Extra #4

1.4K 175 3
                                    

Título: Cambios.

No todo será igual toda la vida, y eso lo sabe Lance a la perfección, todo cambia, y hay unos cambios más inesperados que otros.

En una misión junto a Keith empezó a notar cosas extrañas en él, estaba infiltrándose en la base enemiga galra, y para tener acceso a esta, necesitaba por ende un galra para poder tener acceso a la información de ellos, pero Keith al intentarlo accedió sin problema. Algo bastante extraño.

Las cosas no terminaban ahí, en una ocasión Lance observó a la perfección como pequeños colmillos aparecían en la dentadura de Keith cuando bostezaba. En otra ocasión, Keith practicaba en la sala de entrenamiento, en su mirada vio ojos casi felinos, ojos no propios de un humano. Cuando formaron una relación, Lance solía dejar suaves besos en su nuca, en la cual salían pequeñas líneas púrpuras.

La curiosidad mataba Lance pero calló al respecto, no quería que nadie en el equipo se enterara, y menos Allura, y tampoco quería presionar o preocupar a su novio. Pero sus sospechas eran ciertas, él era parte galra, y sí que tuvo razón.

La identidad parte galra de Keith fue revelada, Allura estaba muy sensible sobre el tema, pero después lo aceptó, después de todo es parte del equipo. O eso era, poco tiempo después Keith dejó el equipo, fue con la espada de Marmora para poder conocerse más a sí mismo y de su parte galra.

Lance se molestó con la noticia,  como no, salió con eso de la nada, sin avisar ni explicar, en un momento a solas terminó con la relación con lágrimas en los ojos, sin dejar tiempo a explicaciones, Keith evitó llorar, tenía que ser fuerte, muy fuerte para el destino que eligió, uno lejos de Lance.

Lance se sentía solo, no estaba a quien molestar, o tan solo pasar el rato, todo era distinto. Pasó de esta un buen tiempo, tiempo en que no sabía nada sobre la existencia de su ex-novio y la preocupación le consumía, hasta que en una trasmisión Keith anunció su regreso, en la pantalla Lance pudo ver a un Keith distinto, maduro, más alto que antes, y con una marca púrpura que yace sobre su mejilla.

Lance estaba impactado ante la nueva imagen, no estaba listo para verlo distinto, pensó que en todo ese tiempo no cambiaría en nada, y sería el mismo hot head de siempre.

Su noviazgo siempre fue secreto, hubieron sospechas, pero nadie preguntó nada. Keith regresó, y no solo, estaba junto a su madre, una alteana y un lobo alíen. Lance entendió en definitiva la frase de "esta mejor sin ti", él nunca hubiera avanzado tanto si se hubiera quedado. Lance tenía algo de resentimiento, sí, pero este no supera el orgullo y la felicidad por él.

Lance rompió algo que le llamaba dignidad y fue el primero en hablarle apenas bajó de la nave, hizo una de sus típicas bromas, de esas con las que hacía reír a Keith aunque fueran malas; pero Keith soltó un "no tengo tiempo para esto" y siguió de largo, Lance no sabía que un corazón podía ser roto dos veces por una misma persona.

Cada día con Keith cerca, Lance no podía evitar pensar en los momentos nostálgicos como pareja, pero las cosas cambiaron, todo era distinto. Ellos no eran nada. Aunque no fueran nada, en un momento crítico, Lance no pudo evitar gritar y acusar a Keith por abandonar el equipo, aunque en el fondo lo decía por él. Keith no reaccionó de buena manera, estuvo a punto de irse a la deriva, pero por su fortuna, fue detenido. Lance casi vuelve a perderlo.

De regreso en la tierra, Keith como paladín negro nuevamente, lideró el escape de los paladines de una nave galra que los secuestró, Lance como tonto, volvió a sentirse orgulloso de Keith, y como era tan buen líder, pero una de sus decisiones no fue de su agrado, Keith regresó por una de las aliadas de Lotor, con la excusa de que ella les ayudó, al parecer, Keith consiguió a alguien más.

