Gato Negro

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Keith entró haciendo lo menos de ruido posible, cerró la puerta con llave y entró a su cuarto dejando al pequeño gato sobre su cama.

–Has silencio, y no te muevas de ahí, traeré algo de comer.

Salió de su cuarto y miró en la nevera, había un trozo de carne y leche, perfecto para su nuevo acompañante.

Con miedo —debido a que no cocinaba— encendió la estufa y puso la carne a calentar, y la leche la puso en un pequeño plato.

Unos pasos acercándose a la cocina alertaron a Keith, quien se quedó paralizado en su lugar, un bostezo cruzando la puerta anunció la llegada de su novio.

–¿Qué haces cariño? –se acercó a pasos lentos y lo abrazó por detrás descansando su cabeza en su hombro.

–Co...cocinar, ¿no es obvio?

–A la próxima dime que regresas con hambre y yo te preparo algo.

Keith volteó a mirar molesto a Lance, que tenía en su cara su típica mascarilla nocturna. Iba a reclamarle por su poca fe en él al cocinar, pero al escucharlo roncar, decidió dejarlo.

Con la carne lista, sentó a Lance en el sofá y se dirigió a alimentar al pequeño gato que lo esperaba, dejó la carne y un poco de leche y regresó para ir a recostar a su novio.

Lo guió como llevando a un zombie y lo recostó apoyándolo y dándole un suave beso en los labios antes de retirarse, pero fue detenido por el agarre de Lance que lo jaló con fuerza haciéndolo caer sobre la cama.

Lance lo atrapó abrazándolo con piernas y brazos en su cintura, impidiéndole mover. Keith forcejeo pero la fuerza que Lance tenía al dormir lo superaba. Suspiró cansado y de igual manera cayó en los brazos de Morfeo.

[...]

Su nariz molestaba, y su primera reacción fue despertar, encontrándose con una pequeña bola de pelos durmiendo sobre él, su cola se movía sobre la nariz de su compañero, haciendo que este gesticulara de manera exagerada, Keith rió levemente y quitó la colita del gato para poder dejar dormir a su novio en paz, pero ya era tarde.

Lance despertó con un fuerte estornudo que despertó de igual manera al pequeño gato, que arañó sin querer a Keith. Se quejó llamando la atención de Lance, que estaba aturdido por el estornudo. Parpadeó varias veces al ver un pequeño gato estirándose sobre el pecho de Keith, quien observaba nervioso a Lance.

Lance pasó su mano por su lomo haciéndolo ronronear, parpadeó nuevamente y empezó a analizar la situación.

–Lance, puedo explicarlo ... Ayer yo...

–Keith, ¿cómo se llama?

–No le puesto nombre, ¿qué con eso?

Lance negó con su cabeza y se levantó al baño retirando la mascarilla, regresó y se recostó nuevamente junto a Keith que lo mira con expectación.

–¿No te molesta?

Lance negó, y acarició la larga melena de Keith.

–Sé que querías uno, lo siento si tuviste que esconderlo.

Keith besó su frente, y luego levantó al gato mostrando su blanco pecho en comparación al resto de su negro pelaje del lomo.

–Que se llame Shiro

–¿Blanco en japonés? que ironía.

Lance se encogió de hombros. Keith amaba a ver a Lance y sus respuestas
al despertar.

–Shiro es perfecto.

Բiɳ ɗíɑ 8

Klancetober - Pequeñas Historias Where stories live. Discover now