pequeño susurro, un "sí" que hizo enrojecer más a Lance.

Lance de la vergüenza de la proposición, de igual manera cubrió su rostro, Cosmo subió a la cama y empezó a buscar juego, pero ninguno de los dos le respondió, sus inexpertos corazones, bombeaba con fuerza.

Una mano de Lance buscó la de Keith, y al reencontrarla, la tomó entre sus deditos, y la entrelazó, Keith apoyó su cabeza en el hombro de Lance, no sin antes dejar otro beso, en su mejilla, y de esta manera, quedaron dormidos.

Բiɳ ɗíɑ 29

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