Lance tuvo que aceptar aquello, después de todo solo era su ex, no podía demandar nada. Tras la pelea con un poderoso robot dirigido por una misteriosa alteana, el cuartel les dio un pequeño descanso, no dejaron de trabajar, solo le dieron cuartos para poder descansar, y uniformes que dejaba atrás sus repetitivas ropas.
Lance pensaba en su futuro, si sería bueno seguir lo que estaba empezando con Allura aunque siguiera amando a Keith, y como este, ya se olvidó de él, consiguiendo de novia a esa alíen que apenas conocía.

Unos golpes se escucharon en la puerta, sacando a Lance de sus pensamientos, supuso que sería Hunk llamándolo para comer, se puso de pie y fue a la puerta para abrirla. Apenas giró el picaporte, no le tuvo tiempo de reacción, Keith lo abrazaba con fuerza, inclinándose para llorar sobre su hombro. Lance como pudo, reaccionó lo más tranquilo posible, se apartó del abrazo, y de la mano, entró a Keith y cerró la puerta, lo llevó hasta su cama y lo hizo sentar ahí.

–Keith... ¿qué haces aquí?

–Te extrañaba –dijo Keith sorbiendo de su nariz.

–Pues no parece –el enojo inundó a Lance, se cruzó de brazos– todo el tiempo que llevas de regreso en el equipo y solo me diriges la palabra cuando se trata de una misión.

–Lance... no me trates así –gimoteo.

–No, tú no me trates así, me has dejado olvidado, ¡parece que no tuvimos un pasado juntos, apenas parece que nos conocemos!

Lance rompió en llanto, pero se tranquilizo, no quería perder contra Keith esta vez.

–Lo siento Lance, yo no quise... –dijo cabizbajo.

–Sí no quisiste, dime por que lo hi... –se detuvo al ver como sobre sus piernas caían lágrimas sin parar.

Lance se acercó, acarició su espalda y notó como este temblaba, levantó su rostro y limpió sus lágrimas, a pesar de todo, no podía evitar ser dulce con él. Ya con Keith más tranquilo, puso su mano sobre la suya dándole seguridad, se atrevió a preguntar.

–Keith... ¿qué haces aquí?

–Te extraño –sorbió de su nariz.

–Yo también, nunca he dejado de pensar en ti, pero me canse de dar el primer paso y no recibir nada de tu parte.

Keith apretó con fuerza su mano, conteniendo las ganas de llorar.

–Lance, yo he cambiado...

–Eso lo se a la perfección.

–Pero, lo único que no a cambiado, es lo que siento por ti.

Lance no respondió, no se esperaba tal confesión.

–Cuando empecé a cambiar, tenía miedo de que no me siguieras amando, huí. Solo mirame, soy horrible, no soy el Keith que tú amaste.

Lance besó su mejilla, justo sobre su marca.

–Keith, nunca dejaras de ser hermoso ante mis ojos.

Keith devolvió el beso, ahora en sus labios, pero Lance se apartó.

–Ves, ya no me amas –sus ojos se cristalizaron.

–No es eso –Lance suspiró– no podemos volver a ser lo mismo de antes así de la nada, fui herido ¿sabes?

–Está bien –volvió a sorber de su nariz – entiendo que ya no quieras ser nada conmigo, ya me lo esperaba –mostró una triste sonrisa.

–No digas eso, solo, hay que darnos un tiempo, quiero volver convivir contigo como antes, y conocer todo de ti.

Keith sonrió y asintió, fue hasta la puerta, Lance lo acompañó.

–Entonces... ¿qué te parece ir a la cafetería después de la reunión de mañana? –propuso Keith una tímida sonrisa.

–Suena perfecto –sonrió Lance de regreso.

Keith se inclinó y lo abrazó por el cuello, Lance correspondió al abrazo. Keith con las mejillas rojizas se alejó por el pasillo, Lance sonrió como tonto al verlo, al parecer eso tampoco había cambiado.

Klancetober - Pequeñas Historias Where stories live. Discover now